Mina Car inició sus tareas de extracción de carbón de piedra (asfaltita) en el mes de noviembre de 1941 hasta su cierre definitivo en el año 1951. Por ella pasaron personas de todas las nacionalidades, entre obreros y personal administrativo. Su administrador general fue el suizo-francés Ing. René Addor, que hizo hacer el camino desde Bardas Blancas hasta la mina y fue el creador de la primera escuela hogar en Portezuelo del Viento y que luego fuera trasladada al paraje La Ripiera distante 3 kilómetros de la anterior y más tarde a Las Loicas (hoy escuela Bernardo Houssey) En un tiempo viajaban diariamente de MinaCar a Malargüe 100 camiones transportando el carbón por el excelente camino de ripio que lo mantenían en un tramo de 40 kilómetros (desde la mina a Bardas Blancas y luego a Malargüe) a pala, rastrillo y anchada ocho obreros. Ador hizo marcar por su propia voluntad la ruta desde Las Loicas hasta el Paso Pehuenche Por arrieros que transportaban ganado hacia Chile se tomó conocimiento sobre la existencia de afloramientos de carbón en la zona comprendida entre el río Grande desde su unión con Chico hasta el Barrancas. Un arriero chileno penetró en ese territorio acompañado de un geólogo para luego realizar un pedido de cateo. El objetivo la búsqueda de petróleo y de tener éxito la construcción de un oleoducto por el paso Pehuenche hasta Talca. Habiendo el gobierno argentino prohibido la exportación del petróleo se formó la compañía MAPYCSA con capitales argentinos y chilenos. Esta empresa inició la construcción del camino desde el puente del río Grande hacia el oeste hasta río Chico donde se habían ubicado las perforaciones. En esa época se ignoraba a la asfaltita, pero un ingeniero que envió la compañía italoargentina de electricidad reconoció un manto en una de las laderas del cerro Negro, sitio donde se emplazó la mina General San Martín Nro. 1. MAPYCSA tuvo una serie de inconvenientes de orden técnico económico haciendose cargo de los trabajos de exploración y explotación la compañía MINA CAR SRL con un capital inicial de $ 500.000. La mina estaba ubicada a 100 kilómetros al suroeste de Malargüe y a 37 kilómetros al oeste de Bardas Blancas, a una altura 2.100 metros sobre el nivel del mar. Para reconocer con más exactitud el yacimiento y cubicar una reserva a la vista que permitiera una inversión de capital con resultados provechosos, se dividió la zona en bloques de fácil cubicación, llegándose a determinar una reserva de aproxima¬damente 100.000 Toneladas de mineral a la vista. Con esta reserva la compañia decidió iniciar la explotación a la vez que proseguir las exploraciones hacia los extremos sur y norte, como asi a ma¬yores profundidades. Este yacimiento afloraba en la ladera este del Cerro Morado, que es una de las estribaciones del Cerro Negro, tenía la forma de una cuña con una longitud superior a los 600 metros y 140 metros aproximadamente de profundidad; la potencia en la superficie era variable alcanzando en algunos lugares anchos su¬periores a los 40 metros. La veta en las labores inferiores se reducia a unos po¬cos centímetros.
En la explotación se emplearon: sistemas a cielo abierto, subterráneos y los métodos combinados.
En la explotación a cielo abierto los camiones llegaban a cargar hasta los mismos lugares de extracción. Posteriormente se hizo un camino de acceso a la zona en explotación así como una playa donde se cargaban los camiones con cintas transportadoras in¬clinadas. Más del 90% del costo de explotación del carbón correspondía a los jornales y el resto a madera, explosivos, y otros materiales. La llegada del invierno no permitía la prosecución de los trabajos debido a las fuertes nevadas y aun en primavera el deshielo convertía la zona en un verdadero lodazal.La explotación subterránea presentó una serie de inconvenientes derivados de las condiciones mismas del yacimiento y la falta de obreros con conocimientos mineros. Fueron varios los proyectos de explotación y muchos los que fracasaron por ser inaplicables. La primera explotación que se practicó consistía dividir la zona en secciones de unos 20 metros de largo abarcando el ancho de yacimiento y una altura de 2 metros. El techo se soportaba con madera dejando también algunos pilares de carbón. Cuando se completaba la explotación se rellenaba el vacío con estéril que era transportado desde la superficie por chimeneas; encima de esta primera explota¬ción se inició la segunda de las mismas dimensiones que la anterior y proce¬diendo de igual forma. El trabajo en la primera sección terminó mas o menos favorablemente pero cuando se empezó el relleno surgieron los primeros incon¬venientes derivados del transporte de estéril y del paleo del mismo. El arranque de lo que se puede llamar segundo piso no se pudo completar debido a que el relleno del primero cedió a la presión vertical formándose en el te¬cho una bóveda que destruyó la entibación ocasionando el subsiguiente derrumbe. Este método se desechó por su alto costo y además resultaba peligroso. Otro sistema de explotación aplicado fue el llamado "Explotación por Derrumbes" practicado en la zona central y sur del Yacimiento. En el transporte interior se usaban vagonetas de capacidad variable, según que el mismo se realizara en un nivel principal o un subnivel. Las galerías estaban provistas de vias con durmientes de acero y trocha de 0,60 metros. Para el arranque del carbón se utilizaban picos de una sola punta que eran los más apropiados para éste trabajo; para el paleo a las chimeneas, palas llamadas "carboneras" que eran más amplias que las comunes. Los obreros maderistas empleaban hachitas de mano para pequeños trabajos, tronzadoras para cortar rollizos y azuelas para el labrado de la madera; utilizando para el ajuste de los ensambles y para la recuperación de los frenos mazas de 5 a 8 Kg. La mayoría de las herramientas les eran entregadas a los obreros al ingresar al trabajo por perso¬nal que se encontraba en la entrada de cada nivel y que debían ser devueltas a la salida del turno. La iluminación era eléctrica utilizando corriente de 32 Volts, estando los con¬ductores totalmente protegidos bajo tela y goma para preservarlos de la humedad; las lámparas eran de 40 o 60 W colocadas a distancias variables en las galerías según la necesidad; en los lugares donde había mucho polvillo de carbón se usaban lámparas blindadas y protegidas por rejillas de alambre llamadas "tortugas", lámparas portátiles protegidas con armazón de alambre y cable reforzado con goma permitía llevar a los lugares de trabajo la iluminación. En su mayoría la ventilación era natural y sólo se empleaban ventiladores en algunos lugares donde el excesivo calor, provocado por la putrefacción de madera de trabajos viejos o el desprendimiento de gases, lo hacía necesario. Periódicamen¬te se hacían análisis del aire en las galerías. La seguridad estaba a cargo de un jefe de seguridad quien disponía de personal para las ta¬reas a cumplir, elevando al jefe de explotación informes semanales y mensuales. Estaba en-cargado de la estadística de accidentes, de la actualización de los mismos y de sus causales. Debía recorrer diariamente la mina indicando los lugares donde se colocarían trampas con polvo de roca en previsión de una explosión, cañerías con cortinas de agua para eliminar el polvillo del ambiente, controlar la buena ventilación en los lugares de trabajo, constatar la aislación de los conductores eléctricos, etc.. La estadística sobre accidentes, que se llevó desde el comienzo de la explota¬ción de ésta mina demostró que el numero de accidentes no era muy elevado y en el caso de ser fatales se pudo comprobar que éstos se produjeron por errores cometidos por los mismos obreros.
Como explosivo se empleaba la gelinita 42 y 62% en cartuchos de 110 gramos marca Dupont
La mina poseía una usina para generar la electricidad mediante un motor diesel, taller mecánica, herrería, aserradero y carpintería. Antes de ser inscripto un obrero se lo sometía a una revisación médica para constatar sus condiciones físicas para el trabajo en la mina. Este control se realizaba en la enfermería que estaba a cargo de un médico a quien lo secundaban dos enfermeros y un farmacéutico. Si el obrero era apto se lo fichaba en la oficina de personal donde se le asignaba un numero tomándole todos los datos personales; a continuación en la oficina de mina se le entregaba una tarje¬ta donde constaba su nombre, numero asignado, jornal por hora y categoría a que pertenecía anotándosele diariamente las horas trabajadas.- Los obreros poseían tar¬jetas de distintos colores para diferenciarlos según cuadrilla y sección donde trabajaban. Los turnos era de 8 horas y el obrero antes de ingresar al trabajo en¬tregaba su tarjeta en la oficina de mina a cambio de una chapa que tenía el nú¬mero que se le asignó la que quedaba en la casilla de serenos ubicada en la bo¬camina recibiendo del encargado las herramientas; la chapa le era devuelta a la salida del turno con el fin de constatar el regreso del obrero y controlar la devolución de herramienta.