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jueves, 18 de diciembre de 2025

📌 25 de Abril de 1811. San José, la victoria oriental que abrió el camino hacia Montevideo y selló el destino de un héroe


El 25 de abril de 1811, se libró el Combate de San José en las cercanías de San José de Mayo, en la Banda Oriental, entre fuerzas realistas dirigidas por el teniente coronel Joaquín Gayón y Bustamante y tropas patriotas de las Provincias Unidas del Río de la Plata, comandadas por los capitanes Manuel Artigas y Venancio Benavídes. Este enfrentamiento se enmarcó en la insurrección oriental iniciada tras la deserción de José Gervasio Artigas en febrero de ese año, y el posterior Grito de Asencio (28 de febrero), liderado por Benavídes, que encendió la rebelión contra el dominio español en la región. La Primera Junta de Buenos Aires, decidida a apoyar la causa oriental, envió al general Manuel Belgrano con instrucciones de respaldar a los sublevados. Bajo su mando, Benavídes y Artigas encabezaron divisiones que avanzaron con rapidez, obteniendo victorias en Soriano y El Colla, y se dirigieron hacia Colonia del Sacramento. Al recibir nuevas órdenes, Benavídes marchó hacia San José, donde ya se encontraba Artigas. El 24 de abril, este último llegó a la villa y, tras exigir sin éxito la rendición de los realistas, atacó sus posiciones en las afueras, obligándolos a replegarse al centro del pueblo. Al caer la noche, suspendió el asalto hasta el amanecer. El 25 de abril, con las fuerzas reforzadas por Benavídes, se reanudó el combate. Tras un breve intercambio de disparos, los patriotas lanzaron un ataque a bayoneta calada. En plena lucha, Manuel Artigas fue mortalmente herido, y Benavídes asumió el mando, logrando vencer a los realistas en un combate cuerpo a cuerpo y capturando su armamento y pertrechos. La victoria fue clave: abrió el camino hacia Montevideo, bastión realista en el Río de la Plata. El capitán Manuel Artigas, caído en combate, fue considerado uno de los primeros oficiales muertos por la independencia, junto al capitán Pereyra de Lucena, fallecido en junio de ese mismo año. Ambos fueron homenajeados con una placa en la Pirámide de Mayo. #SanJosé1811 #ArtigasHéroe #BenavídesAvanza #CaminoAMontevideo #GritoDeAsencio #IndependenciaOriental #mendozantigua 

📌 9 de Marzo de 1811. Tacuarí: la resistencia heroica de Belgrano frente a la superioridad paraguaya


El 9 de marzo de 1811, en la ribera sur del río Tacuarí, el general Manuel Belgrano libró una de las batallas más desiguales y valientes de la campaña al Paraguay, emprendida por la Primera Junta tras la Revolución de Mayo. Su objetivo era sumar a la provincia al movimiento emancipador, pero tras la derrota naval de San Nicolás, no recibió los refuerzos prometidos desde Buenos Aires. Con apenas 400 hombres, Belgrano se atrincheró en la margen meridional del río, mientras el resto de sus tropas mantenía abiertas las comunicaciones. La vanguardia paraguaya, al mando de Florencio Yegros, lo había hostigado durante la retirada desde Paraguarí, y se unió en Tacuarí con las fuerzas del general Manuel Cabañas y los refuerzos enviados por el gobernador Velasco, liderados por Juan Manuel Gamarra. En total, los realistas reunieron 3.000 soldados y una poderosa artillería. Ese día, Cabañas lanzó un ataque simultáneo desde tres frentes. A pesar de la abrumadora desventaja, Belgrano y sus hombres ofrecieron una resistencia feroz, impidiendo repetidamente el cruce del río y rechazando oleadas enemigas. Sin embargo, la retaguardia fue rodeada y su jefe, el mayor José Ignacio de Machain, cayó prisionero, dejando a Belgrano en una situación crítica. Cabañas, convencido de su inminente victoria, envió un emisario exigiendo la rendición bajo amenaza de muerte. La respuesta de Belgrano fue tajante: “Dígale a su jefe que venga a tomarlas”. Acto seguido, lanzó un contraataque desesperado. La infantería patriota, dirigida por el capitán Pedro Ibáñez, logró hacer retroceder al enemigo tras causarles 30 bajas. Sin fuerzas para continuar la lucha, Belgrano envió al doctor José Alberto Echeverría como parlamentario. Las negociaciones derivaron en la firma del Armisticio Belgrano-Cabañas, que puso fin a las hostilidades. Aunque la batalla fue una derrota táctica, el gesto de dignidad y firmeza de Belgrano dejó una huella profunda en la historia de la independencia. #Tacuarí1811 #BelgranoResiste #HonorEnLaDerrota #CampañaAlParaguay #RevoluciónDeMayo #CorajeCriollo #mendozantigua 

📌 2 de Marzo de 1811. San Nicolás, la primera batalla naval de la Revolución y el heroísmo de Azopardo


El 2 de marzo de 1811, se libró el primer combate naval de la historia argentina en las aguas del río Paraná, frente a San Nicolás de los Arroyos. La Primera Junta, decidida a romper el bloqueo español sobre el puerto de Buenos Aires y asegurar la comunicación con las tropas de Belgrano, que planeaban apoyar a Artigas en la Banda Oriental, organizó una pequeña escuadrilla gracias al esfuerzo del patriota Francisco de Gurruchaga. La flotilla, integrada por la goleta Invencible, el bergantín 25 de Mayo y la balandra América, fue confiada al mando del corsario francés Juan Bautista Azopardo, acompañado por Hipólito Bouchard y Ángel Hubac. Partieron el 18 de febrero desde Buenos Aires, vitoreados por el pueblo. Al llegar a San Nicolás, fueron interceptados por una escuadra realista comandada por el capitán de fragata Jacinto de Romarate, con fuerzas muy superiores. Azopardo intentó compensar la desventaja usando la estrechez del canal y desplegando baterías terrestres con cañones desmontados de la América. El combate comenzó a las 15:00 horas. Aunque los bergantines enemigos encallaron brevemente, la falta de decisión de algunos oficiales patriotas impidió aprovechar la ventaja. Por la tarde, los realistas retomaron el ataque: la tripulación del 25 de Mayo huyó, la América fue abandonada, y solo la Invencible resistió hasta ser abordada tras dos horas de feroz combate. Azopardo, herido y con apenas ocho hombres en pie, intentó volar la santabárbara para evitar la captura, pero fue reducido antes de lograrlo. Las tropas patriotas en tierra llegaron tarde, y Romarate ordenó incendiar los tres buques capturados. A pesar de la dolorosa derrota, la Junta respondió con un llamado al alistamiento general, reafirmando su compromiso con la causa revolucionaria. Azopardo fue hecho prisionero, enviado a Montevideo y luego a Cádiz, donde permaneció encarcelado hasta 1820. Al ser capturado, exclamó: “La desgracia no me ha dejado acabar de cumplir con mi deber”. En Montevideo, la victoria fue celebrada con burlas hacia los porteños, incluyendo una copla satírica que ridiculizaba los esfuerzos navales de la joven república. #SanNicolás1811 #AzopardoInvencible #PrimeraBatallaNaval #MarinaRevolucionaria #RíoDeLaPlataEnLlamas #HonorYPérdida #mendozantigua

19 de Enero de 1811. 📌 Paraguarí, el día que Belgrano desafió la superioridad y se retiró con dignidad


El 19 de enero de 1811, en las cercanías de Paraguarí, el general Manuel Belgrano enfrentó su primer gran combate en la campaña al Paraguay, emprendida por la Primera Junta tras la Revolución de Mayo. Su objetivo era incorporar esa provincia al movimiento emancipador iniciado en Buenos Aires. El gobernador Bernardo de Velasco, al frente de un ejército muy superior en número y artillería, intentó detener el avance de Belgrano hacia Asunción. Sin embargo, en un giro inesperado, Belgrano tomó la iniciativa y lanzó un ataque sorpresivo que logró romper las líneas realistas y provocó la fuga desordenada de Velasco y sus tropas. Una pequeña fuerza patriota persiguió imprudentemente a los fugitivos, lo que permitió a los realistas reorganizarse y contraatacar, rodeando a las avanzadas criollas. Belgrano, al ver comprometida su posición, ordenó la retirada, pero lo hizo con tal firmeza que desfiló con sus hombres frente al enemigo sin ser atacado, en un gesto de disciplina y coraje. Consciente de que no podría llegar a Asunción con sus fuerzas diezmadas, pidió refuerzos a Buenos Aires y se replegó hacia el río Tacuarí, recorriendo 70 leguas bajo la constante presión de la vanguardia paraguaya, comandada por Fulgencio Yegros. Al llegar, estableció posiciones defensivas en la margen sur del río, con la esperanza de ganar el apoyo de los pobladores locales para la causa revolucionaria. Este episodio, aunque adverso en lo militar, consolidó la figura de Belgrano como un líder firme y respetado, y marcó un momento clave en la difusión de las ideas independentistas en el Paraguay, que meses después iniciaría su propio proceso emancipador. #Paraguarí1811 #BelgranoEnCampaña #RetiradaConHonor #RevoluciónEnMarcha #TacuaríResiste #HistoriaRioplatense #mendozantigua 

📌 19 de Diciembre de 1810. Campichuelo, el golpe audaz que abrió la campaña de Belgrano en Paraguay


El 19 de diciembre de 1810, en el Paso del Campichuelo, se libró el primer enfrentamiento armado de la campaña al Paraguay, emprendida por el Ejército del Norte tras la Revolución de Mayo. La Primera Junta había enviado dos expediciones: una hacia el Alto Perú y otra hacia Paraguay, esta última bajo el mando del general Manuel Belgrano, con el objetivo de sumar adhesiones al nuevo gobierno patrio. Belgrano cruzó el litoral argentino y, al llegar al río Paraná, frente al actual departamento de Candelaria (Misiones), logró firmar un armisticio con el comandante paraguayo Pablo Thompson, quien había salido a su encuentro para frenar su avance. Sin embargo, al romperse el acuerdo, una pequeña fuerza patriota liderada por el ayudante Manuel Artigas —primo de José Gervasio Artigas— lanzó un ataque sorpresivo contra la vanguardia paraguaya, que se hallaba fortificada en el paso. En la acción, los patriotas capturaron una bandera y piezas de artillería, obligando a Thompson a replegarse y abandonar su posición junto con sus cañones. Este triunfo táctico, aunque modesto en escala, resultó estratégicamente clave: permitió a Belgrano consolidar el cruce del Paraná y avanzar hacia el interior paraguayo, iniciando una campaña que, si bien terminaría en derrota militar, sembró las primeras semillas del movimiento independentista paraguayo. #Campichuelo1810 #BelgranoEnMarcha #ArtigasAtaca #RevoluciónEnElParaná #HistoriaRioplatense #PrimerChoque #mendozantigua 

19 de Diciembre de 1840. El día que Córdoba volvió al rojo punzó: Oribe entró y López recuperó el poder. (Imagen Ilustrativa)


El 19 de diciembre de 1840, la ciudad de Córdoba volvió a quedar bajo control federal tras la entrada del general Manuel Oribe, comandante del ejército enviado por Juan Manuel de Rosas para sofocar la rebelión unitaria. Dos meses antes, el 10 de octubre, una revolución local había derrocado al gobernador Manuel “Quebracho” López, figura emblemática del federalismo cordobés, alterando el equilibrio político del interior argentino. Sin embargo, la situación cambió drásticamente tras la derrota del general Juan Lavalle en la batalla de Quebracho Herrado (28 de noviembre), donde las fuerzas federales impusieron una victoria decisiva. El ejército vencedor, al mando de Oribe, avanzó hacia Córdoba en busca del general Gregorio Aráoz de Lamadrid, quien se había refugiado allí tras la caída de Lavalle. Ante la inminente llegada de las tropas federales, Lamadrid y sus seguidores evacuaron la ciudad, dejando el camino libre para el retorno del régimen depuesto. Ese mismo día, Manuel López reasumió el gobierno provincial, restaurando el orden federal en una provincia clave para el control del interior. El episodio marcó un punto de inflexión en la Guerra Civil Argentina, consolidando la hegemonía rosista en el centro del país y debilitando aún más al bando unitario. #Córdoba1840 #OribeEntra #LavalleDerrotado #RegresoDeLópez #GuerraCivilArgentina #FederalismoYRevolución #mendozantigua 

19 de Diciembre de 1810. Campichuelo: el golpe certero de Artigas que abrió la ruta hacia Paraguay


El 19 de diciembre de 1810, en el Paso del Campichuelo, ubicado frente al actual Departamento Candelaria (Misiones, Argentina) y en territorio del Itapuá paraguayo, se libró un combate clave en los inicios de la campaña al Paraguay. Tras la Revolución de Mayo, la Primera Junta envió dos expediciones militares: una hacia el Alto Perú y otra hacia Paraguay, esta última bajo el mando del general Manuel Belgrano. Su objetivo era lograr la adhesión de esas regiones al nuevo gobierno revolucionario. Durante su avance por el litoral, Belgrano cruzó el río Paraná por el Paso de Campichuelo, donde inicialmente firmó un armisticio con el comandante paraguayo Pablo Thompson, quien había salido a su encuentro con fuerzas realistas para frenar su avance. Sin embargo, al romperse el acuerdo, una pequeña fuerza patriota liderada por el ayudante Manuel Artigas —primo de José Gervasio Artigas— lanzó un ataque sorpresivo contra la vanguardia paraguaya, que se hallaba fortificada en el paso. En la acción, los patriotas capturaron una bandera y piezas de artillería, obligando a Thompson a replegarse y abandonar su posición junto con sus cañones. Este triunfo, aunque menor en escala, resultó estratégicamente decisivo, ya que permitió a Belgrano consolidar su cruce del río y continuar su marcha hacia el interior paraguayo. La campaña, sin embargo, culminaría meses después con las derrotas de Paraguarí y Tacuarí, aunque sembró las bases del proceso independentista paraguayo. #Campichuelo1810 #ArtigasEnAcción #BelgranoEnParaguay #RevoluciónEnMarcha #HistoriaRioplatense #PasoEstratégico #mendozantigua 

19 de Diciembre de 1813. Vilcapugio y Ayohuma: la carta que reveló el caos detrás de las derrotas patrias. (Imagen Ilustrativa)


El 19 de diciembre de 1813, desde Jujuy, Tomás Manuel de Anchorena escribió a su hermano Nicolás una carta reveladora sobre los desastres militares sufridos por el Ejército del Norte en Vilcapugio (1 de octubre) y Ayohuma (14 de noviembre). Como secretario de Manuel Belgrano, Anchorena presenció de cerca el caos, la deserción y la falta de liderazgo que condenaron ambas batallas. Anchorena, comerciante porteño de sólida formación, había aceptado colaborar con Belgrano en la campaña del Alto Perú. En su carta, criticó duramente a los oficiales patrios, a quienes acusó de cobardía, ineptitud y abandono de funciones. Relató cómo muchos se escondieron tras lomas, se tendieron en el suelo o abandonaron la línea de combate, dejando a la tropa sin conducción. Denunció también la falta de disciplina en la retirada desde Potosí, con deserciones nocturnas, pérdida de municiones y caudales, y desorganización logística, incluso cuando el enemigo no los perseguía. A pesar de todo, destacó la entereza de Belgrano, quien resistió el colapso moral de sus subordinados sin perder la razón ni el liderazgo. Anchorena señaló que algunos jefes intentaron culpar a Belgrano para encubrir sus errores y conservar sus cargos. También mencionó la inobediencia del ala derecha, flanqueada por el enemigo, y la excusa de una zanja que, según él, no justificaba el desorden. Este testimonio, conservado en el Archivo General de la Nación, forma parte del acervo familiar donado por los descendientes de Anchorena y constituye una fuente valiosa para comprender el drama interno del ejército patriota. #Ayohuma1813 #Vilcapugio #AnchorenaTestigo #BelgranoResiste #MemoriaPatriota #CartasQueHablan #mendozantigua 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

El 18 de diciembre de 1820, José de San Martín, como Protector del Perú, premió con una medalla a los patriotas que vencieron a los realistas en el Cerro de Pasco el 6 de diciembre de ese mismo año.


El 18 de diciembre de 1820, el general José de San Martín, en su rol de Protector del Perú, dispuso la entrega de una medalla conmemorativa a los combatientes que habían derrotado a las fuerzas realistas en la Batalla del Cerro de Pasco, librada el 6 de diciembre de 1820. En el anverso de la medalla se grabó la inscripción “A los vencedores de Pasco”, mientras que en el reverso figuró la fecha de la victoria. Según documentos oficiales, las medallas destinadas al general de división y jefes fueron confeccionadas en oro, mientras que las de los oficiales se realizaron en plata. Para los sargentos, cabos y soldados, se otorgó un escudo ovalado de paño blanco bordado, que debía usarse en el uniforme como símbolo de honor. La batalla, dirigida por el coronel mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, formó parte de la Primera Campaña de la Sierra del Perú. Con apenas 740 infantes, 120 jinetes y 4 cañones, los patriotas lograron vencer a unos 900 infantes y 160 jinetes realistas, capturando además la bandera del regimiento Talavera, que luego fue remitida por San Martín desde Lima a Buenos Aires. Este reconocimiento no solo exaltó el valor de los combatientes, sino que también reforzó la moral del Ejército Libertador del Perú, consolidando la estrategia sanmartiniana de combinar la acción militar con gestos simbólicos que fortalecieran la identidad patriota. #SanMartín #CerroDePasco1820 #VencedoresDePasco #LibertadorDelPerú #HistoriaSudamericana #MemoriaPatriota #mendozantigua 

18 de Diciembre de 1885. Cuando la nieta de San Martín envió a Mitre documentos inéditos desde Francia


En 1885, la nieta del Libertador, Josefa Dominga Balcarce de San Martín, escribió al general Bartolomé Mitre para informarle que había descubierto en un cajón de su casa de campo en Brunoy, Francia, un lote de documentos y papeles inéditos pertenecientes a su abuelo. Ella desconocía su existencia hasta ese momento. Le comunicó que los enviaría a Buenos Aires a bordo del vapor Níger, que zarpaba desde Burdeos el 18 de diciembre de 1885. Estos materiales se sumaron al acervo documental que Mitre venía reuniendo para escribir la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, obra que se convirtió en referencia fundamental para la historiografía argentina. Josefa Dominga, nacida en 1836 en Grand Bourg, fue hija de Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada y de Mariano Severo Balcarce. Junto con su hermana María Mercedes, ambas nietas del Libertador preservaron parte del legado familiar. Su gesto de 1885 permitió que se recuperaran escritos que enriquecieron el conocimiento sobre la vida y pensamiento del prócer. Este episodio reflejó cómo la memoria de San Martín continuó viva en su descendencia y cómo Mitre, además de político y militar, desempeñó un papel clave como historiador y recopilador de fuentes. #SanMartín #Mitre #DocumentosHistóricos #Brunoy1885 #MemoriaArgentina #LegadoDelLibertador #mendozantigua 

18 de Diciembre de 1873. El cólera volvió a Buenos Aires: 897 muertes en tres meses de epidemia



Durante el verano de 1873, la ciudad de Buenos Aires sufrió nuevamente el impacto del cólera, enfermedad que ya había azotado en brotes anteriores. El 18 de diciembre se notificaron los primeros casos: uno en La Boca y otro en la parroquia de Catedral al Sud. En los días siguientes, nuevos contagios confirmaron la llegada de la epidemia. Aunque este brote tuvo una repercusión menor en comparación con la devastadora epidemia de 1867-68 y la fiebre amarilla de 1871, no dejó de ser grave: se extendió hasta el 13 de marzo de 1874 y provocó 897 muertes. La enfermedad se propagó por todas las parroquias porteñas, alcanzando un máximo de 29 defunciones diarias hacia el 30 de diciembre. A partir del 15 de enero de 1874, los casos comenzaron a disminuir hasta que la epidemia se extinguió en marzo. Según estudios históricos, la respuesta social incluyó la formación de comisiones de vecinos, que actuaron ante la parálisis del Estado municipal, organizando medidas de higiene y asistencia. El cólera, conocido en el siglo XIX como “cólera morbo” o “cólera europeo”, se transmitía principalmente por agua y alimentos contaminados. En Buenos Aires, la precariedad de las condiciones sanitarias y el crecimiento urbano acelerado favorecieron su expansión. Este episodio se sumó a la serie de epidemias que marcaron la vida urbana de la capital argentina en el siglo XIX, dejando huellas en la memoria colectiva y en la necesidad de fortalecer políticas de salud pública. #Cólera1873 #BuenosAiresHistórica #MemoriaSanitaria #EpidemiasDelSigloXIX #HistoriaArgentina #mendozantigua 

18 de Diciembre de 1805. San Fernando de Buena Vista: del temporal al nacimiento de una ciudad ribereña


El Municipio de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires, se originó el 18 de diciembre de 1805 por un edicto del virrey Sobremonte, quien reconoció oficialmente la villa con el nombre de San Fernando de Buena Vista. La historia del lugar, sin embargo, se remontaba a más de dos siglos antes. Hacia 1600, un grupo de soldados que había acompañado a Juan de Garay en la fundación de Buenos Aires decidió instalarse con sus familias en tierras cercanas al río Las Conchas (actual Tigre). Allí levantaron viviendas y sobrevivieron a las dificultades del clima y a la hostilidad de los nativos. Con el tiempo, la población creció gracias a la llegada de otros colonos españoles y prosperó mediante el comercio de cueros y pequeños cultivos. En 1802, el vicario Manuel Saturnino de San Ginés advirtió el riesgo constante de las inundaciones y sugirió trasladar el poblado a una zona más alta, en Punta Gorda. Algunos vecinos lo siguieron y él mismo levantó un rancho para la nueva iglesia. El 5 y 6 de junio de 1805, un temporal acompañado de una gran creciente arrasó el pueblo original en apenas cinco horas. Los sobrevivientes se trasladaron definitivamente a Punta Gorda, donde San Ginés ya había construido una capilla, fijado un cementerio fuera del poblado —una medida innovadora para la época— y fundado una escuela. Finalmente, el 18 de diciembre de 1805, Sobremonte ordenó erigir la villa con el nombre de San Fernando, en honor al príncipe de Asturias, heredero del trono español. El agregado “Buena Vista” surgió cuando el virrey, impresionado por la belleza del paisaje desde las barrancas, decidió sumarlo al nombre. Con el tiempo, esa denominación se simplificó y quedó solo como San Fernando. Posteriormente, el municipio se consolidó como uno de los partidos más poblados del norte bonaerense. En el siglo XIX recibió una fuerte corriente de inmigrantes europeos y en 1864 la llegada del Ferrocarril del Norte impulsó su crecimiento económico y social. #SanFernando1805 #BuenaVista #HistoriaBonaerense #OrígenesUrbanos #MemoriaArgentina #FundaciónDeCiudades #mendozantigua 

18 de diciembre de 1810 La Junta Grande: cuando las provincias se sumaron al gobierno revolucionario


El 18 de diciembre de 1810, la Primera Junta de Gobierno decidió transformarse en la Junta Grande, incorporando a los representantes enviados por los cabildos provinciales. La medida buscó ampliar la base política del nuevo Estado surgido tras la Revolución de Mayo, otorgando mayor participación a las Provincias Unidas del Río de la Plata. El secretario Mariano Moreno se opuso, pues advirtió que los diputados del interior, en su mayoría conservadores, obstaculizarían sus proyectos revolucionarios. Sin embargo, figuras como Cornelio Saavedra y el deán Gregorio Funes impulsaron la incorporación, argumentando que Buenos Aires no podía gobernar sola y que era necesario reforzar la confianza pública. En la sesión del 18 de diciembre, se sumaron nueve diputados: Funes (Córdoba), García de Cossio (Corrientes), Gurruchaga (Salta), Manuel Ignacio Molina (Mendoza), Olmos de Aguilera (Catamarca), Tarragona (Santa Fe), Manuel Felipe Molina (Tucumán), Julián Pérez (Tarija) y Gorriti (Jujuy). La votación resultó favorable: 14 apoyaron la incorporación y solo Moreno y Paso se opusieron. La Junta Grande funcionó como un organismo provisorio hasta el 22 de septiembre de 1811, cuando fue reemplazada por el Primer Triunvirato, que reinstaló la hegemonía porteña. El historiador Ravignani destacó que con la Junta Grande surgió un nuevo factor político: el partido provincial, que dejó de ser una facción para convertirse en fuerza decisiva en la construcción del Estado argentino. #JuntaGrande1810 #RevoluciónDeMayo #HistoriaArgentina #ProvinciasUnidas #MorenoVsSaavedra #MemoriaHistórica

El 18 de diciembre de 1864 se fundó en Buenos Aires la Legión Paraguaya, integrada por emigrados opositores a Francisco Solano López. Participó en la Guerra de la Triple Alianza, se dividió por conflictos internos y reapareció en 1869 en Asunción como cuerpo aliado, influyendo en el gobierno provisional paraguayo.


El 18 de diciembre de 1864, un grupo de emigrados paraguayos estableció en Buenos Aires la Legión Paraguaya, con el propósito de regenerar la patria y poner fin al régimen de Francisco Solano López. Según el acta de fundación conservada en el archivo del general Juan A. Gelly y Obes, los objetivos eran claros: rescatar al Paraguay de la tiranía, instaurar una Constitución republicana, promover líderes respetados por los países vecinos y garantizar que los López fueran juzgados ante la ley. La asociación reunió entre 30 y 40 hombres, quienes aseguraban poder movilizar a más de 2.000 paraguayos dispersos en el litoral argentino. Entre sus principales figuras se encontraban José Segundo y Juan Francisco Decoud, Jaime Sosa, Benigno Ferreira, Carlos Loizaga, Fernando Iturburu y Cirilo Antonio Rivarola. Durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), la Legión se incorporó a las fuerzas del general Wenceslao Paunero en Corrientes, aunque pronto sufrió divisiones internas. Algunos miembros, como Ferreira, pasaron al Ejército argentino, mientras que otros continuaron en la campaña legionaria. En septiembre de 1865, Sosa, Ferreira y los Decoud participaron en la capitulación del coronel Estigarribia en Uruguayana. En el último año de la guerra, surgió en Asunción una segunda Legión Paraguaya, formada por 367 opositores a López, que ofrecieron sus servicios a los aliados. El presidente argentino Domingo F. Sarmiento aceptó oficialmente la propuesta el 20 de febrero de 1869, y poco después, el general Emilio Mitre entregó la bandera paraguaya en una ceremonia solemne. Esta nueva unidad combatió en la Campaña de la Cordillera, en los meses finales del conflicto. El mariscal López protestó ante Gastón de Orléans, comandante aliado, al ver flamear esa bandera frente a su ejército. Finalmente, el gobierno provisional paraguayo surgido en junio de 1869 tuvo como protagonistas a varios legionarios, entre ellos Cirilo A. Rivarola, Carlos Loizaga y Díaz de Bedoya, quienes fueron impuestos por Brasil y Argentina respectivamente. La Legión Paraguaya representó tanto la resistencia política de los exiliados como la influencia de los aliados en la reorganización del Paraguay tras la guerra. #LegiónParaguaya #TripleAlianza #HistoriaDelParaguay #BuenosAires1864 #SoberaníaYMemoria #MendozaAntigua

El 18 de diciembre de 1805, San Fernando de Buena Vista: del temporal, al nacimiento de una ciudad junto al río


El 18 de diciembre de 1805, el virrey Sobremonte oficializó el nombre de San Fernando de Buena Vista, tras el traslado de los pobladores a Punta Gorda luego de un temporal devastador. La ciudad ya tenía raíces desde el siglo XVII, con soldados de Juan de Garay y comerciantes que prosperaron en la zona del río Las Conchas. Por primera vez se registró en un documento oficial el nombre de San Fernando de Buena Vista, designando a la villa bonaerense levantada junto al Río de la Plata. La historia de este poblado había comenzado mucho antes. Hacia 1600, un grupo de soldados que acompañó a Juan de Garay se asentó en tierras próximas al río Las Conchas (actual Tigre), iniciando una comunidad que prosperó con el comercio de cueros y pequeños cultivos. Sin embargo, las crecientes del río ponían en riesgo constante a los habitantes. En 1802, el vicario Manuel Saturnino de San Ginés advirtió el peligro y sugirió trasladar el poblado a una zona más alta, en Punta Gorda. Algunos vecinos lo siguieron y él mismo levantó un rancho para la nueva iglesia. El 5 y 6 de junio de 1805, un temporal acompañado de una gran creciente destruyó el pueblo original en apenas cinco horas. Los sobrevivientes se trasladaron definitivamente a Punta Gorda, donde San Ginés ya había construido una capilla, fijado un cementerio fuera del poblado —una medida progresista para la época— y fundado una escuela. A fines de ese mismo año, el virrey Rafael de Sobremonte ordenó erigir la villa con el nombre de San Fernando, en honor al príncipe de Asturias, heredero del trono español. Al contemplar el paisaje desde las barrancas, agregó la denominación “Buena Vista”, impresionado por la belleza del lugar. Este acto fundacional consolidó la identidad de San Fernando, que desde entonces se convirtió en un núcleo urbano clave del norte bonaerense, con fuerte vínculo al comercio fluvial y al desarrollo agrícola. #SanFernando1805 #BuenaVista #HistoriaBonaerense #OrígenesUrbanos #MemoriaArgentina #FundaciónDeCiudades #mendozantigua 

La última expedición de Luis Piedrabuena, iniciada el 18 de diciembre de 1881, recorrió durante ocho meses las costas australes y dejó valiosa información científica y geográfica que fortaleció la soberanía argentina en la Patagonia y Tierra del Fuego



El presidente Julio Argentino Roca, decidido a eliminar los “desiertos” y territorios desconocidos del mapa nacional, envió en 1881 diversas expediciones militares y científicas. Algunas se destinaron a someter a los pueblos originarios rebeldes y otras a explorar las tierras conquistadas, con el fin de integrarlas al progreso y reafirmar la soberanía argentina. Entre ellas se destacó la Expedición Científica Austral Argentina, comandada por el marino Luis Piedrabuena, quien partió el 18 de diciembre de 1881 a bordo de la corbeta Cabo de Hornos y el cúter Patagones. En la misión participó el teniente italiano Giacomo Bove, solicitado expresamente al rey de Italia para dirigir los estudios científicos, junto con especialistas como el botánico Carlos Spegazzini, el geólogo Domingo Lovisato y el zoólogo Decio Vinciguerra. Durante ocho meses, la expedición recorrió las islas de los Estados, las costas de Tierra del Fuego, la Tierra de Graham, el mar de Ross y el canal de Beagle, realizando observaciones de gran valor geográfico y natural. En el trayecto, Piedrabuena rescató a 11 marineros británicos sobrevivientes del naufragio del barco Pactolus, trasladándolos hasta Punta Arenas. Los expedicionarios regresaron en agosto de 1882, primero el Patagones y luego el Cabo de Hornos. El Instituto Geográfico Argentino condecoró a los jefes de la misión, siendo uno de los pocos reconocimientos que Piedrabuena recibió en vida, ya que falleció en 1883, poco antes de cumplir 50 años. La expedición aportó información clave para los planes de integración territorial y el desarrollo económico de la región austral, consolidando la presencia argentina en zonas estratégicas del Atlántico Sur. #Piedrabuena1881 #ExpediciónAustral #SoberaníaArgentina #PatagoniaHistórica #TierraDelFuego #HistoriaMarítima

El 18 de diciembre de 1835, Juan Manuel de Rosas promulgó la Ley de Aduana, instaurando un sistema proteccionista que gravó y prohibió importaciones para favorecer la producción local. La norma benefició a Buenos Aires y al interior, aunque generó tensiones con provincias como Corrientes y Santa Fe


El 18 de diciembre de 1835, Juan Manuel de Rosas firmó la Ley de Aduana, atendiendo los reclamos de varios gobernadores provinciales que exigían medidas contra el librecambismo heredado del virreinato y de las políticas de Bernardino Rivadavia. La norma estableció un proteccionismo aduanero en la Confederación Argentina, con el objetivo de impulsar la producción nacional y dar salida a los productos locales que hasta entonces eran desplazados por las importaciones. La ley impuso altos aranceles —del 35% y hasta el 50% en algunos casos— y prohibió la entrada de ciertos artículos extranjeros como manteca, maíz, mostaza, escobas de paja, botones, espuelas de hierro y ruedas para carruajes. También fijó derechos diferenciados: 5% para insumos básicos como hierro, acero, carbón o instrumentos agrícolas. 10% para armas, pólvora, seda y arroz. 24% para azúcar, café, yerba mate y algodón. 35% para muebles, ropa hecha, vinos y licores. 50% para cerveza, fideos, papas y sillas de montar. En materia de exportaciones, la ley gravó con un peso cada cuero de bovino o equino, con 1% el oro y la plata sellada, pero declaró libres los granos, harinas y carnes saladas exportadas en barcos nacionales. En cuanto al comercio terrestre, aplicó un 10% a la yerba y tabaco del Paraguay y un 20% a los cigarros, mientras que los productos chilenos quedaron exentos. Muchas provincias agradecieron la medida, pues veían satisfechos viejos reclamos frente a la hegemonía porteña. Sin embargo, Corrientes y Santa Fe protestaron: el gobernador correntino Rafael León de Atienza denunció que la yerba y el tabaco locales pagaban los mismos tributos que los paraguayos, y cuestionó el 20% aplicado a los cigarros, industria clave de su provincia. Rosas nunca reconoció la independencia del Paraguay, lo que justificaba para él aplicar idénticos aranceles. Recién con Justo José de Urquiza en la presidencia se reconoció formalmente la soberanía paraguaya. La Ley de Aduana de 1835 representó un punto de inflexión económico: fortaleció a Buenos Aires y al interior frente a la competencia extranjera, pero también consolidó la dependencia de las provincias respecto de la Aduana porteña. #LeyDeAduana1835 #Rosas #Proteccionismo #HistoriaArgentina #EconomíaCuyana #Confederación #mendozantigua 

martes, 16 de diciembre de 2025

17 de Diciembre de 1921: La represión en San Julián y el sacrificio de Facón Grande. (Imagen Ilustrativa)


El 17 de diciembre de 1921, en plena represión de las huelgas rurales patagónicas, las tropas del teniente coronel Elbio Anaya avanzaron desde la estancia San José hacia el norte. Al mediodía, tras un tiroteo en la Tapera de Casterán, fueron capturados numerosos huelguistas. Aunque los militares informaron que solo habían muerto el dirigente Albino Argüelles y dos peones, en realidad se fusiló a cerca de un centenar de prisioneros, en uno de los episodios más sangrientos de la llamada Patagonia Rebelde. La última columna activa estaba dirigida por José Font, conocido como “Facón Grande”, un carrero que se convirtió en símbolo de la resistencia obrera. Font operaba en la zona del Ferrocarril Patagónico y dividió sus fuerzas: una columna de 300 hombres marchó hacia Bahía Laura, al sur de Puerto Deseado, mientras él mismo condujo otra hacia Pico Truncado. En su avance ocuparon el poblado de Las Heras, dejando al delegado Antonio Echevarría al mando. La represión de diciembre de 1921 marcó el desenlace de las huelgas iniciadas en 1920, que reclamaban mejores condiciones laborales para los peones de campo. El movimiento fue liderado por figuras como Antonio Soto, Ramón Outerelo y Albino Argüelles, este último fusilado en San José. La violencia estatal dejó un saldo estimado de 1.500 a 2.000 trabajadores asesinados, según investigaciones históricas, y se convirtió en una herida profunda en la memoria social argentina. Albino Argüelles (1896-1921) fue herrero y sindicalista socialista, asesinado el mismo 17 de diciembre. La represión fue ordenada por el presidente Hipólito Yrigoyen, bajo presión de los grandes estancieros y la Sociedad Rural. El episodio fue inmortalizado por Osvaldo Bayer en su investigación La Patagonia Rebelde, y llevado al cine en 1974 por Héctor Olivera. #PatagoniaRebelde #FacónGrande #AlbinoArgüelles #MemoriaHistórica #17Diciembre1921 #LuchaObrera #HistoriaArgentina #mendozantigua 

El 17 de diciembre de 1832, la Legislatura de Buenos Aires eligió al general Juan Ramón Balcarce como gobernador, tras la negativa de Juan Manuel de Rosas de continuar en el cargo y marcharse al sur para encabezar la Campaña al Desierto. (Imagen Ilustrativa)


La decisión profundizó las tensiones dentro del partido federal, dividido entre los moderados —apodados “lomos negros”— y los “federales netos” o “apostólicos”, fieles seguidores de Rosas. En las elecciones de 1833, los moderados triunfaron, lo que provocó la renuncia de varios diputados rosistas y nuevos comicios interrumpidos por disturbios. Mientras tanto, Rosas permanecía en campaña y su esposa Encarnación Ezcurra dirigía la política porteña. Fue ella quien impulsó la Revolución de los Restauradores, que forzó la destitución de Balcarce y la llegada interina de Juan José Viamonte, rápidamente sometido al control rosista. Ese mismo año, Ezcurra organizó la Sociedad Popular Restauradora, conocida como “la Mazorca”, que comenzó como un grupo de adhesión política pero pronto se transformó en una organización represiva y violenta, sembrando miedo entre los opositores y obligando a muchos a emigrar hacia la Banda Oriental. Finalmente, tras la renuncia de Viamonte y breves pasos de otros gobernadores, Rosas aceptó volver al poder el 13 de abril de 1835, imponiendo nuevamente la condición de recibir facultades extraordinarias, lo que consolidó su liderazgo autoritario en Buenos Aires. La división entre “lomos negros” y “apostólicos” marcó el inicio de una fractura interna del federalismo, que debilitó la institucionalidad provincial. La Mazorca fue considerada por historiadores como una de las primeras organizaciones políticas paramilitares en Argentina, símbolo del poder rosista. Rosas gobernó Buenos Aires en dos períodos: 1829-1832 y 1835-1852, consolidando un régimen de control férreo sobre la provincia. #Federales1832 #Rosas #Mazorca #EncarnaciónEzcurra #HistoriaArgentina #15Diciembre #CampañaAlDesierto #mendozantigua 

17 de diciembre de 1867 se habilitó en Buenos Aires el Cementerio General del Sud, destinado a sepultar a inmigrantes y a las víctimas de la epidemia de cólera que azotó la ciudad. (Imagen Ilustrativa)


El predio, de unas 3 hectáreas en el actual barrio de Parque Patricios, había pertenecido a la familia Escalada, donde en 1823 murió de tuberculosis María de los Remedios, esposa del general José de San Martín. En 1871, la llegada de la fiebre amarilla multiplicó las muertes, especialmente en conventillos sin agua ni cloacas, habitados por inmigrantes pobres. La falta de reacción de las autoridades, que ocultaron la peste para no suspender el carnaval, aceleró la propagación. En abril, la ciudad de 200.000 habitantes registraba más de 400 muertes diarias, los hospitales colapsaron y hasta el presidente Domingo Faustino Sarmiento y el vicepresidente Adolfo Alsina abandonaron la capital. El Cementerio del Sud recibió más de 15.000 cuerpos y fue clausurado en 1872. En 1882, los restos de figuras como el escritor José Mármol y el médico Francisco Muñiz fueron trasladados a la Chacarita, y el lugar pasó a llamarse Parque Bernardino Rivadavia, luego Parque Florentino Ameghino en 1928. Hoy, el parque conserva un monumento de Juan Manuel Blanes en homenaje a las víctimas de la fiebre amarilla y al heroísmo de los vecinos que enfrentaron la tragedia. Bajo su tierra aún descansan restos de quienes vivieron aquella época, convirtiéndolo en un sitio de memoria histórica y valor turístico. La epidemia de fiebre amarilla de 1871 dejó más de 13.000 muertos en Buenos Aires. El Cementerio del Sud fue uno de los antecedentes directos de la creación del Cementerio de la Chacarita, inaugurado en 1871 para contener la crisis sanitaria. En San Andrés de Giles también existió un “Cementerio del Sud”, hoy abandonado, que conserva bóvedas históricas y atrae visitantes por su arquitectura funeraria. #CementerioDelSud #BuenosAires1867 #FiebreAmarilla1871 #MemoriaHistórica #ParqueAmeghino #16Diciembre #HistoriaArgentina #mendozantigua 

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