El Gobierno ordena la represión inmediata. Varios muertos. Los carapintadas fueron un conjunto de militares de ideología de ultraderecha "nacionalista" que con la excusa de estar disconformes con la cúpula mayor de las Fuerzas Armadas llevaron a cabo un intento de golpe de estado en 1987 (según comprobó la justicia en los juicios de "copamiento de aeroparque" en 1988 y contra Seineldín en 1990) y luego otros 3 intentos: 2 (dos) más contra el gobierno de Raúl Alfonsín y el último en 1990 contra Carlos Menem en Argentina. El mote alude al uso de crema de enmascaramiento facial mimética por parte de los insurrectos, que tomaron bases militares y se batieron contra las fuerzas leales al gobierno en busca de la finalización de los procesos judiciales iniciados durante la vigencia y ejecución de las leyes de Punto final primero y Obediencia Debida después revindicando el terrorismo de estado durante la última dictadura.
Aunque los líderes carapintadas fueron arrestados, juzgados y condenados a prisión, la mayoría no recibió castigo. Los cabecillas y participantes de los alzamientos contra Alfonsín fueron indultados por el presidente Carlos Menem en 1989.
A pesar de los entonces recientes indultos realizados por el Presidente Carlos Menem que incluyeron a condenados, detenidos y procesados por terrorismo de Estado, alzamientos carapintadas y guerra de Malvinas y a jefes de las organizaciones político-militares de la década de 1970. Seineldín rompió con Menem y fue puesto bajo arresto militar, y planeó una rebelión que se materializó el 3 de diciembre de 1990, en protesta contra la creciente injerencia del poder político en la cúpula militar. Uno de los principales impulsores de la asonada fue el Capitán Gustavo Breide Obeid, subordinado del Coronel Mohamed Alí Seineldín.
En la madrugada del 3 de diciembre un grupo de poco más de cincuenta militares ocupó el Edificio Libertador, las instalaciones del Regimiento I de Infantería, la fábrica de tanques Tamse, el Batallón de Intendencia 601 y otras unidades. Según los sublevados, sólo exigían la remoción del generalato del Ejército Argentino.
Las Fuerzas Armadas, encabezadas por el titular del Ejército, teniente general Martín Félix Bonnet, sofocaron con violencia la rebelión y recuperaron los objetivos tomados. El saldo fue de trece fallecidos (cinco, civiles) y decenas de heridos. Durante el juicio Seineldín asumió la total responsabilidad de las muertes que provocó dicho enfrentamiento, y realiza un alegato conocido como "El Nuevo Orden Mundial" el 7 de agosto de 1991, en el que alega supuestas maquinaciones del imperialismo norteamericano y su servidor en Argentina, Menem, en el desmantelamiento del Ejército y la defensa nacional. A pocos días del tercer alzamiento, Menem completaría los indultos, dando la libertad a los miembros de la Junta y otros militares y civiles, varios de ellos condenados a prisión perpetua: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Roberto Eduardo Viola, Ramón Camps, Guillermo Suárez Mason, el ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz y el ex jefe de la Policía Federal Argentina Ovidio Ricchieri. Sólo Seineldín, una figura afecta a los gestos desmesurados, permaneció en prisión a consecuencia de los incidentes hasta mayo de 2003, cuando fue indultado por el presidente interino Eduardo Duhalde. Además de las incursiones políticas de los integrantes más conspicuos de estas agrupaciones, se ha señalado a excarapintadas en tareas de asesoramiento de grupos ultraderechistas y golpistas de Bolivia. En 2010 el carapintada Víctor Alejandro Gallo fue imputado por la apropiación ilegal de un menor hijo de una desaparecida.