domingo, 27 de septiembre de 2020

El 27 de septiembre de 1822, se producía un hito en la historia de la arqueología, ese día el historiador y lingüista francés Jean-François Champollion le anuncia al mundo que ha descifrado la Piedra Rosetta, esto permitiría la interpretación de todos los jeroglíficos egipcios. (EH)

La piedra había sido encontrada el 15 de julio de 1799 en Rashid, Delta del Nilo, por el soldado Pierre-François Bouchard, perteneciente a las fuerzas de ocupación Francesa. Los primeros estudios develaron que se trataba del fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V. Al estar el mismo contenido en tres escrituras distintas, el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo, se convirtió en la primera llave para la interpretación de los miles de jeroglíficos hallados en los ya descubiertos monumentos en Egipto. La piedra se transformó en un tesoro para el ejército Francés, ya que permitiría encontrar las pistas para encontrar tesoros que aún se ignoraba su posición, informado del hallazgo, Napoleón creó el "Instituto d'Égypte" para el que nombró decenas de expertos que trasladó a El Cairo junto con la piedra, luego de varios meses lograron utilizar la piedra como instrumento de impresión y remitieron la copia a Francia para que mas expertos de toda Europa se sumaran a la difícil tarea. Cuando los trabajos recién comenzaban, en 1801 Inglaterra invadió Egipto y derrotó a los Franceses, el general británico John Hely-Hutchinson exigió la entrega inmediata de todos los tesoros encontrados por Francia, así la valiosa piedra pasó a manos Inglesas. El coronel Tomkyns Hilgrove Turner trasladó la piedra a Inglaterra a bordo de la fragata francesa capturada HMS Egyptienne, llegó a Portsmouth en Febrero de 1802 y el rey Jorge III ordenó que fuera trasladada al Museo Británico donde se hicieron 4 copias en yeso que fueron remitidas a las universidades de Oxford, Cambridge, Edimburgo y el Trinity College de Dublín para ampliar el marco de estudio. El primer avance concreto se dio en 1816, cuando el físico inglés Thomas Young dedujo que los caracteres demóticos derivados de los jeroglíficos que referían a nombres solo tenían un valor fonético, el segundo y crucial paso lo dio en 1822 el erudito francés Jean François Champollion que completó la traducción y conversión idiomática. El 27 de septiembre de ese año, Champollion anunció públicamente que había descifrado la totalidad de los jeroglíficos, unos 300 y remitió todo su trabajo a la Academia de las inscripciones y lenguas antiguas para que se hiciera público ya que al basarse en trabajos anteriores de otros lingüistas creía justo que otros siguieran investigando apoyándose en el suyo. La piedra cumplió con las expectativas y abrió la posibilidad de traducir la mayoría de las inscripciones jeroglíficas egipcias, si bien los trozos faltantes de la piedra original nunca fueron hallados luego de ella se encontraron dos piedras similares con otros decretos Protomédicos trilingües que aportaron mas herramientas de traducción. En el año 2003 Egipto reclamó formalmente la repatriación internacional de todos los tesoros egipcios usurpados por los museos del mundo, incluida la piedra Rosetta, Inglaterra respondió que no pertenecía a Egipto sino al mundo y que llegara el día en que haya estado mas tiempo en suelo inglés que en su Egipto original.


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