Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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viernes, 17 de junio de 2016
Viaje de luna de miel extraordinario en una motocicleta que se extendió por dos continentes en 1934
Halina y Stanislaw Bujakowski vivieron en Druskininkai, donde se conocieron y se casaron en agosto de 1934. Después de su matrimonio, Halina y Stanisław Bujakowscy comenzaron un viaje extraordinario. Su objetivo era el punto más lejano en el mapa de la motocicleta alcanzable, desde su casa en Druskininkai, Polonia a Shanghai, China.
Su ruta los llevó a través de Europa, Turquía, Siria, Irak, Persia, India, Birmania, Indochina y, finalmente, China
Empezaron el viaje el 19 de agosto 1934 por una BSA (Birmingham Small Arma) G34-14 modelo de motocicleta con sidecar. Stanislaw manejaba la motocicleta, Halina estaba sentada en una cesta. Con la máquina de escribir ella llevaba un diario, así como el envío de registros de viaje de vuelta a las revistas nacionales en forma de informes. Después de regresar a Polonia en 1937, Halina las recogió y escribió la crónica de la expedición, que no ha sido puesto en libertad hasta el 2011. Afortunadamente, 70 años después, se redescubierto manustcripts y publicado como un libro " Mi niño, motocicleta y yo. De Druskininkai¡para Shanghai 1934-1936"editado por Łukasz Wierzbicki.
Fuente: no puede ir más allá !?
jueves, 16 de junio de 2016
Bienes Patrimoniales. Asociación Mutual Suboficiales FF.AA, Ciudad Capital de Mendoza
Situada en Av. Emilio Civit 709. Edificio de dos plantas y subsuelo de volumen compacto del cual sobresale adelantado en el acceso, rodeado de amplio jardín , con verja frontal con monograma con las iniciales J.P.. Predominio de formas curvas. Dos estatuas femeninas aladas custodian el acceso a ambos lados de una escalinata de mármol blanco. La ornamentación es modernistas en sus distintas tendencias: medallones floreales y frisos escalonados y geométricos. La carpintería es de estilo art nouveau: gran ventanal de la sala del frente. El remate superior está dado por una baranda con balaustres de mampostería. Construido con ladrillo y hormigón por lo que la construcción es de carácter sismoresistente.
16 DE JUNIO DIA DEL INGENIERO ARGENTINO El 16 de Junio es el día del Ingeniero en conmemoración al 16 de junio de 1865, fecha en que se inicia la enseñanza de la ingeniería en la Argentina. En 1855 el ingeniero francés Carlos Enrique Pellegrini, padre del Dr. Carlos Pellegrini, quien fuera presidente de la Argentina entre 1890 y 1892, propuso al rector de la Universidad de Buenos Aires, José María Gutierrez crear la carrera de ingeniería, aunque este proyecto debió esperar varios años para concretarse.
Juan María Gutiérrez impulsó la creación de la carrera de ingeniería con el anhelo de “formar en su seno ingenieros y profesores, fomentando la inclinación a estas carreras de tanto porvenir e importancia para el país” y, por decreto del 16 de junio de 1865, logró que se estableciera en la Universidad de Buenos Aires un Departamento de Ciencias Exactas y sobre esa base creó la carrera. Fue el nacimiento de la ingeniería en Argentina.
Este hecho resultó fundamental para la consolidación de la patria ya que permitió contar con los primeros ingenieros formados en el país. El plan de estudios de la carrera de Ingeniería Civil sólo constaba de 18 asignaturas, de las cuales un tercio estaban vinculadas al dibujo técnico y a los medios de representación. Otro tercio de la carrera estaba dedicada a las matemáticas y se completaba con pocas asignaturas sobre la construcción, como geología y mineralogía.
El impulso dado desde Buenos Aires fue replicado en el país de modo que hacia fines del siglo XIX la ingeniería se enseñaba en varias universidades nacionales.
16 de junio de 1955 La Marina bombardea la Plaza de Mayo, asesinando e hiriendo a cientos de civiles, antecedente del golpe del 16 de septiembre. Por la noche, partidarios peronistas incendian iglesias católicas, por su apoyo a los rebeldes. Fotografía: automóvil destrozado por bombas en las inmediaciones de Plaza de Mayo, 16 de junio de 1955.
miércoles, 15 de junio de 2016
Brown y el entierro de dinero en 1812
En el desolado camino –hoy avenida Quintana– que unía la Recoleta con la parte poblada de la ciudad de Buenos Aires, en la noche del 14 de abril de 1812, una partida celadora comandada por el capitán Juan José Ferrer detuvo a tres sujetos que evidenciaban conductas sospechosas. El trío estaba conformado por:
Un inglés alto y pelirrojo, ataviado con un poncho pampa, un joven criollo de condición humilde y un moreno aún más pobre.
Nada inocente podría estar haciendo el grupo en la Calle Larga (Quintana, de 400 metros, iba desde las actuales Libertad hasta Callao sin ser cruzada por ninguna otra calle) a partir de las ocho, cuando el sol se había puesto y la oscuridad ofrecía amparo.
La partida celadora los detuvo. El inglés del poncho protestó por dos motivos: era súbdito británico y, además, no había hecho nada malo. Sin embargo, su inocencia estaba muy en duda. En cuanto al criollito y al negro, su único delito era haber obedecido a su amo. ¿Qué habían hecho estos tres hombres? Sepultar un tesoro junto a unos sauces.
Tanto los empleados como el inglés – Irlandés en realidad – fueron alojados en el Cuartel del Regimiento de Patricios, en la Manzana de la Luces. El enigmático sepulturero era Guillermo Brown, de 25 años, comerciante en ese entonces, y futuro almirante y prócer de las fuerzas navales de la Patria.
Todo el día 15 estuvo en la prisión del cuartel. El 16 le escribió al cónsul. capitán británico Peter Green: “Como vasallo de Su Majestad Británica me tomo la libertad de dar parte a usted que entre las 7 y 8 de la tarde del 14 del corriente, estando en el camino que tira de la Recoleta a la ciudad, sin armas ni nada con que defenderme, un oficial con su partida me hicieron prisionero y me condujeron a la cárcel de donde escribo ésta (…). El motivo que me instaba pasar por este destino era el entierro de unos quinientos pesos, que había mandado por mi criado y un negro, y que iba a efectuar en algún lugar seguro de la playa por el camino de San Isidro, para quedar allí hasta que se me presentara la oportunidad de un buque mercante que los condujera a mi mujer y familia en Inglaterra, a fin de que participara conmigo una parte de lo que con tanto trabajo he ganado”.
¿Era delito sepultar dinero? No. Hasta era habitual hacerlo: la gente no guardaba sus valores en el colchón, sino que los enterraba. Pero se presumía que quién lo hacía en la costa quedaba a la espera de una noche propicia para embarcarlo. Cuando las condiciones del tiempo lo permitieran (baja visibilidad y aguas calmas) era desenterrado y cargado a un bote que lo transportara hasta un buque, salteando los controles de la Aduana.
Cabe preguntarse por qué no guardaba uno el dinero en su casa y lo transportaba al bote en la noche ideal. Eran varios los motivos. Uno de ellos, la seguridad. Brown había terminado un negocio nada fuera de lo común (llevaba mercadería a Chile en un barco que se averió y terminó cruzando los Andes con mulas cargadas). A Buenos Aires regresó con buena cantidad de dinero. Él no vivía en una casa propia, sino en la Fonda de los Tres Reyes. Estaba muy expuesto a que le robaran la recaudación. Debe notarse qué, según declaró, él no llevaba el dinero, sino que lo había pasado al criado y al negro para que lo transportaran. Era una manera de proteger sus ahorros, porque si lo asaltaban en el camino, sólo a él lo revisarían.
Ese tipo de depósito era común y se denominaba entierro o tapado.
El capitán Green logró convencer a las autoridades de que el irlandés había actuado con desconocimiento de las normas aduaneras y que en todo caso su idea era pagar el viaje a su familia para que se radicaran en Buenos Aires. Fue liberado bajo promesa de que no volvería a hacerlo.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/costumbres/brown-y-el-entierro-de-dinero-en-1812/
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