Maurice (nacido en 1933) y Maralyn (1941) eran una pareja británica que decidió emigrar a Nueva Zelanda en 1968. Vendieron su casa y construyeron un velero de 9,4 metros llamado Auralyn, combinando sus nombres. Se formaron como navegantes autodidactas, estudiando manuales de supervivencia y navegación. El 4 de marzo de 1973, mientras navegaban hacia las Islas Galápagos, una ballena cachalote golpeó el casco del Auralyn, provocando su hundimiento. Lograron salvar una balsa inflable, algunas provisiones, mapas, brújula, libros y bengalas. A las 8 de la mañana, el velero desapareció bajo el agua. Comenzaba su odisea. Sobrevivieron recolectando agua de lluvia y comiendo tortugas, peces, aves marinas e incluso tiburones, atrapados con anzuelos improvisados. Sufrieron llagas por la sal, desnutrición, y el deterioro de la balsa, que requería reinflado constante. Vieron siete barcos sin lograr ser rescatados: sus bengalas fallaron y no tenían espejo señalizador. En medio del aislamiento, desarrollaron una conexión profunda con la fauna marina, que parecía acompañarlos. El 30 de junio de 1973, fueron rescatados por el pesquero surcoreano Weolmi 306, tras recorrer más de 2.400 km a la deriva. Estaban demacrados, habían perdido 18 kg cada uno, y apenas podían mantenerse en pie. Fueron llevados a Honolulu, Hawái, donde se recuperaron. Después del naufragio publicaron el libro 117 Days Adrift (1974), también conocido como Staying Alive!. Volvieron al mar en el Auralyn II, viajaron a la Patagonia y escribieron artículos sobre su experiencia. Maralyn falleció en 2002 a los 61 años; Maurice en 2018, a los 85, en la soledad que siempre eligió
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jueves, 17 de julio de 2025
🛶 Maurice y Maralyn Bailey protagonizaron una de las historias de supervivencia más extraordinarias del siglo XX: 117 días a la deriva en el Océano Pacífico, tras el hundimiento de su velero en 1973
Maurice (nacido en 1933) y Maralyn (1941) eran una pareja británica que decidió emigrar a Nueva Zelanda en 1968. Vendieron su casa y construyeron un velero de 9,4 metros llamado Auralyn, combinando sus nombres. Se formaron como navegantes autodidactas, estudiando manuales de supervivencia y navegación. El 4 de marzo de 1973, mientras navegaban hacia las Islas Galápagos, una ballena cachalote golpeó el casco del Auralyn, provocando su hundimiento. Lograron salvar una balsa inflable, algunas provisiones, mapas, brújula, libros y bengalas. A las 8 de la mañana, el velero desapareció bajo el agua. Comenzaba su odisea. Sobrevivieron recolectando agua de lluvia y comiendo tortugas, peces, aves marinas e incluso tiburones, atrapados con anzuelos improvisados. Sufrieron llagas por la sal, desnutrición, y el deterioro de la balsa, que requería reinflado constante. Vieron siete barcos sin lograr ser rescatados: sus bengalas fallaron y no tenían espejo señalizador. En medio del aislamiento, desarrollaron una conexión profunda con la fauna marina, que parecía acompañarlos. El 30 de junio de 1973, fueron rescatados por el pesquero surcoreano Weolmi 306, tras recorrer más de 2.400 km a la deriva. Estaban demacrados, habían perdido 18 kg cada uno, y apenas podían mantenerse en pie. Fueron llevados a Honolulu, Hawái, donde se recuperaron. Después del naufragio publicaron el libro 117 Days Adrift (1974), también conocido como Staying Alive!. Volvieron al mar en el Auralyn II, viajaron a la Patagonia y escribieron artículos sobre su experiencia. Maralyn falleció en 2002 a los 61 años; Maurice en 2018, a los 85, en la soledad que siempre eligió
domingo, 13 de julio de 2025
La vejez de José de San Martín: sus últimos años y el amor por Mendoza. (Por Luciana Sabina) En Francia, rodeado de su hija y nietas, San Martín vivió sus últimos días con serenidad, pero con el corazón siempre en Mendoza.
En 1829, José de San Martín regresó al Río de la Plata tras años de vivir entre Londres y Bruselas. Pero su estancia fue efímera y simbólica: al llegar a Buenos Aires y enterarse de que Lavalle había fusilado a Dorrego, decidió no desembarcar. Su espada no se mancharía con sangre de hermanos. Lo atacaron desde la prensa, lo visitaron viejos compañeros como Álvarez Condarco, Guido y Olazábal, pero permaneció siete días en un buque frente a la ciudad y se alejó sin pisar tierra. Nunca más volvería.
El exilio de José de San Martín
En 1830 se instaló definitivamente en Europa. Vivió en Francia, en una modesta vida de retiro voluntario. Su vínculo con América lo sostuvo a través de la correspondencia, en especial con su entrañable amigo Tomás Guido, quien lo mantenía al tanto de la situación política. Con tono reflexivo, y sabiendo que su figura sería juzgada por la historia, San Martín le anticipó a Guido: “Cuando deje de existir, Vd. encontrará entre mis papeles (…) documentos originales y sumamente interesantes. (…) Ellos (…) manifiestan mi conducta pública y las razones de mi retirada del Perú (…) sí, amigo, la desgracia, porque estoy convencido de que serás lo que hay que ser, si no eres nada” (citado en Ibarguren, 1950: 199-200). Esos papeles jamás llegaron a manos de su amigo. Su destino es hoy un misterio.
Familia, nietas y pintura
El retiro no fue soledad absoluta. Mercedes, su hija, a quien llamaba afectuosamente “la mendocina”, se casó con Mariano Balcarce, hijo del general Antonio Balcarce, amigo íntimo y compañero de campañas. Fue un lazo de sangre y memoria que unió dos familias patriotas. Tras la boda, la pareja viajó a Buenos Aires, donde nació la primera nieta del prócer, María Mercedes. En 1837, desde Francia, San Martín escribió a Pedro Molina con ternura y orgullo: “Mis hijos llegaron [de América] con buena salud (…) y a los pocos días la mendocina dio a luz a una niña muy robusta: aquí me tiene usted con dos nietecitas cuyas gracias no dejan de contribuir a hacerme más llevaderos mis viejos días”. Mientras Mariano se desempeñaba como diplomático argentino, Mercedes criaba a sus hijas con amor y disciplina. La pintura era una de sus aficiones compartidas con su padre. Florencio Balcarce, hermano de Mariano, los visitaba con frecuencia en París y dejó un retrato de aquella vida tranquila: “Tengo el placer —escribió— de ver la familia un día sí y otro no. Iría todas las semanas si los buques de vapor estuvieran del todo establecidos. El general goza a más no poder de esa vida solitaria y tranquila que tanto ambiciona. Un día lo encuentro haciendo las veces de armero y limpiando las pistolas y escopetas que tiene; otro día es carpintero y siempre pasa así sus ratos en ocupaciones que lo distraen de otros pensamientos y lo hacen gozar de buena salud. Mercedes se pasa la vida lidiando con las dos chiquitas que están cada vez más traviesas. Pepa, sobre todo, anda por todas partes levantando una pierna para hacer lo que llama volantín; todavía no habla más que algunas palabras sueltas; pero entiende muy bien el español y el francés. Merceditas [nieta mayor de San Martín] está en la grande empresa de volver a aprender el a b c que tenía olvidado; pero el general siempre repite la observación de que no la ha visto un segundo quieta”
Los últimos días en Boulogne-sur-Mer
La agitación revolucionaria de 1848 los forzó a dejar París. Se refugiaron en Boulogne-sur-Mer, un puerto modesto donde vivieron sus últimos años. Mercedes se empeñaba en que sus hijas hablaran castellano y conocieran todo sobre Argentina, aunque solo lo hicieran desde la nostalgia y los relatos. San Martín amaba con locura a sus nietas, pero también disfrutaba de la soledad: “Muy contento de no tener la menor relación con ninguna persona”, solía decir. Vivía en una casa de dos plantas, sencilla, con su jardín bien cuidado, aunque la vista comenzaba a fallarle por las cataratas. En su dormitorio, colgaba el sable corvo con el que venció a los realistas. Hasta el final, habló de Cuyo, de su gente, de Mendoza. Ricardo Rojas lo resumió con emoción: “Nunca dejó de amar a Mendoza (…) la recordaba siempre, como si ella fuese toda la patria o algo necesario en su vida”. Así vivió sus últimos días el Libertador: entre recuerdos, nietas, pinceles, herramientas y un silencio digno. No pidió homenajes. Solo deseó que su causa, la independencia, triunfara. Y triunfó.
Fuente: https://www.losandes.com.ar/cultura/la-vejez-jose-san-martin-sus-ultimos-anos-y-el-amor-mendoza-n5955051
El día en que la hija del intendente chocó el auto oficial y no tenía carnet. "Acusador acusado": el escándalo político de 1947, la sesión de madrugada en un Concejo Deliberante en 1950 y las acusaciones mutuas. Lo cuenta Gabriel Conte.
La década comenzaba a mover sus páginas, evadiendo el prólogo, poniendo al alcance de los ojos el nudo de la historia de acusaciones cruzadas y denuncias sin conciliación posible, en la que se transformarían "los '50". Eran las diez de la noche del 10 de marzo de 1950, cuando el concejal Fernández, presidente del cuerpo, dio por habilitada la sesión, dando rienda suelta a un tropel desenfrenado de denuncias cruzadas, en las que el denunciado minutos antes, con el paso de las horas se transformaba en denunciante. El primer blanco quedó al descubierto apenas veinte minutos después de iniciada la sesión, y no era otro que el titular del Concejo Deliberante. El expediente número 2.467, conformado a instancia de Ernesto Cortínez, lo señalaba como beneficiado por una licitación pública del Departamento General de Irrigación destinada al mantenimiento de cauces en Los Corralitos. El debate, sin embargo, se centró en la existencia o no del denunciante, llegándose a hablar de la calidad de apócrifa de la misma, con la lógica intención de dilatar cualquier resolución del cuerpo acerca del destino del averiado presidente. Pero al momento de decidir la conformación o no de una comisión investigadora, el concejal Lidauro Ramírez puso el dedo en una llaga que no dejaría en los sucesivo de sangrar: "...está la moción mía primero: que se nombre una comisión para que juzgue la habilidad de los señores concejales". "¿De cuáles señores concejales...?", preguntó desde su banca Aruani, sorprendido por el plural de la afirmación anterior. "De los concejales Fernández y Angel". El doctor Edmundo Alberto Angel era acusado por el intendente municipal de ocupar dos cargos rentados por el Estado: el de concejal y el de médico de la Dirección de Salud Pública Municipal. En realidad, era víctima de un ardid que buscaba desprestigiarlo, luego de que el ahora acusado concejal se burlara en público de las habilidades del jefe comunal. "Voy a decir que es completamente falso el nombramiento que se me ha asignado con la remuneración de doscientos cincuenta pesos mensuales", estalló Angel, para agregar seguidamente que "a mí nunca se me notificó sobre ningún nombramiento. Y es falso también que he abandonado el servicio, el que cumplí con carácter de 'ad honorem". Luego, la parte denunciante aportaría a la investigación documentación falsa dejando al descubierto toda una red de amenazas e intrigas. En el caso de Fernández, se dispuso "citar para la ratificación de la denuncia" a su autor, descartándose de plano la conformación de comisión investigadora por el voto negativo de los concejales Quatrini, Aruani, Castellote, Herrera y Angel, y avalando el procedimiento mencionado los ediles Ramírez, Quiroga y Herrero. En cambio, fueron ocho los votos que permitieron la constitución de un comité investigador del doctor Angel. Fernández, como presidente del cuerpo deliberativo, designó para tal fin a sus colegas Quatrini, Aruani, Castellote, Herrero y Argumedo. Ni un solo minuto después de tomada esta resolución, ingresó como "asunto a tratar" el despacho de otra comisión investigadora: la encargada de dilucidar presuntas irregularidades en el Taller Mecánico Municipal. Como conclusión se enumeraron una serie de cargos que deben ser investigados. Esta duplicidad de investigaciones fue explicada en el recinto por el concejal Castellote, presidente de la comisión investigadora: "Se determina una cantidad de circunstancias mediante actas, sumarios y constataciones, pero recién cuando se le oiga al señor intendente y él explique su actuación y demás, se verá si hay o no motivo para la formación de una causa, porque la causa todavía no se forma en esta sesión". El descontrol en el expendio de nafta, siendo el principal sospechoso nada menos que el intendente municipal, de cuyas características personales se abundó en el discurso de Castellote: "...debemos declarar en este momento que hemos recurrido muchas veces al señor intendente, en armonía y paz, cuando no ocurrían estas cosas, a decirle: 'hay muchas cosas que no marchan bien", apuntó el edil. Luego arremetió contra la cuestionada personalidad del jefe comunal manifestando que "siempre el señor intendente nos recibió con mucha soberbia, imposibilitándonos toda acción de control. Le hemos manifestado que no podía marchar así y él siempre ha salido a la defensa airada, no a la defensa elevada que debe hacer un funcionario que se tiene confianza, como si nosotros le infiriéramos una injuria al suponer que pudiera haber funcionarios que no desempeñan sus funciones correctamente". El radical Herrero arguyó falta de estudio del expediente respectivo para alentar una imposible abstención en la votación del caso. Aunque no se privó de poner sobre el paño cartas que hasta el momento permanecían recluidas en el caso. "Tenemos el caso del señor Jaime Obredor, que figura cargando ochenta litros de nafta -dijo Herrero- aunque no sabemos si esos ochenta litros se le echaron a su automóvil particular cuando el coche de la Intendencia estaba en reparación, con motivo del accidente que es de dominio público". "¿A qué accidente alude?", preguntó ansioso Edmundo Angel, lo que permitió el avivamiento de las llamas en la sala. Castellote, cuando el reloj indicaba las 2.35 de la madrugada, pidió la palabra para dar lectura a los "Antecedentes del accidente de tránsito ocurrido al automóvil de la Intendencia en momentos en que era conducido por la hija del intendente municipal de Guaymallén". El punto segundo de la enumeración de Castellote remontó al pasado tanta insatisfacción contenida, que comenzaba a esparcirse en el lugar: "El accidente ocurrió contra un microómnibus de la línea 33, el día 24 de septiembre de 1947, siendo las siete horas y cincuenta y cinco minutos, e iba el vehículo conducido por la menor, de 16 años (nacida el 1-6-1931), domiciliada en Carril Nacional 2349 de Villa Nueva. No lleva registro de conductor". El expositor fue claro al momento de señalar la presunta irresponsabilidad del intendente, y solicitar una nueva investigación, que se suma a la cadena interminable de acusaciones mutuas, y está dirigida contra la Tesorería Municipal. "La Municipalidad se ve envuelta en un juicio un tanto anormalmente llevado, por el hecho de que un vehículo municipal fue usado indebidamente por una persona ajena a la Municipalidad", dijo Castellote antes de denunciar la falta de publicación de los balances por parte de la Tesorería. Y, por supuesto, se nombró (con seis votos a favor) una nueva comisión investigadora. Diez minutos antes de las 3 de la madrugada, en aquel 1950 el presidente Fernández junto al secretario del Concejo, Chambouleyrón, levantaron la sesión, "no habiendo más asuntos que tratar". Por ahora. Fuente: https://www.memo.com.ar/cultura/historia-guaymallen-concejo/
sábado, 12 de julio de 2025
Quién fue la esposa mendocina de Juan Galo Lavalle. El corazón de Juan Galo Lavalle también tuvo patria: su esposa mendocina, que lo acompañó en silencio hasta la muerte. (Por Luciana Sabina)
Un amor atravesado por la historia
Aunque Lavalle se casó finalmente con Dolores y juntos formaron una familia con cuatro hijos —Hortensia, Augusto, Juan y Dolores, descritos por Mariquita Sánchez como “cuatro bellos ángeles”—, lo cierto es que la vida militar y la pasión política del general siempre ocuparon un lugar prioritario. Dolores, sin embargo, nunca dejó de estar. Esperó, crió a sus hijos sola durante las campañas de su esposo, y guardó un lugar en su corazón para él incluso cuando sabía que otras mujeres lo rodeaban. Porque si bien Lavalle fue amado por más de una —como la célebre Damasita Boedo—, sus cartas revelan un sentimiento profundo por su esposa. En una de esas cartas, escrita a bordo de la fragata que lo traía de regreso a la Argentina después de un exilio en Montevideo, volcó su alma en palabras: “Vos eres el objeto y la causa de una multitud de pensamientos que me ocupan… El público me consideraría un hombre extraordinario si leyera en mi corazón y supiera el zenit de mi ambición de vivir tranquilo con vos y mis adoradas criaturas… Vos y la patria ocupan mi memoria siempre. Adiós, mi vida.”
Dolores Correas, guardiana del legado de Lavalle
Cuando Lavalle murió en campaña, su cuerpo pasó por una travesía digna de novela. Escapando de los hombres de Rosas los de Juan Galo llevaron sus huesos y cabeza hasta Bolivia. Años más tarde, fue Dolores Correas quien trasladó sus restos a Chile, cumpliendo su promesa de custodiarlo aún en la muerte. Décadas después, en 1861, el presidente Bartolomé Mitre impulsó la repatriación del general. La tarea quedó en manos del granadero Gregorio Las Heras. Mitre dispuso que se fabricara una urna especial para los restos de Lavalle, fundida con bronce de cañones españoles tomados en Chacabuco, una de las batallas en las que brilló. En su última carta Lavalle dejó a Dolores una promesa que trasciende sus contradicciones humanas: “Mis cenizas te abrazarán”, escribió, como expresión de su deseo de descansar junto a ella. Y así fue. Dolores Correas falleció en 1872. Su hija Dolores Lavalle cumplió el deseo de su padre: en 1926, madre, padre e hija fueron finalmente sepultados juntos en el cementerio de Recoleta.
Una tumba, una patria, una vigilia
La tumba de Lavalle está custodiada por una estatua de granadero que vela su sueño eterno. La inscripción es clara, poderosa, definitiva: “Granadero, vela su sueño y si despierta, dile que su Patria lo admira.” A pocos pasos reposan Dorrego —a quien Lavalle hizo fusilar— y Rosas, su eterno rival. Pero a su lado está Dolores, la mujer que lo esperó en vida, lo honró en la muerte y lo acompaña en la eternidad. Su figura, tantas veces ignorada, es el alma silenciosa de uno de los capítulos más humanos de nuestra historia. Porque sin Dolores Correas, el general Lavalle no sería el mismo.
Fuente: https://www.losandes.com.ar/cultura/quien-fue-la-esposa-mendocina-juan-galo-lavalle-n5955048
viernes, 11 de julio de 2025
En la década de 1830, el médico estadounidense Dr. John Cook Bennett, presidente del departamento médico de la Universidad de Willoughby en Ohio, revolucionó la percepción del tomate al promocionar el ketchup como una cura medicinal
Afirmaba que los tomates podían tratar indigestión, diarrea, ictericia y otros males digestivos. Publicó recetas de ketchup de tomate y luego las concentró en forma de píldoras, conocidas como “píldoras de tomate”, que se vendían como medicamento patentado. Las píldoras se popularizaron rápidamente, pero también atrajeron a imitadores sin escrúpulos que vendían laxantes sin tomate, haciendo afirmaciones exageradas como curar huesos rotos. Esta ola de falsos remedios desacreditó el producto, y el “imperio medicinal del ketchup” colapsó hacia 1850. En ese entonces, el tomate era visto con sospecha, incluso como venenoso. Bennett ayudó a cambiar esa percepción, promoviendo sus beneficios digestivos. A diferencia de otros medicamentos de la época que contenían mercurio, plomo o cocaína, el ketchup no dañaba al paciente. Este episodio refleja cómo la medicina y la alimentación han estado entrelazadas en la historia, y cómo el marketing puede transformar un condimento en una “cura milagrosa”.
jueves, 10 de julio de 2025
📞 En la era soviética, existían teléfonos sin dial, teclado ni botones, diseñados exclusivamente para recibir llamadas. Estos dispositivos eran conocidos como "teléfonos de línea directa" o "teléfonos de circuito cerrado", y cumplían funciones muy específicas dentro del aparato estatal.
Fueron intencionalmente limitados para impedir que el usuario realizara llamadas salientes. Solo podían recibir comunicaciones desde una central autorizada, como el Kremlin, ministerios o centros de mando militar. Esta restricción garantizaba control total sobre las comunicaciones, evitando filtraciones o uso indebido. Se instalaban en edificios gubernamentales: ministerios, comités centrales, oficinas de planificación. Centros de mando militar: bunkers, bases aéreas, puestos de comando. Fábricas estratégicas: especialmente aquellas vinculadas a defensa, energía o tecnología. Oficinas de la KGB y servicios de seguridad: donde la comunicación debía ser rápida y segura. Funcionaban conectados por líneas dedicadas (no por la red telefónica pública). Algunos modelos tenían luces indicadoras que se encendían al recibir una llamada. El usuario simplemente levantaba el auricular para atender, sin necesidad de marcar. Eran símbolo de jerarquía y acceso privilegiado: solo altos funcionarios o responsables clave tenían uno. Representaban el control estatal sobre la información, en una época donde la vigilancia era parte del sistema. Este tipo de teléfono también existió en otras partes del mundo, pero en la URSS su uso estaba profundamente ligado al modelo centralizado de poder
miércoles, 9 de julio de 2025
“Testigo del Tiempo: La Secuoya que Vio Nacer Civilizaciones”, cuando fue cortado en la década de 1890. Parque Nacional de las Secuoyas (Sequoia National Park). Ubicado en el estado de California, Estados Unidos, en la cordillera de Sierra Nevada
Ese tronco gigante no solo habla de tamaño, sino también de tiempo: más de 2600 años significa que este árbol estaba vivo durante el auge del Imperio Romano, la Edad Media y hasta la Revolución Industrial. Imagínalo observando generaciones de humanos pasar como sombras entre sus raíces. Cuando lo cortaron en la década de 1890, probablemente lo hicieron con orgullo, sin saber que estaban derribando un testigo silencioso de milenios. Hoy, lo vemos como un recordatorio de lo antiguos y resilientes que pueden ser estos gigantes.
viernes, 4 de julio de 2025
📸 En 1875, el fotógrafo Christiano Junior capturó una imagen conmovedora de un vendedor ambulante de pescados y aves, que hoy forma parte del patrimonio visual más antiguo de Argentina2. Esta fotografía no solo documenta un oficio popular de la época, sino que también revela aspectos sociales, migratorios y estéticos del siglo XIX.
Hombre de ojos claros, lo que sugiere un posible origen europeo, probablemente inmigrante. Viste ropa sencilla y alpargatas muy gastadas, reflejo de su condición humilde y del desgaste propio del trabajo callejero. Su expresión es seria, casi estoica, como si supiera que está siendo retratado para la posteridad. Vendía pescados y aves, productos esenciales en la dieta porteña del siglo XIX. Estos vendedores recorrían las calles con sus mercancías en canastos o carretillas, anunciando su presencia con pregones. Para 1870, los vendedores afrodescendientes habían sido desplazados por inmigrantes europeos, como el retratado en esta imagen. Junior fue pionero en retratar tipos populares: vendedores, aguateros, afiladores, lavanderas. Su obra buscaba capturar la cotidianidad urbana y las costumbres argentinas, como parte de su proyecto Álbum de vistas y costumbres de la República Argentina. Esta foto forma parte de una serie que documenta la vida en Buenos Aires entre 1873 y 1875, con más de 4.000 imágenes producidas en ese período. Esta imagen es mucho más que un retrato: es una ventana al pasado, una historia silenciosa contada por la mirada de un hombre anónimo.
🕊️ Cher Ami, cuyo nombre en francés significa “Querido amigo”, fue una paloma mensajera del Ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, y su historia es una de las más conmovedoras y heroicas de ese conflicto.
En octubre de 1918, durante la Ofensiva de Meuse-Argonne, el llamado “Batallón Perdido” de la 77.ª División quedó atrapado tras las líneas enemigas, sin comida ni municiones, y bajo fuego amigo por error. Tras el fracaso de varios intentos de comunicación, Cher Ami fue la última esperanza: se le ató un mensaje urgente a la pata izquierda, indicando la posición del batallón y suplicando detener el bombardeo aliado. A pesar de recibir un disparo en el pecho, perder una pata y quedar ciega de un ojo, logró volar más de 30 km en solo 25 minutos, entregando el mensaje y salvando a 194 soldados. Fue condecorada con la Cruz de Guerra francesa con palma, una distinción reservada para actos de heroísmo en combate. Recibió una medalla de oro de los colombófilos estadounidenses y fue incluida en el Salón de la Fama de Palomas Mensajeras en 1931. Su cuerpo fue disecado, hoy se exhibe en el Museo Nacional de Historia Americana del Instituto Smithsoniano, junto al sargento Stubby, otro animal héroe de guerra. Cher Ami no solo fue una paloma valiente: se convirtió en símbolo de fidelidad, sacrificio y esperanza en medio del horror de la guerra.
jueves, 3 de julio de 2025
Prisioneros paraguayos tomados por Venancio Flores, militar y político uruguayo, presidente de la República en los períodos de 1853-1855 y 1865-1868.
Durante la Guerra de la Triple Alianza (1864–1870), uno de los episodios más crudos fue el trato a los prisioneros paraguayos capturados por las fuerzas aliadas, especialmente tras la Batalla de Yatay el 17 de agosto de 1865, liderada por el general uruguayo Venancio Flores. Flores comandó un ejército aliado de más de 10.000 hombres contra una columna paraguaya de unos 3.000 soldados al mando del mayor Pedro Duarte. La batalla fue brutal: más de 1.700 paraguayos murieron, 300 resultaron heridos y 1.200 fueron tomados prisioneros. Muchos fueron obligados a combatir contra su propio país, incorporados a las filas aliadas bajo coacción. Otros fueron vendidos como esclavos en Brasil, especialmente por unidades brasileñas que los “robaban” antes de ser registrados oficialmente. Algunos fueron repartidos como sirvientes entre oficiales aliados o enviados a Montevideo y Buenos Aires. Se documentaron casos de ejecuciones masivas tras la rendición, incluso de prisioneros desarmados. El presidente paraguayo Francisco Solano López protestó formalmente ante Bartolomé Mitre, denunciando la barbarie y el uso de prisioneros como esclavos o soldados forzados. El publicista uruguayo Carlos María Ramírez también condenó el trato inhumano, calificándolo como un “ultraje al derecho de gentes”. Este episodio es considerado uno de los más oscuros de la guerra, y ha sido objeto de estudios históricos, debates éticos y memoriales en Paraguay. Fotógrafos: Bate y Ca. Fuente: Biblioteca Nacional del Uruguay
miércoles, 2 de julio de 2025
En el año 75 a.C., el joven Julio César, con apenas 25 años, fue capturado por piratas cerca de Cilicia, en el mar Egeo, mientras viajaba a Rodas para estudiar oratoria
Durante sus 38 días de cautiverio, no solo se negó a comportarse como prisionero, sino que, les ordenaba guardar silencio cuando quería dormir, les leía sus discursos y poemas, y los insultaba si no los aplaudían. Se burló del rescate que pedían (20 talentos) y les exigió que pidieran 50 talentos, porque “valía mucho más”. Una vez liberado, reunió una flota en Mileto, persiguió a los piratas, los capturó y, cuando el gobernador dudó en castigarlos, los crucificó él mismo, cumpliendo la amenaza que les había hecho durante su cautiverio. Este episodio no solo muestra su carácter audaz y dominante, sino que anticipa el tipo de líder que sería: implacable, teatral y absolutamente seguro de sí mismo.
Eduardo VII del Reino Unido (1841-1910) fue un monarca fascinante, conocido tanto por su vida personal extravagante como por su papel en la consolidación de la diplomacia británica durante su reinado
Eduardo VII, nacido como Alberto Eduardo el 9 de noviembre de 1841, fue el segundo hijo de la reina Victoria y el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. Como heredero al trono, llevó el título de Príncipe de Gales durante casi 60 años, el período más largo en la historia británica para este título. Su madre, Victoria, reinó durante 63 años (1837-1901), lo que lo mantuvo en la sombra durante gran parte de su vida. A pesar de su educación estricta diseñada por el príncipe Alberto, Eduardo (conocido como "Bertie") mostró poco interés en los estudios académicos, destacando más por su carisma, encanto y habilidades sociales. Eduardo VII es célebre por su estilo de vida hedonista, especialmente durante su juventud y madurez como Príncipe de Gales. Apasionado por la moda, el juego, la caza, el teatro y las fiestas, se ganó una reputación de playboy. Sus aventuras amorosas fueron ampliamente conocidas, y tuvo varias amantes destacadas, como la actriz Lillie Langtry, Sarah Bernhardt y Alice Keppel (antepasada de Camilla Parker Bowles, actual reina consorte).El dato sobre sus "aventuras sexuales en Francia" y la supuesta silla sexual (o siège d'amour) es una de las anécdotas más curiosas y controvertidas de su vida. Se dice que Eduardo frecuentaba Le Chabanais, un lujoso burdel en París, donde se diseñó un mueble especial para él, una silla ergonómica que le permitía realizar encuentros sexuales de manera más cómoda, considerando su corpulencia en años posteriores. Aunque esta historia es ampliamente difundida, algunos historiadores la consideran exagerada o sensacionalista, ya que las pruebas concretas son limitadas. Sin embargo, la silla, que supuestamente aún se conserva, se ha convertido en un símbolo de su reputación libertina. A pesar de sus escándalos, Eduardo mantuvo un matrimonio estable con la princesa Alejandra de Dinamarca, con quien tuvo seis hijos. Alejandra era conocida por su belleza y paciencia, tolerando en gran medida las infidelidades de su esposo. Eduardo VII ascendió al trono el 22 de enero de 1901 tras la muerte de su madre, la reina Victoria. A sus 59 años, su reinado fue relativamente corto pero significativo. Conocido como el "Tío de Europa" debido a sus lazos familiares con muchas casas reales europeas, Eduardo desempeñó un papel crucial en la diplomacia internacional. Su carisma y habilidades sociales ayudaron a fortalecer las relaciones entre el Reino Unido y otros países, especialmente Francia. Uno de sus mayores logros fue la firma de la Entente Cordiale en 1904, un acuerdo que mejoró las relaciones anglo-francesas y sentó las bases para la alianza contra Alemania en la Primera Guerra Mundial. Aunque no era un gobernante con poder político directo debido al sistema parlamentario británico, su influencia en la diplomacia fue notable. Eduardo también modernizó la monarquía británica, haciéndola más visible y accesible. Su interés por el ceremonial y las apariciones públicas ayudó a revitalizar la imagen de la corona tras el largo y más reservado reinado de Victoria. Además, fue un mecenas de las artes y la cultura, y su pasión por los automóviles y la moda marcó tendencias en la alta sociedad. Eduardo era un fumador empedernido y sufría de problemas de salud, incluyendo obesidad y bronquitis crónica. En mayo de 1910, tras una serie de ataques cardíacos, murió el 6 de mayo a los 68 años. Fue sucedido por su hijo, Jorge V. Eduardo VII es recordado como un rey que, aunque llegó tarde al trono, dejó una marca significativa en la diplomacia y la modernización de la monarquía. Su reinado marcó el inicio de la era eduardiana, un período asociado con el progreso tecnológico, el cambio social y un estilo de vida opulento para la élite. Sin embargo, su vida personal, llena de excesos y rumores, como la famosa silla sexual, ha contribuido a su imagen como un monarca carismático pero controvertido.
lunes, 30 de junio de 2025
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se descubrió una fábrica de aviones nazi bajo tierra en una mina de sal. Los aviones que se fabricaban eran Heinkel HE 162. Hinterbrühl, Austria, (1945)
El Heinkel He 162, también conocido como Volksjäger (“caza del pueblo”), fue uno de los aviones más singulares y desesperados que produjo la Alemania nazi en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Diseñado en 1944 como parte de un programa urgente para contrarrestar la superioridad aérea aliada. Se construyó en tiempo récord: desde el diseño hasta el primer vuelo pasaron apenas unos 90 días. Su estructura era en gran parte de madera, debido a la escasez de metales estratégicos. Motor: un BMW 003 montado sobre el fuselaje, lo que le daba una silueta muy peculiar. Velocidad máxima: alrededor de 840 km/h. Autonomía: muy limitada, de unos 20 a 30 minutos de vuelo. Armamento: dos cañones automáticos MG 151 de 20 mm o MK 108 de 30 mm, según la versión. Fue uno de los primeros aviones operativos con asiento eyectable, una innovación para proteger al piloto en caso de emergencia. Se fabricaron aproximadamente 120 unidades operativas, aunque se planearon muchas más. Entró en servicio en enero de 1945, pero su impacto fue limitado por la falta de pilotos entrenados, combustible y tiempo. Algunas unidades vieron combate en abril de 1945, pero el avión también era peligroso para sus propios pilotos debido a fallos estructurales y su escasa autonomía. Aunque no cambió el curso de la guerra, el He 162 es un ejemplo impresionante de ingeniería bajo presión. Hoy en día, varios ejemplares se conservan en museos, como el Smithsonian en EE. UU
sábado, 28 de junio de 2025
Vincent van Gogh fue un verdadero torbellino creativo. Aunque su carrera artística duró apenas una década (1880–1890), produjo más de 900 pinturas y alrededor de 1.100 dibujos y bocetos, lo que lo convierte en uno de los artistas más prolíficos de la historia del arte occidental.
En los dos últimos años de su vida, Van Gogh alcanzó un ritmo impresionante: llegó a pintar hasta tres obras por semana, y en sus últimos dos meses en Auvers-sur-Oise, produjo 74 cuadros y unos 50 dibujos. Entre ellos se encuentran algunas de sus obras más icónicas, como: Campo de trigo con cuervos (1890), Retrato del Dr. Gachet (1890), Raíces de árbol (1890), considerada su última pintura. A pesar de sus luchas con la salud mental, su creatividad no se detuvo. De hecho, muchos expertos creen que su arte se volvió más audaz y emocionalmente intenso en esa etapa final. Trabajaba con una disciplina feroz, a menudo pintando al aire libre durante horas. Su estilo evolucionó hacia una pincelada más libre y expresiva, con colores vibrantes y composiciones cargadas de emoción. Mantenía una correspondencia constante con su hermano Theo, donde detallaba su proceso creativo y sus estados de ánimo. Van Gogh murió el 29 de julio de 1890, a los 37 años, dejando un legado inmenso que solo fue reconocido en toda su magnitud después de su muerte.
Cementerio de la Recoleta: próceres, tumbas secretas y cadáveres robados (por Luciana Sabina)
El Cementerio de la Recoleta no solo guarda a los grandes nombres de la historia: es también escenario de venganzas, exilios póstumos y delitos. En 1822, la muerte dejó de pertenecer a los altares y pasó a ocupar su lugar entre los mármoles de la historia. Ese año, Bernardino Rivadavia, decidido a borrar de un plumazo los rituales coloniales que anclaban a Buenos Aires en el pasado, inauguró el Cementerio de la Recoleta. Pero lo que nació como una reforma sanitaria pronto se convirtió en un escenario donde se representarían dramas nacionales, exilios póstumos, venganzas políticas y delitos siniestros.
El macabro negocio de la muerte
Hasta entonces, los templos no eran sólo lugares de oración: también eran cementerios. Allí, los fieles dormían su último sueño entre los muros sagrados, vestidos con hábitos de monjes desgastados. Cuanto más cerca del altar, más alto el costo. Era un privilegio que no todos podían pagar, y por eso muchos cuerpos —especialmente los de niños pobres y esclavos— eran abandonados en las puertas de las iglesias, o incluso dejados a la intemperie.
Los muertos colgados del Cabildo
En una ciudad sin morgue ni registros, la muerte se gestionaba con crudeza. Los cadáveres anónimos se colgaban del balcón del Cabildo, esperando que alguien los reconociera. A sus pies, un recipiente pedía limosna para enterrarlos. Y cuando finalmente eran sepultados, lo hacían en tumbas tan superficiales que los restos salían a la superficie. El viajero británico George Love recordó en sus memorias el entierro de un compatriota, donde quedó expuesto el cadáver mutilado de un niño esclavo. El hedor de los cuerpos invadía las iglesias, y la misa se mezclaba con el olor de la descomposición.
El nacimiento del Cementerio de la Recoleta
Fue en este contexto que Rivadavia decidió cambiarlo todo. Expulsó a los monjes recoletos, ordenó construir un cementerio público y prohibió los entierros en iglesias. La élite porteña, indignada, trató de resistir la medida. Pero los sectores populares abrazaron con gratitud ese nuevo espacio para sus muertos, gratuito y decente. Así, el 18 de noviembre de 1822, Recoleta recibió sus dos primeros habitantes: un joven afrodescendiente liberto y una prostituta uruguaya.
Próceres que viajaron aún después de muertos
Desde entonces, el Cementerio fue el escenario de un desfile de cuerpos ilustres. Como el de Manuel Dorrego, fusilado en 1828 y recibido como mártir por un pueblo que lloraba su pérdida. Rosas, que ordenó su traslado a Buenos Aires desde Navarro, afirmó frente al féretro que “la mancha más negra de la historia argentina ha sido lavada con las lágrimas de un pueblo justo”. Facundo Quiroga fue otro cuerpo errante. Asesinado en 1833, su cadáver fue trasladado de su tumba hasta que, en 2004, apareció oculto verticalmente detrás de un muro en la bóveda de su yerno. Allí estaba, con su cruz grabada: “Quiroga... muerto en febrero”. Hoy descansa donde siempre debió, bajo la mirada de una virgen con el rostro de su esposa.
Lavalle: salmuera, cuero y fuego en el alma
También llegó Juan Lavalle, traído desde Jujuy por soldados harapientos que, para evitar la descomposición, lo descarnaron con un cuchillo, lo lavaron en un río y lo envolvieron en cuero y salmuera. “Era hijo de médico y debí ser médico yo mismo, si no tuviera tanto fuego en el alma”, escribió el coronel Danel tras la cruel tarea. Repatriado por Mitre, hoy lo custodia un granadero de piedra.
Alberdi: un duelo post mortem con Mitre
José María Paz, Gerónimo Espejo, Juan Bautista Alberdi… todos pasaron por Recoleta, aunque sólo de visita. Alberdi, por ejemplo, tuvo que esperar la muerte de su enemigo Bartolomé Mitre para poder descansar en la tumba que le habían construido. El rencor sobrevivió a la vida.
Un cementerio con historia viva
La Recoleta es mucho más que un camposanto. Es un archivo de pasiones, traiciones y venganzas; una ciudad dentro de la ciudad donde los muertos aún tienen algo que decir. Esta fue apenas una entrada a sus secretos. Los nombres siguen esperando ser llamados. Porque en sus mármoles todavía vive la historia.
Fuente: (https://www.losandes.com.ar/cultura/cementerio-la-recoleta-proceres-tumbas-secretas-y-cadaveres-robados-n5953382)
viernes, 27 de junio de 2025
En 1926, Henry Ford revolucionó el mundo laboral al implementar en sus fábricas una semana de trabajo de cinco días y 40 horas, con fines de semana libres para sus empleados.
Esta decisión no fue solo un gesto de generosidad, sino una jugada estratégica con múltiples objetivos. Más tiempo libre, más autos vendidos Ford creía que si los trabajadores tenían más tiempo libre, también tendrían más oportunidades para disfrutar de sus productos: los automóviles. Al fomentar el ocio, incentivaba indirectamente el consumo y el uso recreativo del coche, especialmente del Ford T y luego del Ford A. Productividad y lealtad Aunque redujo las horas de trabajo, Ford duplicó el salario por hora. Esto no solo mejoró la calidad de vida de sus empleados, sino que también aumentó la productividad y redujo la rotación laboral. Su lema era claro: “El ocio no es tiempo perdido, es parte de una vida digna”. Nacimiento del “fin de semana” moderno Aunque la jornada de 8 horas ya era una reivindicación sindical desde el siglo XIX, Ford fue uno de los primeros grandes industriales en institucionalizar el fin de semana libre como política empresarial. Su ejemplo fue tan influyente que muchas otras compañías lo imitaron, consolidando el modelo que hoy consideramos normal. Este cambio no solo transformó la industria automotriz, sino que también redefinió la relación entre trabajo, tiempo libre y consumo en la sociedad moderna.
jueves, 26 de junio de 2025
“El bandido que quemaba deudas: mito y verdad de Charles Floyd” (1904-1934) EEUU.
Charles Floyd, apodado Pretty Boy Floyd, fue un ladrón de bancos estadounidense. Operó en los estados del oeste y centro de Estados Unidos en la década de 1930. El público lo veía con buenos ojos porque se creía que durante los robos quemaba hipotecas, liberando a muchas personas de sus deudas. Charles Arthur Floyd (3 de febrero de 1904 – 22 de octubre de 1934) fue un ladrón de bancos y criminal estadounidense, conocido como uno de los "bandidos públicos" durante la Gran Depresión. Aunque era un delincuente, su imagen pública fue ambivalente, ya que algunos lo veían como un "Robin Hood" moderno por sus supuestos actos de generosidad hacia los pobres, aunque esta percepción está parcialmente romantizada. Nacido en Bartow County, Georgia, fue el cuarto de siete hijos de Walter Lee Floyd y Mamie Helena Echols, una familia de agricultores pobres. En 1911, se mudaron a Akins, Oklahoma, donde Charles creció en un entorno rural. Desde joven mostró una personalidad carismática, pero también rebelde, lo que le valió el apodo "Pretty Boy" (Chico Guapo), que él detestaba. En su adolescencia, Floyd se involucró en pequeños delitos, como robos menores. A los 18 años, en 1922, cometió su primer robo significativo, asaltando una oficina de correos en St. Louis por 350 dólares en monedas. En 1925, a los 21 años, robó una nómina en un banco de St. Louis, lo que lo llevó a su primera condena importante: fue arrestado y sentenciado a cinco años en la Penitenciaría Estatal de Missouri. Tras salir de prisión en 1929, Floyd se instaló en Kansas City, un centro de actividad criminal. Se asoció con la mafia local y comenzó una serie de robos a bancos en Missouri, Oklahoma, Ohio y otros estados del Medio Oeste. Su estilo era audaz, utilizando ametralladoras Thompson y vehículos rápidos para escapar. Entre 1931 y 1934, participó en numerosos atracos, a menudo con cómplices como George "Machine Gun" Kelly y Adam Richetti. Floyd fue acusado, aunque nunca se probó de manera concluyente, de participar en la Masacre de Kansas City el 17 de junio de 1933, un tiroteo en la estación de trenes Unión Station que dejó cinco muertos, incluyendo cuatro agentes de la ley. Este evento intensificó la persecución del FBI contra él, liderada por J. Edgar Hoover, quien lo declaró "Enemigo Público Número Uno" en 1934 tras la muerte de John Dillinger. Floyd era conocido por su carisma y por destruir registros de hipotecas durante sus robos, lo que le ganó simpatía entre los granjeros endeudados de Oklahoma. Aunque algunos lo veían como un héroe que desafiaba a los bancos en tiempos de crisis económica, los registros muestran que sus robos beneficiaban principalmente a su red criminal. Vivía una vida itinerante, escondiéndose en casas de cómplices y burdeles, y mantenía una relación con su esposa, Ruby, y su hijo, Jack Dempsey Floyd. El 22 de octubre de 1934, Floyd fue localizado en un campo de maíz cerca de East Liverpool, Ohio, tras una intensa cacería del FBI. Agentes federales, liderados por Melvin Purvis, y policías locales lo enfrentaron. Floyd intentó huir, pero fue baleado y herido gravemente. Según los informes oficiales, murió poco después, aunque existen versiones contradictorias: algunos testigos locales afirmaron que fue ejecutado tras rendirse, mientras que el FBI insistió en que murió en un tiroteo. Tenía 30 años. "Pretty Boy" Floyd se convirtió en una figura legendaria, inmortalizada en canciones como la de Woody Guthrie, "The Ballad of Pretty Boy Floyd", que lo retrata como un forajido heroico. También inspiró personajes en películas, libros y series sobre la era de los gánsteres. Aunque su carrera criminal duró solo unos años, Floyd simbolizó la resistencia contra las instituciones durante la Gran Depresión. Sin embargo, su vida también refleja la violencia y la desesperación de la época, con más de una docena de asesinatos atribuidos a él, directa o indirectamente.
Circa 1862. “Cacique tehuelche”. Lleva abrigo de piel, una especie de diadema -joya- en la frente, tobilleras, un cuchillo en la cintura colocado especialmente para ser lucido en la imagen y unas boleadoras en su mano derecha. Está de pie en un estudio de fotografía bastante aparatosamente escenificado.
La fotografía fue tomada por el estudio Helsby & Co. Los Helsby fabricaron tempranamente cajas para relojes portátiles y también fueron grandes relojeros ingleses en Buenos Aires. Diego Helsby se ocupaba, por ejemplo, del mantenimiento del reloj del Cabildo, el que marcaba la hora oficial de la ciudad. Los Helsby fueron importantes pioneros de la fotografía en Argentina y se especializaron en “las más modernas técnicas del daguerrotipo”. Todos ellos miembros activos de la iglesia metodista de Buenos Aires. Luego de un tiempo los Helsby abrieron también una sucursal de su estudio en Valparaíso, Chile, donde presumiblemente fue tomada esta imagen. Sin embargo, las cosas no fueron bien por allí: los hermanos se pelearon, la sociedad se disolvió y cada uno empezó a trabajar por su cuenta. Todos los aportes bienvenidos. La imagen es parte del acervo del @britishmuseum Asset number 378541001 #ArchivoVisualArgentino
miércoles, 25 de junio de 2025
Fin del misterio: muestran la partida de nacimiento de Gardel
Varios países quieren atesorar para sí la nacionalidad de Carlos Gardel, cuya voz fue declarada "memoria del mundo". ¿Francés, argentino, uruguayo? Después de diez años de recabar documentación y entrevistas en los tres países, un grupo de investigadores dio con con la partida de nacimiento de "el Zorzal criollo" y lo publicó en el libro El padre de Gardel (Proa Amerian Ediciones). Allí se muestra que Charles Romuald Gardes -su nombre de nacimiento- fue inscripto el 11 de diciembre de 1890 en el registro civil de Toulouse, en Francia. Los autores del libro, el argentino Juan Carlos Esteban y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié, dialogaron con LA NACION en su visita a la Argentina, donde hace pocos días presentaron su obra. En su investigación revelan que Gardel se vino al país a los dos años y tres meses en brazos de su madre, Berthe Gardes, quien fue expulsada de su familia en su país de origen por ser madre soltera, un pecado imperdonable, una vergüenza en aquella época. De allí que la patria adoptiva de Gardel fuera la Argentina, país que le dio su ciudadanía y residencia hasta su temprana muerte, a los 45 años, en un accidente aéreo en Colombia. En esta entrevista también aclaran la confusión con su supuesta nacionalidad uruguaya, repasan la vida de su presunto padre, el francés Paul Jean Lassere, quien además de Charles Romuald tuvo otros dos hijos naturales, cuentan por qué pasó buena parte de su vida preso, qué dice su testamento y tantas otras cuestiones, todas documentadas en este libro.
¿Cómo se les ocurrió investigar sobre la vida de Gardel?
Juan Carlos Esteban: Parte de una añeja polémica, superada por la historia y por la documentación jurídica que conseguimos, acerca del origen geográfico del nacimiento de Carlos Gardel, por un lado, y de la paternidad de él por otro. Fundamentalmente nos propusimos analizar la genealogía de Gardel a partir de la madre. Nos centramos en aquellos elementos que tuvieran una documentación de base jurídica a partir de los dos juicios sucesorios: uno se suscitó a partir de la muerte de Gardel, en 1935, y otro en 1936 en Uruguay, donde tenía propiedades. La madre promovió el juicio sucesorio y se buscaron antecedentes de su nacimiento y registro en Toulouse.
- ¿Qué partida de nacimiento encontraron?
- J.C. Esteban: El nació en Toulouse. Se vino a la Argentina a los 2 años y 3 meses, en 1893, con su madre. No hay registro de más acompañantes.
- ¿Por qué existe la confusión con Uruguay?
- J.C. Esteban: Eso viene mucho después. Gardel nació en 1890 y, cuando en 1914 se declara la Primera Guerra Mundial, él tenía 24 años y era ciudadano francés en la Argentina entonces hubiera tenido que concurrir al Consulado Francés para inscribirse y marchar al frente. Gardel, por su formación y porque se sentía eminentemente argentino, no tenía un sentimiento patriótico de compromiso con Francia. Sí lo tenía con la Argentina. Entonces, no concurrió a registrarse. En 1920 la compañía de Rosas lo convocó para viajar a España por una temporada teatral. El estaba indocumentado, porque el hecho de no concurrir a la embajada para registrarse como ciudadano francés le impidió recibir la cartilla militar y el registro en gendarmería. Entonces, él decidió en 1920 inscribirse en el consulado uruguayo amparándose en una legislación muy particular para súbditos uruguayos residentes en otros países. Se registró como uruguayo nacido en Tacuarembó 3 años antes de su verdadero nacimiento: se anotó como nacido el 11 de diciembre pero de 1887. en vez de poner Gardes, se inscribió como Gardel, su nombre artístico.
¿Entonces se inscribe con una documentación fraudulenta?
J.C.Esteban: Sí, por eso aparece Gardel anotado en Uruguay. Pero es una documentación apócrifa. Con eso él consigue que le den un certificado provisorio por un año como uruguayo, pero no está registrada en ningún libro esa documentación, no aparece ni en la embajada, ni en relaciones exteriores, ni en el ministerio del interior del Uruguay. Tampoco hay partida de nacimiento de ahí tampoco. La partida es de Toulouse.
¿Cuándo se hace ciudadano argentino?
J.C. Esteban: Luego de eso fue al ministerio del interior, sacó cedula de identidad, pasaporte y certificado de nacionalidad argentino. Ahí se hizo ciudadano argentino.
- ¿Qué investigaron sobre el padre de Gardel?
- Monique Ruffié: En cuanto al padre, se comentaban cosas diversas de él. Circulaba el nombre de Paul Lassere y por eso lo investigamos. Nos entrevistamos con otra de sus hijas naturales, que sería media hermana de Gardel, y hoy tiene 93 años y vive en Toulouse. Ella tuvo dos hijos y uno de ellos tiene la idea de hacerse un ADN porque dice que es familiar de Gardel.
- Georges Galopa: La investigación empezó hace casi diez años con contactos con amigos argentinos. Me pidieron que averiguara si este señor, presuntamente el padre de Gardel, había venido a Buenos Aires después de la Primera Guerra Mundial. Esto está contado al final del libro. No dimos con ningún registro que así lo acreditara.
¿Qué indicios los llevan a pensar que Lassere es el padre?
J.C.Esteban: De dos lados. Cuando Bertha Gardes, la madre de Gardel que sobrevive a su hijo, muere ocurre algo: ella vivía con el matrimonio que fue el apoderado de Gardel; la esposa, Blanca Delfino, publicó un artículo en 1965 que revelaba que Bertha Gardes antes de morir le había dicho que el progenitor de Gardel había sido Paul Lasserre. En el libro consignamos ese artículo. A partir de ese dato nos fuimos a buscar los antecedentes de presunto padre. Lo investigamos y miramos los servicios militares de él en Francia. Vimos que en el período en que estaba cumpliendo el servicio militar él estaba en Toulouse, donde vivía Bertha Gardes. Terminó el servicio militar y dos meses antes del nacimiento de Carlos Gardel se fue de la ciudad a Paris.
M. Ruffié: Seguimos a esa persona e incluso tenemos el testamento y la sucesión de él. El reconoció a su primera hija natural, la segunda que tendría después no había nacido y no figura Carlos Gardel. Como nunca lo dijeron no podemos aseverarlo.
G. Galopa: Sabemos que Gardel nació en un hospicio de madres solteras. La persona que declaró el nacimiento fue la comadrona, no el padre, que no estaba presente. Ella había nacido en Toulouse y vivió en varios lugares hasta que volvió a su ciudad a dar a luz.
- ¿Por qué se vino a la Argentina?
M.Ruffié: Hablamos con Fanny, media hermana de Gardel, que nos reveló que hubo un problema de familia y se la echó de la casa, se la mandó lejos. La Argentina era un lugar que quedaba lejos.
¿Qué significaba ser un hijo natural en aquella época?
G. Galopa: Las familias echaban a sus hijas, lo que seguramente sucedió con la mamá de Gardel. Era caer en desgracia tener un hijo ilegítimo
¿Cómo influyó en la música de Gardel este origen suyo?
J.C.Esteban: El tango, entre otros ingredientes, fundamentalmente tiene un gran aporte inmigratorio. Y las corrientes inmigratorias de 1870 a 1920 se nutrieron de muchos concurrentes solos, que venían a hacer la cosecha agraria en la Argentina. Tenían siempre el sueño de volver. También había madres solteras que se radicaban acá. La sociología que da nacimiento al tango define ese tremendo drama y paradoja de la identidad a medias. Gardel la interpretó magníficamente. Por ejemplo, en Silencio, un canto a la paz y a la terminación de la guerra, canta a las madres que perdieron a sus hijos en la guerra, habla de Francia y hace un homenaje a su madre que fue inmigrante forzosa de una situación nada agradable en la Europa anterior a la guerra con persecuciones de todo tipo.
¿Por qué cayó preso el presunto padre?
G.Galopa: Un mes después del nacimiento de Carlos Gardel el supuesto padre había ido a Paris, o sea, había abandonado a la madre y al hijo y ahí formó parte de un grupo de ladrones muy importantes. Fueron detenidos un año después por robos en tiendas de bebidas y también cajas fuertes.
- ¿En el testamento este hombre menciona a Gardel?
No y tenía muchísimos bienes: cinco o seis casas. No se sabe cómo sumó tanto dinero. Tuvo varios oficios: tipógrafo, restaurador, contador, tuvo un bar.
¿Se casó legalmente con alguien?
Sí, con una señora con algo de herencia, seis años más grande que él. Pero no tuvo hijos de ese matrimonio. Sólo tuvo dos hijas naturales y Gardel.
¿Qué se sabe de las mujeres de Gardel?
J.C.Esteban: Era un hombre casado con su profesión y muy amante de su madre. Además, en aquella época se hacía un culto de la discreción con la mujer. Completamente distinto a ahora. El era muy reservado, trascendió muy poco su amor con Isabel del Valle, casi una acompañante que estuvo con él mientras no tuvo trascendencia mundial. Convivieron entre el 24 y el 32. La mostraba muy poco en público y muy pocos sabían de esa relación.
¿Sienten que la muerte y el nacimiento de Gardel tienen algo de misterio?
M.Ruffié: Cuando él falleció, su madre se encontraba en Toulouse de visita. Ahí veo cómo se cierra un círculo: como una suerte de casualidad, ella recibió el nacimiento y la muerte de su hijo en Toulouse.
Por Verónica Dema. Fuente: https://www.lanacion.com.ar
domingo, 22 de junio de 2025
Durante el rodaje de Casablanca (1942), Humphrey Bogart usó alzas especiales en sus zapatos para igualar —o incluso superar— la estatura de Ingrid Bergman en pantalla.
Aunque comúnmente se dice que ella medía 1,75 m, algunas fuentes indican que su altura real era de 1,78 m, mientras que Bogart rondaba los 1,71–1,73 m. Para lograr la icónica química visual entre Rick e Ilsa, los técnicos de producción le colocaron a Bogart unas plataformas de hasta 10 centímetros dentro de sus zapatos. Esto permitía que en las escenas clave, como el famoso beso en el aeropuerto, él pudiera mirarla “desde arriba”, manteniendo la estética tradicional de la época en la que el protagonista masculino solía ser más alto que su contraparte femenina. Curiosamente, Bogart le tomó gusto a esa ventaja de altura: años después, en otras películas como No somos ángeles, volvió a usar alzas similares para emparejarse con coprotagonistas más altos