martes, 18 de septiembre de 2012

El chocolate Perón el mejor chocolate (año 1858)


 Un francés no sabía cómo hacer para ganar algún dinero, cosa que les ocurre a muchos frances y aun a los que no lo son.



En tal emergencia inventó fabricar un chocolate especial y gastó hasta su último centavo en poner anuncios en los diarios.




Pero como sus medios eran escasos, los anuncios no podían ser ni muy largos ni muy explicativos y hubieron por fin de reducirse a un simple renglón que decía:




“El chocolate Perón es el mejor chocolate”.




Todos los habitantes de París primero, los de Francia después y los lectores de los diarios franceses de todo el mundo, leyeron durante años, el magistral anuncio y como los hombres tienen mucho de monos, verdad que se ha reconocido aun antes que Darwin demostrara nuestro parentesco con esos animales, todos a una leían y repetían: el chocolate Perón es el mejor chocolate.




Sea que fuera la costumbre de oír y repetir la mencionada afirmación, sea que alguien la tomara como verdad admitida, desde el primer momento, lo cierto es que por esa especialidad del género humano que consisten en hacer verdad de lo que no es a fuerza de repetirlo, llegó un día en que todos se convencieron de que, en efecto, el chocolate Perón era el mejor chocolate.




El anuncio sin contradicción había hecho su efecto; la casa de Perón era un verdadero jubileo y el mencionado Perón, expedía por precios fabulosos, una infame mercancía.




Hubo más, desde Madrid, que es la ciudad en que indudablemente se toma más chocolate, se solicitó facturas del señor Perón y una sucursal fué establecida en aquella corte y la reina no tomaba otro chocolate que el de Perón; comenzó la falsificaicón y hasta los mismos chocolateros que confeccionaban chocolate mejor que el de Perón, se vieron obligados a poner el rótulo francés a su chocolate, pues no tomando nadie sino chocolate de Perón, se exponían a quebrar si se obstinaban en vender otro chocolate.




El Papa, que también por aquella época tomaba chocolate Perón, viendo el éxito fabuloso obtenido por aquel anuncio lacónico y que importaba una sentencia, decidió usar el mismo método para afirmar su gobierno y ordenó a todos los papistas de la tierra, que no se cansaran de escribir y repetir esta frase plagiada del anuncio del chocolate: “el gobierno del Papa es el mejor gobierno”.




Pero los plagios suelen hacer una triste carrera, comparada con la que hacen las ideas primitivas y así, aunque durante muchos años, todos los periódicos ultramontanos decían: “el gobierno del Papa es el mejor de los gobiernos” y todos los devotos de la tierra repetían lo que esos diarios afirmaron, el gobierno del Papa no ganó muchos nuevos prosélitos.




En Buenos Aires, durante la lucha electoral que ha concluído, felizmente, por más que no lo confiesen los opositores de la prensa, hemos tenido la repetición del anuncio de Perón, aplicado con un éxito lamentable, a la política de la época.




Eduardo Wilde, agosto de 1874.

(pags. 180 a 182, Tiempo Perdido, Eduardo Wilde, Ediciones Jackson, circa 1900)




(hallazgo de Andrea Iriart Urruty.)

lunes, 17 de septiembre de 2012

Lechería La Estrella, del Sr. Julián Gómez. Arístides Villanueva 347, Ciudad de Mendoza (año 1922).

Lechería LA ESTRELLA se estableció  en el año 1922, la leche era traída diariamente desde el Departamento de Tunuyan donde la calidad de los pastos  facilitaba la obtención de un producto rico en materia grasa y de un poder alimenticio superior. Los pedidos a domicilio se realizaban en Arístides Villanueva 347, donde se atendía al público.
En la imagen uno de los vehículos utilizados para el reparto diario de leche




sábado, 15 de septiembre de 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

Inauguración del Obelisco 23 Mayo 1936 - Buenos Aires - Argentina



Aquí, un video de tres minutos para conocer la historia del monumento más emblemático de la Ciudad de Buenos Aires. Puede verse en pantalla completa.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Publicidad Gráfica de Coñac OTARD-DUPUY (año 1956) Mendoza.


El 17 de abril de 1929 Otard Dupuy decide la creación en Buenos Aires de una sucursal o filial de la misma. Hasta 1931, los técnicos de la Maison son atraídos por el conocimiento de los vinos de la región de Cuyo en especial los sanjuaninos, en los que encuentran cualidades óptimas para la crianza del coñac, por su clima seco y con poca humedad.
Como resultado de esta entrevista firman convenio la casa Otard Dupuy la cual aportará maquinarias, toneles y técnicos, y la casa Cinzano, la materia prima, operarios, infraestructura, pagos impositivos, etc.
A partir de una visita que realiza a la Argentina René Elie, en busca del conocimiento del vino de nuestros país y su recorrida por San Juan, se comienza en 1931 las tratativas industriales de fabricación del Coñac, en el establecimiento Santa Victoria, de San Juan, perteneciente a la sociedad Francesco Cinzano. Atraídos por la calidad de los caldos que se producen en San Juan se decide enviar a manera de prueba alambiques o aparato de destilación Charantais en que parte de Francia un 8 de abril de 1931. Este equipo serviría de modelo para los nuevos equipos que fabricó la metalúrgica de J. Méndez con mano de obra local en la provincia de San Juan. 
Aunque la inauguración estuvo prevista para fines de 1931, se abre recién a la llegada del francés Guy Jaulin, quien fue elegido un 28 de febrero de 1933 por la Maison Otard Dupuy para ocuparse de la destilería en San Juan.
El 17 de mayo de 1933 se comenzaron los ensayos a partir de destilados de vinos producidos con uvas de la zona determinándose que las variedades ideales eran Cereza y la Criolla.
Entusiasmados por los halagüeños resultados obtenidos, deciden emprender la producción a escala comercial e inician entre 1933 y 1937 la construcción de los dos primeros cuerpos de piletas del sótano de añejamiento para los cascos del coñac que se encuentran bajo la actual destilería. El primer reparto fue de 2.200 cajas hacia 1935.
En 1936 se instalan los nuevos alambiques, con iguales características pero fabricados en San Juan. De igual manera se van agregando otros hasta que en 1950 se llega a la cantidad de 18 alambiques en total con una capacidad de destilación de 65.000 litros de vino por día.
Ente 1943 y 1949 se construyen un tercero y un cuarto cuerpo de piletas para el añejamiento del coñac.
En 1948 asume la dirección técnica de la destilería Ricardo Glenisson, francés nacido en la región de Cognac, donde cursó estudios y obtuvo experiencias de crianza de esta bebida.
En 1978 la destilería ocupa una superficie de 3.400 metros cuadrados. Consta de una batería de destilación de 18 alambiques tipo Charantais de cobre. Los sótanos tienen una capacidad para albergar 6 millones de litros de aguardiente depositados en pipones, cubas y toneles de roble de limousin.
En 1995 la campaña de destilación alcanzó 2.500.000 litros de vino destilado. La marcas "Coñac Otard Dupuy", "Coñac Reserva San Juan" y "Ramefort Gran Reserva" difieren entre sí únicamente por la edad de los mismos contando el primero con dos años, en el segundo con cuatro años y en el tercero con más de 10 años de añejamiento.
El primer argentino al frente de la destilería fue Carlos de Castro desde los años 70 hasta el 2002 siendo gerente el ingeniero agrónomo Guillermo Re cuando Cinzano vendió a Destiladora Internacional. De ahí siguió el enólogo Juan Carlos Morandi. Hoy la planta está paralizada.


Jaquemin



La historia de los hermanos Jaquemin debe ser muy rica por cierto pero lamentablemente no hay escritos y se conoce muy poco de ellos. Quise averiguar por sus descendientes pero no tuve suerte porque no están radicados en la provincia. Lo que rescaté es de comentarios de algunos enólogos de bodega. Al parecer los hermanos franceses Jaquemin, Pedro Gerard y Julian Enrique, llegaron a la provincia e instalaron una destilería en Rivadavia para la producción de coñac. Se dice que se separaron, prosiguiendo Pedro con la empresa y Julian como técnico en la Otard-Dupuy instalada en Cinzano San Juan.

La destilería Jaquemin producía un aguardiente de primera calidad y contaba con 6 destiladores y 4 redestiladores traídos de Francia. Eran los más grandes alambiques vistos ya que eran largos con 13 metros de longitud. Todos tenían una capacidad de 3.500 litros. Además habían 4 mil vasijas de roble de limousin donde se añejaba el coñac. Con una gran capacidad de ingenio, construyeron una gran torre donde almacenaban el agua que tomaban desde las acequias de riego. Desde allí por gravedad el agua bajaba para refrigerar sus tanques y para el lavado del establecimiento, volviendo el agua a las acequias y de allí se bombeaba al tanque de nuevo. Sus finos coñac salían al mercado con la marca "Pedro Jaquemin" pero también se le vendía a Otard Dupuy y Bols entre otras empresas. Lamentablemente la firma cerró, se vendieron hace unos años sus últimos coñac añejados y hoy sólo quedan ruinas del establecimiento.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las 19 maestras que se graduaron en Buenos Aires, en 1912. Egresadas del Colegio Magisterio


Un dato mas: El primer maestro del que se tiene noticia en Buenos Aires fue Felipe Arias de Mansilla, que por licencia del Cabildo a partir del 28 de Julio de 1608 enseñaba a leer por cuatro pesos y medio y a escribir por nueve, pagaderos por tercios, en moneda de plata. 
En 1614 el precio se redujo mucho, porque Juan Cardoso Pardo obtiene la plaza enseñando a leer por medio peso, a escribir por uno, y a escribir y contar por peso y medio.

Gentileza del Historiador Daniel Bakmaceda

martes, 11 de septiembre de 2012

Escuela número 61 Republica del Perú. Ubicación Hungría y Anzorena, Departamento de Godoy Cruz (foto año 1972) Mendoza.


El origen de la palabra Perú es muy dudoso. Afirmase que procede del de una isla  pequeña llamada por los indígenas Pelú o Petú. Los cronistas de la conquista consignaron Birú, Pilú, Pelú y Pirú. La existencia del Perú era conocida en casi toda la América de Sur antes de que los Españoles llegaran a sus costas. Balboa tuvo vagas noticias del Perú y en 1519 Pizarro empezó a navegar en dirección sur. El descubrimiento de estas tierras fué planificado por Francisco Pizarro y Diego de Almagro. En la isla del Gallo donde se detuvo la expedición, Pizarro trazó una raya en la arena y dijo que la cruzacen 
los que querían terminar la empresa. Trece hombres pasaron la linea y se quedaron con el jefe, esperando refuerzos que llegaron con Bartolomé Ruiz. Al arribar a las costas de Perú los españoles comprendieron que se hallaban en presencia de un poderoso imperio y regresaron a España en busca de refuerzos. En 1531 se reanudó la conquista del Perú, los españoles con audacia y valentía aprisionaron al inca Cajamarca.
Fueron 180 españoles  los que se apoderaron de Atahualpa, frente a 30.000 indios armados y así comenzaron a gobernar a varios millones de hombres. El 15 de Noviembre de 1533 lograron entrar a la ciudad de Cuzco, con lo que puede considerase terminada la conquista del Perú. El 18 de Enero de 1535 fundó la Ciudad de los Reyes en la aldea del cacique Lima, en el valle del Rimac.
Los fundadores eran 70, luego Carlos V daba a la ciudad un escudo. El primer virrey que tuvo Perú inició su mandato en 1544 y la Universidad de San Marcos fué creada en 1551 .
En 1545 Lima asumió la función de capital religiosa con la creación del arzobispado y en 1570 inició sus tareas el tribunal de la Inquisición. Las enormes riquezas en metales preciosos acumuladas por los indígenas permitieron la edificación de una ciudad suntuosa . La independencia de España llegó para el Perú con el general Argentino José de San Martín, el 8 de setiembre de 1820 llegaron a Paracas veintitrés buques con 4000 soldados , no bién desembarcados se le incorporaron millares de revolucionarios, y muchas poblaciones peruanas se pronunciaron por la independencia. El sur era la región mas reacia, Alvarez de Arenales venció a los españoles en Pasco, San Martín dictó entonces el reglamento provisional y entabló negociaciones para lograr la paz con España.San Martín no se apresuró a ocupar Lima y con toda tranquilidad entró en la ciudad el 28 de Julio de 1821 y proclamó la Independencia de Perú

lunes, 10 de septiembre de 2012

Brevísima Historia del Matrimonio

     
Gentileza: del Historiador Daniel Balmaceda

En tiempos dEn tiempos de Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso, Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).

No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar. No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.

Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quien terminó peleando en las filas de Güemes.

El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció la obligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.

Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.

Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza. Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.

El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.En tiempos de Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso,Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).
No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar.No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.
Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quienterminó peleando en las filas de Güemes.
El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció laobligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.
Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.
Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza.Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.
El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso,Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).
No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar.No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quienterminó peleando en las filas de Güemes.El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció laobligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza.Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.
El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Quema de las Letras de la Tesoreria, en la Plaza Independencia (año 1917) Mendoza.


En Presencia del Ministro de Hacienda y de algunos funcionarios de la Casa de Gobierno se realizó la incineración de letras de la tesorería. Se realizó en horas del medio día en la Plaza Independencia. Allí custodiado por la guardia armada, trajeron un féretro en lenta comitiva que a paso fúnebre y solemne fue conducido hasta el lugar del sacrificio. Un ordenanza roció con nafta el cajón.
Año 1917.


sábado, 8 de septiembre de 2012

(Vídeo) Bandera de Los Andes. (Mendoza)


Vídeo realizado por: ZafiroContenidos
Aportes de: Carlos O. Campana y Jorge O. Campana

La Bandera de los Andes fue bordada por las Patricias Mendocinas

Cuando el general José de San Martín estaba por finalizar la organización del Ejército de los Andes, en la provincia de Mendoza recibió la comunicación oficial de la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas.
El Libertador entendió que era el momento oportuno para que sus tropas tuvieran un estandarte propio. Éste conservaría los colores creados por el general Manuel Belgrano y adoptados por la soberana Asamblea del Año XIII.


La versión tradicional

Fue en aquella aldea mendocina que las Damas Patricias marcaron un hito en nuestra gloriosa historia. Eran momentos de sumo patriotismo y las mujeres no estuvieron exentas. Todos los mendocinos colaboraron. Los hombres se alistaban en los distintos batallones para engrosar el ejército que se instruía en el campo de instrucción en el Plumerillo. En la ciudad, aquel dinámico fraile, Luis Beltrán, desde la Maestranza fundía balas y cañones. Desde el vecindario, las mujeres confeccionaban y teñían aquellos azules uniformes de granaderos que darían la libertad a los pueblos oprimidos por los realistas.
Cuando ya casi todo estaba preparado, la Bandera de los Andes, nació como un reto durante la cena de Navidad de 1816. En esa cálida noche, el Libertador desafió a su mujer y a cuatro amigas a confeccionar una bandera antes del 5 de enero. El ferviente patriotismo de aquellas damas fue más allá de la propuesta y sin vacilar, ellas aceptaron el reto. El general le explicó cómo debía ser aquella insignia. Tanto Remedios, la esposa del héroe, como las otras, estuvieron diseñando el modelo y al día siguiente, juntamente con otras señoras recorrieron la ciudad en busca de la tela necesaria. Por milagro la hallaron en un comercio de las inmediaciones de la ciudad, en una callejuela que llamaban "Del Cariño Botao", muy cerca de San Vicente (hoy actual Godoy Cruz). Con la sarga blanca y azul cielo se confeccionó la enseña en dos fajas unidas verticalmente. La blanca hacia adentro y la azul cielo hacia fuera. El escudo central fue un bello testimonio que encerraba los emblemas de las manos unidas, la pica y el gorro de la libertad, coronado por un sol en la parte superior y orlado el conjunto con ramas de laureles, muchas de ellas bordadas por doña Remedios Escalada de San Martín.
 
De los abanicos de Laureana Ferrari sacaron gran cantidad de lentejuelas de oro, y también de una roseta de diamantes que pertenecía a su madre se sacaron varios de estos, con engarce para adornar el óvalo y el sol del escudo, al que pusieron varias perlas del collar de Remedios, quien se puso a coser la bandera, mientras Dolores Prat de Hiusi, Manuela Corvalán y Mercedes Álvarez prepararon las sedas y demás menesteres para bordar. Carecían de hilo de color piel para zurcir los brazos del escudo, entonces tuvieron la idea de desteñir con lejía el hilo rojo que también sirvió para el gorro Frigio. Doña Dolores utilizó una bandeja de plata para dibujar el óvalo sobre la tela y con estas ideas ya no tuvieron ningún obstáculo para impedir su confección.
El tiempo jugaba en contra de aquellas mujeres. Faltaban pocas horas para finalizar el plazo dado por el general San Martín. Pero, allí las entusiasmadas bordaban sin reposo y por fin a las dos de la mañana del día 5 de enero de 1817 estaban arrodilladas ante el crucifijo del oratorio, dando gracias a Dios por haber terminado.

Ese mismo día, agotadas por el cansancio de aquella labor y casi sin dormir, las Patricias acudieron a la ceremonia que se realizó a las 10 de la mañana en la plaza de la ciudad.
Una multitud de patriotas mendocinos se encontraba a la espera del acto más importante que tuvo el Ejército de los Andes, desde la Iglesia Matriz, ubicada en una de las esquinas de la Plaza Mayor, se econtraba adornada con gallardetes y distintos decorados patrióticos. Fue allí en donde se realizó la bendición de la Bandera de los Andes y San Martín ofreció a la Virgen su bastón de mando.
Luego de esta ceremonia, el Libertador tomó la insignia patria e hizo jurar a todos los soldados. Después, las huestes partieron al campo de instrucción. La festividad siguió todo el día y al caer la noche se iluminaron los edificios públicos. Posteriormente, se realizaron bailes que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.
La otra versión

Fueron las monjas de la Buena Enseñanza quienes la confeccionaron
Las Patricias se reunieron en casa de Margarita Corvalán y después de cambiar ideas acordaron concurrir al día siguiente al Monasterio de la Buena Enseñanza en donde se celebraba la festividad del Dulce Nombre de María titular del Monasterio.
 
Terminada la función religiosa fueron a saludar a la madre priora R. M. María de las Nieves Godoy a la cual pidieron el concurso de las mismas para confeccionar la bandera. Las monjas ofrecieron espontáneamente todo su apoyo a la referida obra y a fines del mes de setiembre del año 1816 la madre priora con el auxilio de la R. M. María del Carmen del Niño Dios Correas y de la R. M. Andrea de los Dolores Espínola, profesora de labores y bordados del Colegio. Habían preparado un ensayo en forma de estandarte sobre la manera de confeccionar la bandera de acuerdo a la tela que se disponía. Luego de considerar y después de haber consultado con el general José de San Martín quedó conformada la bandera de la siguiente forma. Las dos fajas se unieron perpendiculares la blanca en la parte superior del asta y la azul al extremo inferior. Una vez unida la tela se dibujó el escudo nacional con sus emblemas. Éste fue ideado por la R. M. Espínola y fue bordado después con sedas de colores, las manos de color carne, el gorro de rojo, el sol amarillo y los laureles verdes. Se colocaron en los ojos del sol 2 topacios y en los rayos pequeños diamantes, lo mismo que en el término del gorro frigio y en el aro del óvalo una serie de perlas como también en las ramas del laurel.
 
Las monjas que tuvieron que confeccionar y bordar la bandera fueron las siguientes: La R. M. María de las Nieves Godoy, priora del Monasterio de la Buena Enseñanza, natural de Mendoza, hija de don Nicolás Godoy y de doña Magdalena Videla; R. M. Andrea de los Dolores Espínola, también mendocina, hija de Pedro Espínola y de Bárbara Lemos, R. M. María del Carmen del Niño de Dios Correas, también de Mendoza, hija de Félix Correas y de Juana Sotomayor.
Las referidas religiosas eran tan distinguidas por su ilustre linaje como por su noble virtud. Todos los bordados de la bandera fueron hechos por la R. M. Espínola y secundada por doña Dolores Prat de Huisi, (natural de Chile) y Manuela Corvalán de Segura, que también donó otras joyas que se le colocaron al aro que forma el óvalo del escudo asemejando una cinta envuelta en el medio.
 
Remedios Escalada de San Martín donó varias perlas de su collar que se colocaron en el sol; Narcisa Santander entregó en forma voluntaria una valiosa gargantilla con trescientos cuarenta y dos diamantes de primera agua y de regular tamaño que se colocaron tres diamantes en cada hoja de las ramas de laurel. Margarita Corvalán dio los topacios de sus aros que se aplicaron a los ojos del sol y para darles más brillo y esplendor algunos diamantes de unas sortijas que se pusieron a los rayos del sol. Mercedes Álvarez donó algunos diamantes y Laureanita Ferrari las lentejuelas de oro de dos abanicos y varios diamantes que junto con los de Margarita y Mercedes se colocaron a los 32 rayos que componen el sol del escudo de la bandera. Las mencionadas Patricias, después de donar sus joyas fueron las que secundaron a la R. M. Espínola en el bordado y confección de la bandera. La R. M. Godoy fue a la que se encargó de distribuir y decorar la bandera aplicando a la misma las piedras preciosas que se donaron, dándole mayor brillo, esplendor y grandeza. Por último la R. M. Correas fue quien se la designó para zurcir la cinta blanca, celeste y blanca, que en forma de moño ataba a las 2 ramas de laurel y son las únicas que estaban bordadas en la sarga de la bandera a la cual se le colocaron las seis esmeraldas que donaron las religiosas del Monasterio. La bandera quedó confeccionada antes del 5 de enero de 1817 día de su bendición.
Antes de partir a liberar el territorio chileno, el 15 de enero de 1817, el general José de San Martín se dirigió a la madre priora del Monasterio con palabras de elogio a las Monjas patriotas por la valiosa ayuda y colaboración de haber tenido el gran privilegio de bordar la Bandera de la patria, en un párrafo que dice: (...) “la patria ha quedado eternamente comprometida ante ese Monasterio como así también el honor de mi espada”.
 

Conclusión

Las monjas del Monasterio realizaron el trabajo
Por mucho tiempo se creyó que las Patricias Mendocinas habían confeccionado y bordado la gloriosa Bandera de los Andes, hasta que una profunda investigación realizada por el profesor mendocino Esteban Fontana aportó una nueva teoría, aunque no está totalmente aclarado este tema, pero existen pruebas documentales que son irrefutables.
La tradición nos comenta que la Bandera de los Andes nació como un reto durante la cena de Navidad de 1816. El general San Martín desafió a su mujer junto a sus cuatro amigas a confeccionar una bandera antes del 5 de enero de 1817.
Es probable que la Bandera de los Andes fuese creada por una resolución del gobierno de las Provincias Unidas del Sud, cuando se formaron los dos ejércitos del Norte y de los Andes, el 1º de agosto de 1816 y no por una iniciativa del general San Martín. Recordemos que las ordenanzas militares eran estrictas en esa materia. Existe documentación que reglamenta el uso de banderas o estandartes de los batallones y regimientos que estuvieron o fueron creados en nuestra provincia desde 1814 hasta 1817.
Es importante destacar dos hechos que han sido mal interpretados por algunos de los historiadores en lo que respecta a la participación de las Patricias Mendocinas.
Es innegable que doña Remedios Escalada de San Martín junto con Laureana Ferrari fueron a recorrer las tiendas de la ciudad de Mendoza en busca de la tela apropiada para confeccionar la Bandera de los Andes. Al escasear el color de las telas en la ciudad se dirigieron rumbo a San Vicente, actual Departamento de Godoy Cruz y, al llegar a la calle denominada del “Cariño Botao” entraron a un pequeño negocio y con sorpresa vieron la tela color azul. Otra son las donaciones que sin lugar a dudas realizaron aquellas Damas. Doña Remedios Escalada de San Martín contribuyó con varias perlas de su collar que se colocaron en el sol; Narcisa Santander donó los trescientos cuarenta diamantes de una valiosa gargantilla; Margarita Corvalán dio los topacios; Mercedes Álvarez colaboró con otros joyas, al igual que Laureanita Ferrari que cedió las lentejuelas de oro de sus abanicos.
 
Según lo expuesto por Fontana, las monjas que tuvieron el honor de confeccionar y bordar la bandera fueron las siguientes: madre priora María de las Nieves Godoy; R. M. Andrea de los Dolores Espínola y R. M. María del Carmen del Niño de Dios Correas.
Queda claro, que los bordados de la bandera fueron hechos por la R. M. Espínola y secundada por las damas doña Dolores Prat de Huisi, Manuela Corvalán de Segura La R. M. Espínola fue la encargada de la confección de la bandera. La R. M. Godoy distribuyó y decoró dicha insignia, la que aplicó las piedras preciosas donadas, dándole mayor brillo, esplendor y grandeza y por último la R. M. Correas fue la encomendada de bordar la cinta blanca, celeste y blanca (y no celeste, blanca, celeste) que en forma de moño ata a las 2 ramas de laureles y son las únicas que están bordadas en la sarga de la bandera a la cual se le colocaron 6 esmeraldas que donaron las religiosas.
Para concluir, es importante destacar la nota dirigida a la madre priora del Monasterio de la Buena Enseñanza, fechada el día 15 de enero de 1817 y firmada por el general San Martín, en que agradece la intervención de estas monjas en la confección de la bandera.

jueves, 6 de septiembre de 2012

(Vídeo) Publicidad de la Camioneta F100, en Abril de 1974, en los terrenos de la I Brigada Aérea “El Palomar”



UN LANZAMIENTO PARA LA HISTORIA :

En 1973 la empresa FORD MOTORS ARGENTINA S.A. saca a la venta en el País la moderna Pick Up Ford F-100 (1973). El Vehículo es un utilitario, apto para terrenos de difícil acceso, trabajo rural y de ciudad, de fácil mantenimiento, y robusta carrocería. 

En 1974 la empresa inicia una serie publicidades para la TV y cines, mostrando a los potenciales clientes las cualidades y comportamientos del vehículo en situaciones altamente complicadas. Ya sea en terrenos anegados, llevando pesadas cargas, y hasta volando por el aire quedando como nueva después de la caída…
 
La Pick Up en una de las tantas publicidades es sometida a una difícil prueba… ser lanzada en vuelo desde un avión C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina.
 

La tarea requerida, consistió en realizar el lanzamiento de la camioneta usando el procedimiento
 SEXBA (Sistema de Extracción a Baja Altura). 
Este procedimiento está previsto para lanzamientos aéreos de cantidades relativamente pequeñas de abastecimientos aéreos, capaces de asimilar un impacto de velocidad de caída mayor de lo normal, tales como raciones, vehículos, munición y abastecimientos médicos.
 
Ya que la precisión es su condición más deseable, el
 SEXBA es particularmente útil para lanzamientos de abastecimiento en áreas determinadas. 
La filmación del comercial es llevada a cabo en abril de 1974, en los terrenos de la I Brigada Aérea “El Palomar”. Se usaron 11 cámaras de filmación, la Pick Up, un C-130, un BELL UH-1H de apoyo y un equipo coordinado de Ford S.A. y de Fuerza Aérea. 

Después del Comercial, la Fuerza Aérea adquirió un lote bastante importante de este tipo de vehículos, usándolo hasta nuestros días para distintos tipos de tareas y con diferentes configuraciones.
 
La F-100 utilizada en la publicidad fue donada a la
 I Brigada Aérea, donde prestó servicio por muchos años, siendo conservada en la actualidad como vehículo histórico. 

Aunque el comercial es sencillo para lo que estamos acostumbrados hoy día… logró trascender en el tiempo y en la memoria de los fanáticos, y llegar a ser unos de los comerciales más famosos del país… por su innovación como idea publicitaria y éxito demostrado para resaltar la calidad del producto.
 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Aeroparque de la Ciudad de Mendoza, En el Challao. Actual "Base Condor". (foto año 1970).



A comienzos de los años sesenta la aeronáutica civil pública y privada había logrado un gran desarrollo en la provincia de Mendoza y por tal motivo se comenzó a estudiar la construcción de un nuevo aeródromo. Su objetivo principal era aliviar el creciente flujo de vuelos con destino a la vecina terminal aérea de El Plumerillo, la que ya en esos años, evidenciaba una tendencia a la congestión. 
Así, luego de varios relevamientos se eligió una zona desértica que se extendía al Noreste del Cerro de la Gloria, a unos quinientos metros del camino a El Challao. Allí, el terreno presenta una constitución rocosa, de excelente firmeza y gran resistencia al impacto. Asimismo, a pesar de encontrarse a escasos kilómetros de la capital, en ese entonces el enclave estaba libre de vegetación y no existia rastro alguno de población en sus alrededores. 
A fines de 1964 comenzaron las obras de movimiento de suelo, compactación y excavaciones y en menos de un año se inició la construcción tanto de la pista como de las principales edificaciones, todo ello a un ritmo feroz. La inauguración se produjo el 26 de noviembre de 1967 contando entonces la estación con las oficinas centrales, una torre de control, dos hangares y servicio de combustible aeronáutico. La pista inicialmente tuvo una longitud de 1.000 metros, a los que se agregaron otros 200 para las cabeceras Norte y Sur. Se previó un ancho de pista de 30 metros, con dos franjas de protección laterales de 10 metros cada una. Su pista era una de las más elevadas de la República, a 807 metros sobre el nivel del mar. En Julio de 1972 sería ampliada, extendiéndose las cabeceras hasta alcanzar un total de 1.800 metros de largo. 

Los primeros globos 

En Octubre de 1968, una comisión de estudios francesa visitó el aeroparque, para efectuar un relevamiento y trazado de planos con vistas a la realización de un proyecto binacional llamado EOLO que involucraría el lanzamiento desde tres bases en la Argentina, de pequeños globos de superpresión los cuales serían interrogados por un satélite durante su vuelo. Una vez comprobadas las adecuadas condiciones del terreno, en Abril del año siguiente, el Comando en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina solicitó formalmente al Estado provincial la concesión de una porción de terreno ubicada en la cabecera norte del Aeroparque para establecer allí la mencionada estación. Conforme lo solicitado, la Provincia cedió el predio requerido en calidad de préstamo gratuito por cinco años prorrogables, a cuyo vencimiento las instalaciones construidas pasarían definitivamente al patrimonio mendocino. 
EOLO Aeroparque fue la primera de las tres estaciones construidas. Las otras dos se establecieron en el Aeropuerto de la Provincia del Neuquén y en Lago Fagnano (Tierra del Fuego), respectivamente. La operación de las mismas estuvo a cargo del Centre National d'Etudes Espatiales (CNES) de Francia y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) de Argentina. 
La base de lanzamiento era una estructura prefabricada, construida sobre una armadura transportable bajo diseño de la empresa francesa SONECTRO. Asimismo, por fuera de la estructura se instalaban cuatro deflectores de viento para facilitar las tareas de lanzamiento. Dadas las características de los materiales, la estación fue levantada con suma rapidez por lo que a principios de 1970 ya se encontraba practicamente terminada. Fue formalmente inaugurada el 15 de marzo de 1970, con la presencia de autoridades de la Dirección Provincial de Aeronáutica y de ambas agencias espaciales. Los lanzamientos se iniciaron con una frecuencia de cuatro globos por día, en julio de 1971 y continuaron durante el resto de ese año y parte del siguiente. 
En total -entre las tres estaciones- EOLO lanzó cerca de 500 balones, muchos de los cuales alcanzaron tiempos de vuelo de hasta un año, permitiendo la obtención por vez primera de importante información de los regimenes de viento en la baja estratósfera del hemisferio sur. 
Finalizado el proyecto, el CNES se retiró de las estaciones construídas, las que quedaron bajo total administración del comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aerea Argentina. No obstante, debido a su carácter estrictamente científico, EOLO Mendoza pronto fue transferida a la órbita de la CNIE, pero sin registrar actividad de relevancia por el siguiente lustro. Luego de siete años, se vuelven a utilizar las instalaciones del aeroparque para el operativo "Galaxia 79" (la denominación "Galaxia" seguida del año de su realización, era el nombre genérico dado a las campañas de lanzamiento de globos estratosféricos en Argentina) desde donde son lanzados con exito 5 globos estratosféricos de gran porte, 3 en abril y 2 en octubre. 
En 1980 la CNIE constituyó el Centro de Investigaciones y Desarrollos Espaciales Mendoza (CIDEM) que comenzó a funcionar a partir del 1 de septiembre. Este sub-organismo surgió de la vinculación de la CNIE con diversas facultades técnicas de la Universidad Nacional de Cuyo, con la que suscribió convenios generales de cooperación. Entre los logros destacados de dicho centro fue la articulación de un programa de lucha antigranizo (vital para los cultivos de la zona) la creación de una estación terrena para operar con satélites y la transformación del aeródromo en una moderna planta aeroespacial dada en llamar Base Aeroespacial Mendoza. 
Entre las primeras medidas tomadas para poner en marcha el proyecto se dispuso la reactivación definitiva de la vieja estación EOLO Aeroparque, y la construcción de una pista de 100 x 300 metros para el lanzamiento de globos estratosféricos. Para enero de 1981 el complejo ya estaba nuevamente en servicio y en septiembre se reanudaron los lanzamientos, en virtud del Operativo "Galaxia 81", en el cual participó la Dirección Provincial de Aeronáutica. En la imagen de abajo vemos reproducida una de las operaciones de lanzamiento sobre la pista del aeropuerto. Si bien no se poseen datos precisos de la fecha de la toma es probable que corresponda a los primeros lanzamientos realizados durante finales de los años 70's o principios de los 80's. La imagen de enorme valor histórico fue cedida gentilmente a StratoCat por el Sr. José Lucero
El sitio volvería a ser nuevamente utilizado para efectuar lanzamientos durante "Galaxia 82" pero sin embargo, las experiencias no pasaron de allí. A partir de entonces la estación EOLO quedó deteriorada y subutilizada con una mínima dotación de personal encargado de su custodia. Asimismo, la Base Aeroespacial Mendoza, pronto seguiría el mismo derrotero. 
Paradójicamente, al igual que las primeras, las ultimas operaciones con globos estratosféricos volvieron a tener al CNES como protagonista. Las campañas Pre-PORTS y PORTS destinadas a estudiar las ondas de gravedad atmosféricas en cercanias del cordón andino tuvieron lugar respectivamente en 1989 y 1990, marcando el final definitivo del uso del Aeroparque provincial como base de lanzamiento para estos ingenios. 

Un triste final 
Concurrentemente, el volumen de operaciones hacia y desde Aeroparque cayó estrepitosamente a principios de los años noventa, llevando a las autoridades a considerar su cierre a pesar de las muchas iniciativas que desde la sociedad civil y a lo largo de toda la decada, se ofrecieron para evitarlo. Así, el deterioro de las instalaciones, la creciente población del sector -devenido en populoso barrio- y la infinidad de diversos usos que se le dió a diferentes sectores, llevaron a su cierre definitivo como estación aerea en enero de 2002. 
Actualmente el terreno ha sido asignado en forma exclusiva a la Policía de Mendoza, que lo utiliza como helipuerto, pista de aterrizaje y centro de adiestramiento táctico bajo el nombre de "Base Condor". Asimismo, lo que otrora fuera la estación EOLO, es utilizada por la Federación Mendocina de Asociaciones de Bomberos Voluntarios, como Escuela de Capacitación Bomberil, aunque como se puede apreciar en las imagenes, el estado del edificio es bastante calamitoso, destino compartido con su par de Lago fagnano, el cual a duras penas aún permanece en pie. 

Gran parte de lo escrito en la presente historia ha sido recogido de un compkletisimo articulo publicado por la revista LV de aviación cuyo autor es Gustavo Maron. Asimismo le agradecemos a Jose "Pepeu" Lucero por las excelentes imagenes que nos dió de las condiciones actuales de la estación. Mas información sobre las instalaciones EOLO se encuentra disponible en : Nos Premières années dans l'espace - http://homepage.mac.com/mbtc/sl/espace.html

domingo, 2 de septiembre de 2012

(Vídeo) del Monumento Nacional al Ejército de los Andes, en el Cerro de la Gloria. Entrevista a Pedro Canepuccia (Restaurador) - Mendoza

Gentileza de Zafiro Contenidos.


El Cerro de la Gloria es un cerro cercano a la Ciudad de Mendoza.
Antiguamente denominado "Cerro del Pilar", que por decreto del poder ejecutivo se cambió a su denominación actual, el 30 de enero de 1913.
Se puede acceder a la cima por sederos peatonales (existen algunos accesos de rampas para discapacitados), o en automóvil por caminos pavimentados (diferenciados de subida y bajada) con múltiples miradores. A pocos metros del monumento hay un estacionamiento para unos 40 automóviles (micros también están permitidos). También hay un puesto policial e instalaciones sanitarias.
En una de sus laderas se encuentra el Zoológico de Mendoza. Y en sus cercanías se ubican el CRICYT, el colegio universitario Departamento de Aplicación Docente (DAD), el Liceo Agrícola y Enológico Domingo Faustino Sarmiento, y en sus límites el mundialista Estadio Malvinas Argentinas.

El Monumento

Fue inaugurado el 12 de febrero de 1914, en el 97° aniversario de la batalla de Chacabuco. se emplazó en su cima Monumento Nacional al Ejército de los Andes en conmemoración del centenario del Cruce de los Andes por el Ejército de Los Andes al mando del General José de San Martín para liberar Chile y Perú y asegurar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata (en esa época denominación de la actual Argentina); y se mudó de nombre por el actual "Cerro de la Gloria".
Fue realizado por el escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari, de un concepto original de dos maquetas que para la propuesta final fusionó en uno (con la colaboración Francisco Moreno, integrante de la comisión nacional dispuesta para la elección final). Consta de una base de rocas de varias toneladas, y de unas grandes esculturas en bronces que se realizaron en Buenos Aires.
La imagen del Monumento al Ejército de los Andes del Cerro de la Gloria es popularmente reconocida en la Argentina ya que se encuentra impresa en el reverso de los billetes de cinco pesos ($5).
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