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miércoles, 17 de diciembre de 2025

Los hermanos Clark y el sueño del Trasandino: el cruce ferroviario que unió Los Andes con Mendoza


A mediados del siglo XIX, los hermanos Juan y Mateo Clark Torres, nacidos en Valparaíso, impulsaron una de las ideas más audaces de la época: construir una vía férrea que cruzara la cordillera de los Andes entre Los Andes (Chile) y Mendoza (Argentina). Hijos de un inmigrante escocés y una madre argentina, los Clark crecieron en condiciones humildes. Tras la muerte de su padre, James Clark, comenzaron a trabajar desde jóvenes en el comercio portuario, donde se vincularon con empresarios extranjeros y se familiarizaron con los avances tecnológicos de Europa y Estados Unidos, como el ferrocarril y el telégrafo. Su padre había sido amigo de William Wheelwright, pionero del ferrocarril en Chile, y había promovido un “maderocarril” en Huasco para transportar minerales, inspirándose en los sistemas de su Escocia natal. Los Clark, ya consolidados económicamente, propusieron la construcción de un telégrafo trasandino entre Valparaíso y Buenos Aires, que fue inaugurado el 23 de julio de 1872. Este avance revolucionó las comunicaciones, reduciendo semanas de espera a minutos. El éxito del telégrafo les permitió imaginar algo aún mayor: un ferrocarril trasandino por el paso de Juncal, con trocha de 1 metro, que conectara las zonas centrales de Chile y Argentina. Para financiarlo, recurrieron a modelos modernos: buscaron accionistas privados y lograron que el Estado garantizara condiciones mínimas de rentabilidad. La idea del Trasandino se convirtió en símbolo de integración regional y modernización. Aunque el proyecto enfrentó desafíos técnicos y políticos, sentó las bases para el futuro cruce ferroviario por la cordillera, que se concretó décadas más tarde. El Ferrocarril Trasandino fue inaugurado oficialmente en 1910, tras años de obras en condiciones extremas. Utilizó el sistema de cremallera Abt para superar pendientes de hasta el 8%. Fue clausurado en 1984, pero su legado sigue vivo en la memoria ferroviaria de ambos países.  #Trasandino #ClarkHermanos #HistoriaFerroviaria #LosAndesMendoza #CordilleraDeLosAndes #1872 #MendozaAntigua

Motín en Mendoza: prisioneros españoles se rebelaron contra el maltrato en obras públicas (1818) - Imagen Ilustrativa


En diciembre de 1818, se produjo un motín en Mendoza protagonizado por ochenta prisioneros de guerra españoles que trabajaban en la construcción de un canal de irrigación, ubicado a dos leguas de la ciudad. Los detenidos se rebelaron en protesta por el trato cruel e inhumano que recibían por parte del director de las obras, el señor Herrera, quien había sido denunciado por su brutalidad sistemática hacia los subordinados. Los insurrectos fueron reducidos y castigados con azotes, pero según la prensa local de la época, el castigo no resolvió el conflicto. El periódico advirtió que este episodio se sumaba a otros similares, evidenciando un creciente malestar entre los condenados a trabajos forzados en obras estatales, en contraste con quienes habían sido entregados a particulares. La denuncia pública señaló que Herrera contaba con el respaldo de las autoridades, lo que dificultaba cualquier sanción. Sin embargo, se instó a que se llamara la atención sobre sus abusos, para evitar que se repitieran y derivaran en desgracias irreparables. Este motín reflejó las tensiones sociales y laborales que atravesaban la región en plena etapa de organización republicana, cuando la infraestructura pública se construía muchas veces sobre la explotación de prisioneros y mano de obra forzada. En el contexto de las guerras de independencia, muchos prisioneros realistas fueron destinados a trabajos forzados en obras públicas. Mendoza, en ese período, impulsaba canales de riego para expandir la producción agrícola en el oasis norte. Las denuncias sobre abusos en obras estatales fueron frecuentes en la prensa local entre 1815 y 1820. #Motín1818 #MendozaHistórica #ObrasPúblicas #CanalDeRiego #MemoriaCuyana #PrisionerosDeGuerra #17Diciembre #mendozantigua 

martes, 16 de diciembre de 2025

Mendoza en 1815: oasis cuyano y cuna del espíritu sanmartiniano. (Imagen Ilustrativa)


En 1815, la ciudad de Mendoza fue descrita por viajeros como un oasis fértil en medio de la aridez pampeana. Sus huertas producían uvas, melones, membrillos, duraznos, peras y hortalizas, gracias al riego de los ríos Mendoza y Tunuyán, aunque más allá predominaba la sequedad de los territorios pehuenches. Las construcciones eran sencillas: casas de adobe blanqueado con cal, techos de cañas y barro, y tapias pardas que rodeaban jardines. Las calles, bordeadas por acequias, ofrecían un aspecto modesto pero más limpio que otras poblaciones. Los viajeros preferían alojarse en casas particulares antes que en las fondas, y las familias mendocinas, de trato afable, solían recibir huéspedes recomendados desde Buenos Aires o Santiago de Chile. La sociedad mendocina se organizaba en un esquema patriarcal, con escasa diferencia entre clases. Existían comerciantes ricos ligados al tráfico de mulas y productos de la viña, familias de linaje sin fortuna y pequeños propietarios que prosperaban con su trabajo. Nadie parecía indigente. El paseo obligado era la Alameda, embellecida en 1814 por el gobernador José de San Martín con álamos introducidos por Juan Cobo, flores, bancos de barro y un templete griego. Al atardecer, damas y caballeros se reunían allí para conversar o disfrutar helados, siendo habitual la presencia de la esposa de San Martín junto a la señora de Luzuriaga. En lo cultural, Mendoza contaba con tres escuelas primarias que reunían unos 600 niños. La ausencia de estudios secundarios preocupó a San Martín, quien impulsó la construcción del Colegio de la Santísima Trinidad, inaugurado en 1817 con apoyo de Joaquín de Sosa y Lima y Manuel Teles Meneses. Este colegio se convirtió en un referente educativo, preparando jóvenes para ingresar a universidades y consolidando el espíritu ilustrado en Cuyo. A pesar del clima bélico, los mendocinos mostraron un alto espíritu público, aceptando impuestos y contribuyendo a la causa patriota sin perder su buen humor. Los bailes y tertulias continuaron con la misma vitalidad que en tiempos de paz, reflejando la energía social de una provincia que se preparaba para ser protagonista en la guerra de independencia.  #Mendoza1815 #SanMartín #AlamedaHistórica #CuyoIndependiente #HistoriaArgentina #EspírituPatriota #17Diciembre #mendozantigua 

lunes, 15 de diciembre de 2025

Acequias, canales y urbanización: el sistema hídrico que moldeó Mendoza en el siglo XX. (Imagen Ilustrativa)


Durante el siglo XX, el Área Metropolitana de Mendoza transformó su sistema hídrico en paralelo al cambio de modelo económico: la vitivinicultura reemplazó al cultivo de trigo, y los antiguos molinos se adaptaron con turbinas hidráulicas alimentadas por canales. El casco urbano de Mendoza, con sus 192 manzanas rectangulares, mantuvo el uso de acequias para regar árboles y chacras. En los años 40, la ciudad alcanzó su mayor densidad poblacional, y comenzó a expandirse hacia el sur y el oeste, buscando mayor disponibilidad de agua. El crecimiento urbano absorbió funciones residenciales de los departamentos vecinos, consolidando el llamado Gran Mendoza, cuarta aglomeración del país. La expansión hacia la “cuarta meseta” (zona oeste) trajo consigo villas de emergencia sin acceso al sistema hídrico tradicional. Mientras tanto, barrios de alto poder adquisitivo perforaban pozos propios, y los sectores vulnerables dependían de bombas estatales para acceder al agua. La construcción de las autopistas de Acceso Sur y Este fragmentó el sistema de acequias secundarias, muchas de las cuales desaparecieron por el alto costo de los cruces subterráneos. Esto afectó la capilaridad hídrica, desarticulando un sistema con más de 500 años de historia. Hacia fines del siglo XX, Mendoza conservó su red principal de canales, aunque muchas acequias agrícolas fueron cegadas o rediseñadas. Persisten canales como el Jarillal, el Civit, el del Oeste, y el Zanjón Cacique Guaymallén, que cumplen funciones de riego urbano y colectores aluvionales. El canal Tajamar, entubado desde 1912, sigue abasteciendo plazas y arboledas del casco histórico. La antigua calle de la Cañada, hoy Ituzaingó, aún deriva aguas como colector. Acequias como la Guevara y la Allayme han desaparecido casi por completo, aunque sobreviven tramos menores. El sistema se complementa con perforaciones estratégicas que inyectan agua subterránea a las acequias urbanas. En días de lluvia intensa, antiguos zanjones aluvionales reaparecen como ríos pluviales, recordando a los mendocinos que su ciudad fue moldeada por el agua y sus cauces invisibles. #AcequiasMendoza #SistemaHídrico #UrbanizaciónCuyana #CanalesHistóricos #MemoriaDelAgua #15Diciembre #MendozaSigloXX #mendozantigua 

jueves, 11 de diciembre de 2025

En 1887, mientras se realizaban pruebas para mejorar la distribución de agua potable, las acequias urbanas de Mendoza seguían cumpliendo una doble función: abastecer de agua para consumo y servir como desagüe de aguas servidas provenientes de viviendas, comercios y espacios como el Matadero Municipal.


Esta mezcla generó graves problemas sanitarios, propagando enfermedades como disentería, fiebre tifoidea y cólera, especialmente entre los habitantes del Barrio de las Ruinas, núcleo colonial de la ciudad. Frente a las recurrentes epidemias, los gobiernos nacional y provincial convocaron a médicos higienistas y especialistas en salubridad, quienes recomendaron la ampliación del servicio de agua potable y la construcción de un sistema cloacal urbano. Como parte de estas iniciativas, en 1887, el ingeniero Carlos Nyströmer, enviado por el Estado Nacional, presentó el primer proyecto de desagüe urbano para la zona oeste de la capital mendocina. En 1892, ya como Jefe de la Comisión de Obras de Salubridad, fue convocado nuevamente por el gobierno provincial para colaborar en el mejoramiento del abastecimiento hídrico. Sin embargo, fue el ingeniero César Cipolletti, experto en irrigación, quien finalmente elaboró el proyecto definitivo y el presupuesto aprobado, marcando un hito en la historia del saneamiento urbano de Mendoza. Carlos Nyströmer fue uno de los primeros ingenieros sanitarios en Argentina, formado en Europa. César Cipolletti también diseñó el sistema de riego del Alto Valle de Río Negro, y el Dique Cipolletti lleva su nombre. El modelo mendocino de acequias fue reconocido por la UNESCO en 2019 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. #Saneamiento1887 #AcequiasMendoza #Nyströmer #Cipolletti #SaludPública #InfraestructuraHistórica #12Diciembre #PatrimonioUNESCO #mendozantigua 

El ramal Retiro–San Luis–Mendoza–San Juan del Ferrocarril General San Martín incluyó la Estación Gutiérrez como parte del circuito de Luján de Cuyo, clave en la conexión regional y en la historia ferroviaria cuyana.




El Ferrocarril General San Martín, uno de los principales trazados ferroviarios del país, recorrió más de 1.000 km desde Retiro (Buenos Aires) hasta San Juan, atravesando provincias como Córdoba, San Luis y Mendoza. Dentro de este extenso ramal, el circuito de Luján de Cuyo integró estaciones estratégicas como Benegas, Godoy Cruz, Luzuriaga y General Gutiérrez, esta última ubicada en el corazón del departamento mendocino. La Estación Gutiérrez, inaugurada en el siglo XIX, funcionó como punto de carga y descarga de productos agrícolas, especialmente vino, frutas y materiales de construcción, y fue vital para el desarrollo económico de la región. Su ubicación permitió articular el tránsito de mercancías entre el piedemonte y el eje urbano del Gran Mendoza. Con el paso del tiempo, y tras la caída del sistema ferroviario nacional en las décadas de 1980 y 1990, la estación quedó inactiva. Sin embargo, fue reactivada en 2012 como parte del Metrotranvía de Mendoza, convirtiéndose en cabecera sur del sistema de transporte eléctrico urbano, que conecta Gutiérrez con el centro de la ciudad y Las Heras. El ramal original tenía 71 estaciones y un ancho de vía de 1.676 mm, típico del sistema nacional argentino. Entre La Paz y Gutiérrez, el tramo se mantuvo operativo para servicios de carga. La recuperación de la Estación Gutiérrez fue parte de un proyecto de movilidad sostenible impulsado por el gobierno provincial y el Banco Interamericano de Desarrollo. #FerrocarrilSanMartín #EstaciónGutiérrez #LujánDeCuyo #HistoriaFerroviaria #MetrotranvíaMendoza #12Diciembre #mendozantigua. Crédito Fotográfico: incihusa.mendoza-conicet.gob.ar

El Canal El Jarillal, con una extensión de 26 km, fue una arteria hídrica clave en Mendoza, utilizada tanto para riego agrícola como para consumo humano.


Nacía en Luján de Cuyo y se bifurcaba en dos ramales: el Canal Civit, que abastecía la planta potabilizadora Alto Godoy, y el Canal del Oeste, destinado al riego de espacios públicos como el Parque General San Martín, el zoológico, hospitales, la penitenciaría y predios del ejército. Su caudal permanente abasteció a más de 700.000 habitantes de Luján, Godoy Cruz y Capital, funcionando las 24 horas del día. En tiempos coloniales, este curso era conocido como la Acequia del Rey o Jarillar, y ya en el plano de 1802 figuraba como proveedor de agua para los faldeos del piedemonte mendocino. 

25 de septiembre de 1723: vecinos del oeste denunciaron ante el Cabildo que usuarios de la acequia de Allaime (al este) desbordaban el Jarillal para apropiarse del agua, afectando sus cultivos. El alcalde Juan de Molina Vasconcelos ordenó confiscar el agua a los infractores, imponiendo multas y arrestos como sanción.

13 de septiembre de 1823: un grupo de vecinos —entre ellos Francisco Moyano, María Francisca Conil y Domingo Godoy— formalizó una acción legal contra individuos que usaban el agua del Jarillal sin autorización. Al no poder continuar el litigio por cuenta propia, otorgaron poder legal a Vicente Marcó para representarlos ante el tribunal correspondiente.

El sistema de acequias mendocino, incluido el canal Jarillal, fue reconocido por la UNESCO en 2019 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por su valor histórico, técnico y ambiental. El canal Jarillal fue parte del modelo de oasis agrícola que permitió el desarrollo vitivinícola en Mendoza. #CanalJarillal #AcequiasMendoza #HistoriaHídrica #ConflictosColoniales #PatrimonioUNESCO #12Diciembre #OasisAgrícola #mendozantigua 

En el siglo XIX, el sistema hídrico de Mendoza fue clave para la economía y el desarrollo urbano.


En 1846 la actividad molinera alcanzó su auge, con 25 molinos hidráulicos en la ciudad y alrededores, todos dependientes de los canales de riego. Sin embargo, el terremoto de 1861 destruyó gran parte de estas construcciones de adobe, dividiendo a la ciudad en Vieja y Nueva. Hacia el oeste, el Parque del Oeste (1896, hoy Parque General San Martín) se regaba con el canal del Oeste, mientras que las chacras cercanas utilizaban la acequia de Guevara y la acequia del Rey o Jarillar, esta última convertida en canal de riego que incluso abastecía tierras de Panquehua. Los zanjones aluvionales marcaron el trazado urbano, obligando a torcer calles para adaptarse a los cauces naturales. La superficie irrigada creció notablemente: 1802: 18.729 ha (68% más que en 1761). 1867/74: 29.542 ha (166% más). 1896: 32.945 ha (197% más). Hacia fines del siglo XIX, el sistema se volvió más complejo: se reutilizaban aguas sobrantes y se expandió hacia el este y norte, ocupando antiguas ciénagas. El límite natural seguía siendo el piedemonte al oeste y el Río Mendoza al sur. La ciudad, con 28.602 habitantes en 1895, se reunificó y modernizó con la Av. San Martín como eje. Allí coexistían grandes acequias: canal del Oeste, Jarillar, Allayme, Tajamar y Pouget, todas derivadas del antiguo Zanjón de la Ciudad. El canal Tajamar, abierto por la actual Av. San Martín, abastecía de agua potable y de riego, además de funcionar como colector hacia la zona de la Chimba. El Censo de 1895 reveló graves problemas de salubridad: las acequias eran usadas para desechar basura y materias fecales, contaminando el agua consumida por los sectores pobres. Esto aceleró la instalación de agua corriente domiciliaria desde 1885, relegando las acequias a funciones de riego urbano, agrícola y desagüe pluvial. El sistema de acequias mendocino es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por su valor histórico y ambiental (UNESCO, 2019). La red de acequias fue clave para la transformación de Mendoza en un oasis agrícola, especialmente para el cultivo de la vid. #HistoriaMendoza #Acequias #SistemaHídrico #SigloXIX #PatrimonioHídrico #12Diciembre #CiudadNuevaVieja #mendozantigua 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

En el hablar popular mendocino, el término “piedra” se empleó para nombrar las tormentas de granizo, un fenómeno climático recurrente y altamente destructivo en la región.


Estas precipitaciones, habituales entre octubre y marzo, afectaron históricamente a la vitivinicultura y la fruticultura, provocando pérdidas millonarias en cosechas y daños en viviendas y vehículos. La expresión “cayó piedra” se convirtió en parte del lunfardo mendocino, transmitiendo tanto la intensidad del evento como el impacto emocional y económico que generaba en la comunidad. Frente a esta amenaza, Mendoza desarrolló uno de los sistemas más avanzados de lucha antigranizo en América Latina, utilizando aviones y cañones de yoduro de plata para dispersar las nubes y reducir el tamaño de los granizos. El uso de la palabra piedra trascendió lo meteorológico y también se aplicó en sentido figurado para describir situaciones inesperadas o problemáticas: “nos cayó piedra” equivalía a enfrentar un obstáculo repentino. Mendoza es la única provincia argentina con un programa estatal permanente de defensa antigranizo, creado en 1998. El granizo puede alcanzar diámetros de 2 a 5 cm, capaces de destruir viñedos enteros en minutos. La vitivinicultura mendocina, que concentra más del 70% de la producción nacional, ha sido históricamente la más afectada por este fenómeno. #JergaMendocina #CayóPiedra #GranizoEnMendoza #LenguaPopular #DefensaAntigranizo #Vitivinicultura #MemoriaClimática #mendozantigua 

Entre 1874 y 1876, durante la gobernación de Francisco Civit, se concretaron en Mendoza las primeras conexiones domiciliarias de agua potable, marcando un hito en la infraestructura urbana de la Ciudad Nueva, con epicentro en la Plaza Independencia.


En el año 1876, con el respaldo técnico del Departamento de Ingenieros Civiles de la Nación, se impulsó en Mendoza la separación funcional entre los sistemas de riego agrícola y la provisión de agua potable, que hasta entonces compartían la misma red hídrica. El ingeniero Esteban Dumesnil realizó estudios clave que permitieron reconducir el agua desde El Challao hacia un depósito de almacenamiento ubicado al oeste de la actual calle Sarmiento (entonces Unión). Allí se instalaron grandes filtros de purificación, desde los cuales el agua se distribuía mediante una cañería principal de hierro fundido que llegaba hasta la calle San Martín, bifurcándose luego en conductos de barro cocido que alimentaban surtidores públicos. Este sistema, pionero en su tipo, representó el primer intento de provisión urbana de agua segura, aunque enfrentó dificultades técnicas: las raíces de los álamos carolinos obstruyeron las cañerías, lo que motivó su reemplazo en 1882 y dio paso a una distribución domiciliaria más eficiente en el perímetro de la Ciudad Nueva. El proyecto se inscribió en un contexto de modernización urbana impulsado por Civit, que también promovió obras de alumbrado, educación y vialidad. El sistema de agua potable fue uno de los primeros en Argentina en incorporar filtros de purificación, anticipando los criterios sanitarios del siglo XX. El Challao, por su altitud y caudal, fue elegido como fuente estratégica para abastecer a la ciudad mediante gravedad natural, sin necesidad de bombeo. #Mendoza1876 #AguaYPueblo #CivitModernizador #CiudadNueva #InfraestructuraHistórica #ElChallao #RaícesYCaños #mendozantigua 

martes, 9 de diciembre de 2025

La Ciudad de Mendoza debió regular el ingreso excesivo de agua mediante un complejo sistema de acequias y la construcción del Tajamar, que transformó la amenaza de aluviones en oportunidad agrícola y urbana.


En tiempos coloniales, el agua que ingresaba por la Acequia Grande (hoy Canal Zanjón) abastecía a la ciudad, pero también traía consigo los peligros de crecidas y aluviones. Para evitar daños en molinos, cultivos y viviendas, se diseñó una red de canales secundarios que derivaba los excedentes hacia el oeste y el este, mientras que las aguas sobrantes se perdían en ciénagas al norte y nordeste. Ante la magnitud del problema, el Cabildo de Mendoza gestionó ante la Corona española la construcción de un Tajamar en la boca del Río Mendoza, cuya función era contener la fuerza del agua y desviar parte de ella fuera del casco urbano. Este canal derivador se convirtió hacia fines del siglo XVIII en un canal de riego permanente, consolidando la expansión agrícola y permitiendo que la ciudad creciera en zonas más seguras, evitando áreas inundables. La acequia de Tabalqué, que atravesaba la ciudad, perdió relevancia al quedar sus aguas destinadas a chacras jesuíticas en tierras del antiguo cacique Tabalqué. Con ello, el sistema hidráulico mendocino se reorganizó, privilegiando la seguridad urbana y el aprovechamiento agrícola. Según registros cartográficos de 1761, el área irrigada alcanzaba unas 11.107 hectáreas, cifra notable para una ciudad colonial que dependía de la gestión hídrica para sobrevivir. Los huarpes ya habían desarrollado técnicas de irrigación heredadas de los incas, base sobre la cual se asentó el sistema colonial. La regulación del agua fue tan crucial que dio origen a instituciones como la Alcaldía de Aguas y, más tarde, al Departamento General de Irrigación en 1884. El Canal Zanjón y el Tajamar son considerados piezas clave en la historia urbana de Mendoza, pues condicionaron la forma de la ciudad y su expansión agrícola. #AguaYMemoria #MendozaColonial #AcequiasVivas #Tajamar #PaisajeHídrico #HerenciaHuarpe #CiudadYAgua #HistoriaViva #mendozantigua 

lunes, 8 de diciembre de 2025

🌊 El Canal Zanjón Cacique Guaymallén: historia de agua, poder y conflictos en Mendoza


Desde el siglo XVI, el Cabildo de Mendoza otorgó tierras irrigadas por acequias a los primeros pobladores, como Francisco Ortiz de Urbina en 1561, quien luego permutó su chacra en 1564. Con el tiempo, el Río de la Ciudad (hoy Canal Zanjón) se convirtió en eje vital para chacras, viñas y molinos. En 1688, el Cabildo ordenó desviar aguas del río Mendoza para riego y molienda. Posteriormente, en 1695, el corregidor Juan de Urdinola obligó a los vecinos a enviar indígenas o pagar dinero para reparar roturas, bajo amenaza de cárcel. Estas medidas reflejaban la importancia del agua en la economía y la vida urbana. En 1715, Jacinto de Videla y Salinas modificó el curso del río sin autorización, trazando una acequia que atravesó tierras privadas. Pese a reclamos, el Cabildo no corrigió la nueva traza, que con el tiempo y los aluviones terminó consolidando el Canal Zanjón Cacique Guaymallén. Durante el siglo XVIII, las crecientes estivales provocaron graves daños: en 1758, vecinos denunciaron que la zanja arruinaba edificios y amenazaba al Cabildo. En 1759, el corregidor Félix José de Villalobo ordenó reforzar las márgenes con estacadas y fajina para evitar derrumbes. En 1771, nuevas rupturas obligaron a citar a los vecinos para reparaciones colectivas. El marqués Rafael de Sobremonte, en 1789, describió al canal con una extensión de 36 km, confirmando su magnitud. En el siglo XIX, el Zanjón fue escenario de transacciones de tierras, como la venta realizada en 1821 por los hermanos Sosa a Ramón Martínez Saez. En 1841, se lo conocía como arroyo Las Flores. Finalmente, en 1950, el Departamento General de Irrigación oficializó su nombre como Canal Zanjón Cacique Guaymallén, reconociendo su valor histórico y funcional en la región. 📌 Importancia histórica: El Zanjón fue clave para el desarrollo agrícola y urbano de Mendoza. Representó conflictos de poder entre autoridades coloniales y vecinos. Su evolución muestra cómo los aluviones y la falta de mantenimiento transformaron el paisaje urbano. Hoy es considerado parte del patrimonio hídrico y cultural mendocino. #ZanjónGuaymallén #HistoriaMendoza #CabildoColonial #Acequias #PatrimonioHídrico #Aluviones #CanalZanjón #Sobremonte1789 #Irrigación1950 #MemoriaHistórica #mendozantigua 

💧 Siglo XVIII: El sistema de acequias que dio vida a Mendoza


Hacia fines del siglo XVIII, el sistema hídrico mendocino de acequias y canales había permitido tanto la provisión de agua potable y de riego como el desarrollo de una industria molinera que aprovechaba la fuerza hidráulica disponible (Richard Jorba, 1998). Los primeros molinos se instalaron en los canales principales, impulsados por el caudal suficiente para mover las ruedas hidráulicas, en paralelo a la llegada de los españoles que introdujeron el consumo de pan en su dieta. Las acequias urbanas funcionaban en paralelo: las más altas recogían las aguas del piedemonte y las desviaban hacia zonas agrícolas, evitando que las crecidas destruyeran las acequias destinadas al consumo humano. La Ciudad de Mendoza, hacia mediados del siglo XVIII, con unos 4.000 habitantes (Comadrán Ruiz, 1969), se organizaba alrededor de la Plaza Mayor (hoy Plaza Pedro del Castillo). Dos acequias principales enmarcaban el casco urbano de 49 manzanas: la Acequia de Tabalqué, que abastecía la zona oeste y derivaba aguas pluviales hacia la Chimba, y la Acequia de la Ciudad, que corría paralela al actual Canal Zanjón, irrigando chacras y activando molinos en su recorrido hasta conectarse con la acequia indígena de Guaimaien. Al oeste, casi en contacto con el piedemonte, la Acequia de Allayme —también llamada de los Padres Agustinos por regar tierras de la estancia San Nicolás del Carrascal— nacía en el Dique-Toma de la Carrodilla y regaba chacras y cultivos. Otros cursos como la Acequia de Guevara y la Acequia del Rey o Jarillar mostraban la lógica de protección y riego: inicialmente colectoras aluvionales, luego se transformaron en regadoras, mientras algunas desaparecieron. El Canal Zanjón cumplía un rol similar respecto de la Acequia de la Ciudad. En 1757, un gran aluvión dañó gravemente la infraestructura y obligó a reemplazar el sistema de riego. De allí surgió el Canal Tajamar (1764), que derivaba aguas hacia el norte, activaba molinos y funcionaba como colector aluvional, protegiendo a la Acequia de Tabalqué. Este entramado de acequias consolidó un modelo de gestión hídrica que permitió la supervivencia y el crecimiento de Mendoza en un ambiente árido. El sistema colonial de acequias fue la base de la actual Área Metropolitana de Mendoza, considerado un patrimonio cultural y ambiental único en América Latina. #AcequiasMendoza #HistoriaHídrica #SigloXVIII #CanalTajamar #PatrimonioCultural #GestiónDelAgua #MolinosHidráulicos #MendozaColonial #InfraestructuraHistórica #AguaYPiedemonte #mendozantigua 

🌊 De torrentes a calles: las bajadas aluvionales que moldearon Mendoza


Las bajadas aluvionales del piedemonte mendocino modelaron históricamente el relieve del Área Metropolitana, transformando antiguos cauces en trazas urbanas. Desde tiempos prehispánicos, los zanjones naturales descendieron desde las primeras estribaciones de la precordillera, erosionando los glacis y canalizando los escurrimientos estacionales hacia el Goazap Mayu, antiguo curso de agua que articulaba el paisaje agrícola. Durante el siglo XIX y XX, con el avance de la urbanización, estas cuencas fueron absorbidas por el trazado vial, convirtiéndose en callejones rurales y luego en calles institucionalizadas. El sentido oeste-este de muchas arterias actuales refleja ese origen hidráulico. El piedemonte constituye un ambiente frágil, con pendientes pronunciadas, lluvias estivales intensas y suelos erosionables, lo que explica la formación de torrentes temporarios que moldearon el territorio. Estudios recientes del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial de Mendoza han confirmado que la urbanización se superpuso sobre un sistema natural de drenaje, y que muchas calles actuales siguen el curso de antiguos zanjones. En zonas como Las Heras, Godoy Cruz y Guaymallén, se identificaron trazas aluvionales que aún condicionan el diseño urbano y la gestión del riesgo hídrico. La memoria geográfica de estas bajadas no solo persiste en el trazado vial, sino también en la cultura local, que reconoce en ellas una herencia natural transformada por la acción humana. La integración de estos cauces en el sistema hídrico artificial de Mendoza —canales, acequias y colectores— fue clave para el desarrollo agrícola y urbano de la región. #PiedemonteMendoza #BajadasAluvionales #GoazapMayu #ZanjonesUrbanos #HistoriaTerritorial #OrdenamientoMendoza #CulturaDelAgua #MemoriaGeográfica #GlacisAndinos #mendozantigua 

sábado, 6 de diciembre de 2025

💧 De la “Toma de los Españoles” al Zanjón: el legado hídrico colonial que San Martín impulsó en Mendoza (1814 - 1816)


Entre 1814 y 1816, durante la gobernación del General José de San Martín, Mendoza vivió una etapa clave en el desarrollo de su infraestructura hídrica. Se retomaron y ampliaron obras iniciadas en el período colonial, con el objetivo de mejorar el sistema de riego urbano y garantizar el abastecimiento de agua para huertas, jardines y consumo doméstico. La primera gran obra hidráulica había sido construida en 1791: la “Toma y Puente de los Españoles”, ubicada en el mismo sitio que la antigua “Toma del Inca”. Este dique distribuía las aguas del Río Mendoza, canalizándolas hacia la acequia principal de la ciudad —el actual canal Zanjón— y devolvía el excedente al río. Sin embargo, las crecientes lo destruyeron repetidamente, y fue abandonado en 1798. San Martín impulsó una nueva solución: un canal de piedra que conducía el agua desde El Challao (Las Heras) hasta la Plaza Pedro del Castillo, corazón de la ciudad colonial. Desde allí, el agua se distribuía por acequias a cielo abierto, que recorrían las calles y abastecían los hogares. Para el consumo, el agua se decantaba en piletas internas, aunque el servicio era intermitente, lo que obligó a la población a recurrir a los canales Tajamar y Zanjón como fuentes alternativas. Este sistema, heredero de las técnicas prehispánicas huarpes e incas, fue fundamental para consolidar la cultura del oasis urbano que caracteriza a Mendoza. El canal fue finalmente destruido por un aluvión en 1843, pero su trazado y lógica de distribución siguen presentes en el paisaje urbano mendocino. #AcequiasMendoza, #SanMartín1816, #ZanjónHistórico, #RiegoColonial, #InfraestructuraHídrica, #PlazaPedroDelCastillo, #ElChallao, #CulturaDelOasis, #CanalTajamar, #HistoriaDelAgua #mendozantigua 

jueves, 4 de diciembre de 2025

🌾 Huarpes: los primeros ingenieros del agua en Mendoza


Mucho antes de la llegada de los colonizadores, el territorio que hoy conforma la provincia de Mendoza estuvo habitado por los Huarpes, un pueblo originario que desde el siglo XI desarrolló formas de vida basadas en la agricultura de subsistencia, combinada con prácticas cazadoras-recolectoras. En el siglo XV, los Huarpes fueron incorporados al Imperio Incaico, lo que marcó un punto de inflexión en su organización territorial y tecnológica. Bajo esta influencia, se atribuye a los Huarpes la ejecución de las primeras obras de riego en la región, aprovechando cursos naturales como un antiguo brazo del Río Mendoza, que fluía en diagonal desde la zona de Cacheuta hacia el norte. Este cauce, conocido en tiempos coloniales como la “Toma del Inca”, dio origen al actual Canal Cacique Guaymallén, una infraestructura hídrica que aún hoy forma parte del sistema de riego del Área Metropolitana de Mendoza. A partir de este canal, los Huarpes extendieron una red de acequias que permitió el cultivo en zonas áridas, sentando las bases del oasis mendocino. Los Huarpes no solo adaptaron el paisaje a sus necesidades, sino que desarrollaron una cultura hidráulica que perdura en la traza urbana actual. Su legado se refleja en la continuidad de canales, zanjones y acequias que aún riegan plazas, calles y cultivos. #Huarpes #RiegoAncestral #OasisMendocino #CanalGuaymallén #TomaDelInca #HistoriaHídrica #Cacheuta #MendozaPrehispánica #AcequiasCuyanas #PatrimonioAncestral #huarpes #mendoza #mendozantigua 

🚂 Ferrocarril General San Martín: el ramal que une Retiro con Cuyo y revive la historia ferroviaria de Rivadavia, Estación Santa María de Oro. Provincia de Mendoza







El Ferrocarril General San Martín, uno de los trazados más extensos y emblemáticos de Argentina, conecta la estación Retiro en Buenos Aires con las provincias de San Luis, Mendoza y San Juan, atravesando más de 1.000 kilómetros de territorio nacional. Este ramal, inaugurado en el siglo XIX y consolidado durante el auge ferroviario del siglo XX, fue clave para el desarrollo económico y social del oeste argentino. Dentro de la provincia de Mendoza, el ramal incluye el Circuito Rivadavia, que abarca estaciones como Palmira, General San Martín, Ingeniero Giagnoni, Alto Verde y la histórica Estación Santa María de Oro, ubicada en el departamento de Rivadavia. Esta estación, hoy en desuso, fue parte del entramado que permitió el transporte de productos agrícolas, especialmente uva y vino, hacia los grandes centros urbanos del país. El trazado del Ferrocarril San Martín no solo tuvo impacto económico, sino también cultural y territorial, articulando pueblos, fomentando el comercio y dando forma a la urbanización de zonas rurales. Actualmente, parte del ramal ha sido reactivado para transporte de cargas y pasajeros, como el Metrotranvía de Mendoza, mientras que otros tramos permanecen abandonados o en proceso de recuperación. La Estación Santa María de Oro, aunque fuera del servicio activo, representa un patrimonio ferroviario que muchos vecinos de Rivadavia buscan preservar como símbolo de identidad local. Crédito Fotográfico: http://incihusa.mendoza-conicet.gob.ar. #SanMartínRamalCuyo #FerrocarrilHistórico #RivadaviaMendoza #AntaMaríaDeOro #TrenArgentino #CircuitoRivadavia #HistoriaFerroviaria #Metrotranvía #mendozantigua 

🌳 Mendoza 1910: cómo el agua dio forma a la ciudad-bosque


A comienzos del siglo XX, Mendoza comenzó a transformarse en una ciudad-bosque, gracias a una infraestructura preexistente que marcó su identidad urbana: el sistema de acequias callejeras. Estas canaletas, heredadas de saberes indígenas y coloniales, no fueron diseñadas para regar árboles, sino para distribuir agua potable. Sin embargo, su presencia permitió la forestación urbana, convirtiendo a Mendoza en un oasis verde en medio del desierto cuyano. La ciudad se expandió con calles de 20 metros y avenidas de hasta 30 metros, flanqueadas por veredas amplias (de 4 metros o más), que favorecieron una vida urbana más abierta y social, en contraste con la rigidez colonial. Esta planificación permitió que la ciudad respirara, integrando el paisaje y la vida cotidiana en un entorno más saludable y estético. Uno de los hitos de esta modernización fue la creación del Parque del Oeste, hoy conocido como Parque General San Martín, inaugurado en 1896. Diseñado por el paisajista francés Carlos Thays, el parque se inspiró en el Bois de Boulogne de París, con 394 hectáreas de bosque, más de 300.000 árboles y un sistema de riego por acequias que desafía el clima árido y el suelo pedregoso de la región. Este parque no solo fue una obra paisajística, sino también una construcción simbólica de modernidad, que reflejaba el deseo de la dirigencia mendocina de proyectar una ciudad ordenada, saludable y conectada con los modelos europeos. #MendozaCiudadBosque #AcequiasUrbanas #ParqueSanMartín #CarlosThays #ModernidadAndina #HistoriaUrbana #1910Mendoza #OasisCuyano #mendozantigua 

💧 Dique Gustavo André: ingeniería hídrica al servicio del oasis norte mendocino


El Dique Gustavo André, ubicado entre Nueva California (San Martín) y Gustavo André (Lavalle), es una infraestructura clave dentro del sistema de riego del norte mendocino. Se trata de un dique derivador, diseñado para captar y redirigir el caudal del río Mendoza hacia una red de canales que abastecen zonas agrícolas de alto valor productivo. Este dique forma parte de la quinta zona de riego, una de las más extensas y estratégicas de la provincia, y distribuye agua a través de los canales: Bajada de Araujo. Gustavo André. Concesión California. Natalio Estrella. San Pedro. San Pablo. Gracias a obras de modernización impulsadas por el Departamento General de Irrigación, como el revestimiento en hormigón de tramos críticos, se ha logrado mejorar la eficiencia en la entrega de agua y reducir las pérdidas por infiltración. El tramo inferior del río Mendoza —donde se ubica el dique— atraviesa suelos de origen aluvial y eólico, con textura franco-arcillosa, lo que exige una red de drenajes complementaria para evitar saturación y salinización. El Dique Gustavo André no solo representa una solución técnica para el manejo del agua, sino también un símbolo de adaptación territorial, donde la ingeniería se articula con las necesidades de las comunidades rurales y el desarrollo sustentable del oasis norte. #DiqueGustavoAndré #RiegoMendoza #Zona5Riego #LavalleProductivo #InfraestructuraHídrica #CanalesAgrícolas #GestiónDelAgua #OasisNorte #mendozantigua 

🌊 Mendoza y sus bajadas aluvionales: de cauces naturales a calles urbanas


La Área Metropolitana de Mendoza se asienta sobre un territorio moldeado por las bajadas aluvionales que descienden desde el piedemonte de la precordillera. Estos cauces, formados por la erosión hídrica y los torrentes estivales, dieron origen a zanjones y callejones naturales que durante siglos canalizaron los escurrimientos hacia el histórico curso del Goazap Mayu. Con el paso del tiempo, la acción humana transformó este paisaje: los antiguos cauces se convirtieron en parte del sistema viario urbano, conservando su orientación oeste-este como huella de su origen natural. Así, la ciudad se construyó sobre un espacio previamente modelado por la dinámica aluvional, integrando obras culturales como acequias y canales en un territorio marcado por la fragilidad ambiental. El piedemonte mendocino constituye un ambiente inestable, con pendientes pronunciadas, lluvias estivales violentas y suelos poco consolidados. Estas condiciones explican la recurrencia de aluviones históricos, que han dejado huella en la planificación territorial y en la necesidad de obras de mitigación. Hoy, los zanjones aluvionales no solo son parte de la memoria geográfica de Mendoza, sino también un recordatorio de la interacción entre naturaleza y cultura: cauces que fueron caminos de agua y que, con la urbanización, se transformaron en calles y arterias de la ciudad. #MendozaAluvional #Piedemonte #HistoriaUrbana #GoazapMayu #Zanjones #PaisajeCultural #TerritorioYMemoria #EfeméridesMendoza #mendozantigua 

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