Días atrás se cumplieron 50 años de una de las tragedias que conmovió a todo el país y en especial a Mendoza. Se trata del caso del avión TC-48 de la Fuerza Aérea Argentina, que desapareció misteriosamente, el 3 de noviembre de 1965, mientras volaba de Panamá a San Salvador. A bordo llevaba 68 personas, de las cuales 54 eran cadetes, entre ellos, varios mendocinos.
Con la presencia del Presidente de la Nación doctor Arturo Illia - por entonces de visita en nuestra provincia- se despidió desde la base militar de la IV brigada aérea a la tripulación de la aeronave siniestrada.
La despedida en “El Plumerillo”
El día 31 de octubre, llegaron a Mendoza dos máquinas de la Fuerza Aérea Argentina TC- 48 y el TC-43 que transportaban a 92 cadetes del último curso de la Escuela de Aviación Militar. Era su viaje final de instrucción y tenían como itinerario distintos países americanos como Chile, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Estados Unidos.
En las instalaciones de la base aérea se había congregado gran cantidad de público, ante el anunció de que asistiría el primer mandatario argentino a la ceremonia que se realizaría con motivo de la partida de los cadetes.
El doctor Illia llegó por la tarde junto con su comitiva a la unidad militar. En la pista se encontraban formados, junto a las máquinas, los cadetes, oficiales y demás integrantes de la delegación de la Escuela militar de aviación. También una formación de cadetes del Liceo Militar “General Espejo” y efectivos de la brigada aérea.
Minutos después, el presidente de la Nación, se dirigió hacia la pista, acompañado del ministro de Defensa de la Nación, el mendocino Leopoldo Suárez, y una gran comitiva junto al gobernador de la provincia, Francisco Gabrielli.
A las seis y cuarto de la tarde, las autoridades se retiraron de la pista y las dos naves se pusieron en movimiento, partiendo instantes después con destino a Chile.
Días después llegó la noticia de que uno de los aviones había desaparecido en Centroamérica.
El hecho provocó en nuestra provincia profunda tristeza; al mismo tiempo, creció una gran expectativa que desveló a los familiares de los cadetes desaparecidos por varios meses. Incluso, llegaron rumores de que muchos de ellos estaban vivos en la selva. También se decía que la nave había caído al océano y que no había sobrevivientes.
Salvados por casualidad
Cinco fueron los mendocinos que viajaban en aquel vuelo de instrucción. Allí se encontraban, entre otros, Enrique Miguel Páez Araujo - hijo de un conocido periodista que pasó por Los Andes, Miguel Páez Herrero-, Raúl Ortiz y Juan Domingo Alguacil, este último de San Rafael.
Los camaradas iban en el trágico vuelo pero, por esas casualidades del destino, dos tuvieron la fortuna de no viajar en aquella nave; uno fue el cadete Roberto Salvarredi, quien por distintos motivos fue trasladado al avión TC-43. El otro fue Guillermo Ferreyra, quien por estar enfermo no pudo viajar en la aeronave siniestrada.
Se ejecutaron una veintena de expediciones para buscar los restos del TC-48 pero nunca se hallaron indicios ni noticias de los militares.
A pesar de todo, familiares de las víctimas siguen teniendo la esperanza de encontrar los restos del avión.
A pesar de todo, familiares de las víctimas siguen teniendo la esperanza de encontrar los restos del avión.
Varios investigadores han trabajado para reconstruir el vuelo del TC-48 del cual se han tejido ciento de hipótesis de las más variadas, hasta se habló de un secuestro de los tripulantes de la nave en Panamá. Pero aún hoy todo sigue siendo un misterio.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/-que-paso-con-el-avion-tc-48