La mayoría de la gente detesta ir al médico, y odia la posibilidad de la cirugía aún más. La gente suele preguntarse “¿Qué pasa si me duele?” o “¿Qué pasa si me despierto mientras estoy en plena cirugía?” Estos son los temores comunes que tenemos cuando estamos más vulnerables, a pesar del hecho de que los médicos y cirujanos hoy en día son profesionales altamente capacitados. Sin embargo, esto no era así en la época victoriana. Aunque la gente de esta época recibía algunas introducciones sobre avances quirúrgicos modernos como los anestésicos y el concepto de los gérmenes, la cirugía era una práctica sombría e implacable. Desafortunadamente, muchos pacientes murieron a causa de estos supuestos “avances”.
Muchos pacientes de cirugía se desangraban hasta morir, otros morían de shock. La mayoría de las heridas se infectaban, y posteriormente, los pacientes morirían de fiebre.
Una sala de operaciones limpia, tenía una tasa de mortalidad de 1 en 10. Un quirófano sucio tenía una tasa de mortalidad de 1 en 4. La correlación no fue descubierta hasta mucho después.
Los barberos realizaban a menudo tareas quirúrgicas básicas, sobretodo durante la guerra.
Las sanguijuelas se utilizaban como práctica común para eliminar la sangre antes de la cirugía.
El anestésico quirúrgico más antiguo se llamó éter. Hacía que el paciente se durmiera, pero también inducía los vómitos y era bastante inflamable. Esto fue difícil, ya que los quirófanos estaban iluminados con velas.
Las extremidades amputadas eran colocadas en serrín para absorber la sangre.
Sólo los pobres asistían a los hospitales. Los ricos pagaban a un médico para que los atendiera en sus casas.
Cualquier miembro con una fractura que atravesara la piel, tenía que ser amputado
Las camas en los hospitales estaban a menudo demasiado juntas, causando la propagación innecesaria de la enfermedad.
Muchos cirujanos se enorgullecían de vestir sus batas, todavía cubiertas con sangre.
Cualquier cirugía interna no se podía hacer, porque todavía no había medicamentos para tratar la infección, que fueran lo suficientemente eficaces.
La cirugía ni siquiera se consideraba medicina. Los médicos eran vistos como de clase alta, mientras que los cirujanos estaban a la par con los carniceros.
Si el paciente tenía una herida que sangraba profusamente, era cauterizada con un hierro caliente o aceite hirviendo.
F: Viral Nova
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