Foto gentileza de: Alfredo Daniel Acosta Garcia
En ese entonces era el telégrafo a clave morse la alternativa de mensajear con urgencia y las bicicletas eran de los mensajeros, todos menores, encargados de llevar de inmediato el mensaje o "telegrama" al destinatario, y se usaban menores porque eran más ágiles. Para el reparto de correspondencia iban los carteros, personas mayores y normalmente de a pié. En esa época Mendoza era chica y fácil de recorrer caminando.
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