Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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lunes, 5 de diciembre de 2016
Sexo, vino y religión. Las fiestas paganas de la antigüedad clásica tienen un origen religioso y popular, entre las que destacan las honras a Baco. Las mujeres debían "pagar" con sexo, de buena gana y con su mejor sonrisa, cierta intimidad antes, durante o después de que el dios del vino las aceptara.
Si las mujeres querían festejar a Baco debían demostrar que el sexo estaba entre sus prioridades.
"Baño, vino y Venus desgastan el cuerpo pero son la verdadera vida", rezaba un antiguo proverbio griego. Y desde entonces las cosas no han cambiado mucho.
Las fiestas paganas de la antigüedad clásica, donde las representaciones teatrales, la música y la danza eran protagonistas, tuvieron un origen religioso y popular.
No se trataba de una religiosidad solemne: nacía de la necesidad de encontrarse de los pobladores de las dispersas ciudades del mediterráneo occidental. Eran reuniones en las que lo más importante era comer, beber, bailar y divertirse.
El dios más popular era Baco para los romanos -Dionisio para los griegos-; existía una bien argumentada "ideología báquica" que simbolizaba y glofiricaba todo esto, es decir, el sentido profundo de la fiesta. No tenía un culto especial ni se le pedían favores como a los otros dioses.
Baco, conocido como el dios del vino, del placer y de la sociabilidad, era más bien una leyenda que servía para todo. Su invocación no necesitaba justificaciones: era la encarnación de las buenas cosas de la vida y sólo evocaba ideas agradables. En las representaciones que han llegado hasta nosotros siempre se lo ve acompañado por un séquito de personas convenientemente ebrias, que hacen gala de su alegría tañendo instrumentos musicales y danzando.
Dios benévolo si los hay, Baco aparece rodeado de jóvenes doncellas tan ligeras de ropas como su esposa Ariadna. Lo curioso, es que estas señoritas -que más tarde se conocerían con el nombre de "bacantes"-, de doncellas no tenían nada porque debían aceptar de buena gana y con su mejor sonrisa, cierta intimidad sexual antes, durante o después de las fiestas báquicas con los hombres que celebraban confiadamente a Baco.
Esta suerte de "derecho de piso" era obligatorio pues las cofradías en torno de las cuales se reunían los señores para celebrar sus banquetes estaban terminantemente prohibidas para las mujeres. Si ellas querían festejar al dios de las buenas cosas de la vida, debían demostrar que estaban de acuerdo en que por lo menos una, el sexo, estaba entre sus prioridades. De ahí, que "bacanal" y orgía todavía hoy sean sinónimos.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/365570
Intersección de calles Medrano y Bartolomé Mitre. Buenos Aires. (año 1902). En aquella época los rieles del ferrocarril cruzaban a nivel de la calle. La iluminación era a Kerosene. Al atardecer había que encender uno por uno los faroles y apagarlos en la madrugada. En esta esquina el tranvía era de tracción a sangre. Puede observarse el traje de la elegante vecina que cruza la calzada.
Efemérides. 5 de Diciembre de 1920: Fallece en la provincia de Mendoza, Emilio Civit. Se destacó por ser uno de los personajes más influyentes del ambiente político mendocino, apodado como “el gran elector”. Fue Senador Nacional por Mendoza, dos veces elegido Gobernador de la provincia y Ministro de Obras Públicas de la Nación, durante la Presidencia del General Julio Argentino Roca.
Efemérides. 5 de Diciembre de 1909: Se inaugura el Colegio San Buenaventura, inicialmente con sus cursos de nivel primario y luego incorporó tres años de capacitación en artes y oficios. Foto: Colegio San Buenaventura, ubicado en calles Las Heras y Libertad (actual Patricias Mendocinas). Ciudad Capital de Mendoza. (año 1910)
domingo, 4 de diciembre de 2016
5 imágenes de Lima - La capital de Perú en la década de 1930. 1ra. Parte
Lima es la capital y la ciudad más grande del Perú. Se encuentra en los valles de los ríos Chillón, Rímac y Lurín, en la parte costera central del país, con vistas al Océano Pacífico. Junto con el puerto del Callao, se forma una zona urbana contigua conocida como el Área Metropolitana de Lima. Lima es también el área metropolitana más poblada de Perú, y la tercera ciudad más grande de América, justo detrás de Sao Paulo y Ciudad de México.
Fotos de Caen61
Fotos de Caen61
Franceses en la gesta libertadora En las filas del Ejército de los Andes, durante la campaña liderada por el General San Martín, los oficiales galos demostraron valentía y experiencia. Muchos de estos militares extranjeros eligieron estas tierras para vivir y morir.
En la Campaña Libertadora participó una importante cantidad de extranjeros. Entre ellos, sobresalieron los oficiales franceses, que se destacaron en casi todas las batallas libradas en Chile y en el Perú.
Después de la gesta, varios regresaron a nuestro país, donde formaron sus familias.
Conozcamos a algunos de estos oficiales de Francia que defendieron los colores patrios y la libertad.
Cruzar el mar
Después de la caída de Napoleón Bonaparte en 1815, el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata convocó a una importante cantidad de oficiales y jefes del Ejército Imperial. Muchos, entusiasmados en París por Bernardino Rivadavia, decidieron luchar por la independencia de las colonias españolas en Sudamérica.
Aquellos militares habían tenido una importante participación en las acciones bélicas durante el imperio napoleónico.
A mediados de 1816, varios de ellos partieron desde Francia hacia Buenos Aires y se incorporaron al ejército libertador. Entre los militares que llegaron a estas tierras se puede mencionar a Ambrosio Cramer, Alberto Bacler d'Albe, Jorge Beauchef, Carlos Luis Federico Brandsen, Alexis y Eustaquio Bruix , Benjamín Viel y Eugenio Giroust.
Cramer: el que cruzó los Andes
Uno de los más reconocidos jefes que tuvo el Ejército de los Andes fue Ambrosio Cramer. Nacido en París en 1792, Cramer participó de la invasión a España y realizó la campaña con el Ejército Imperial en aquel país. Incluso fue herido en Pamplona.
En 1815, estuvo en Waterloo - una de las batallas más grandes del siglo XIX - en la que los franceses fueron derrotados. Luego partió hacia Sudamérica y llegó a Buenos Aires en 1816.
El Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, le otorgó el grado de sargento mayor de infantería el 30 de julio de ese año. Su nombramiento sucedió a la destitución del entonces comandante del batallón de infantería N° 8, teniente coronel José María Rodríguez , quien había sido juzgado y expulsado del ejército por armar un complot y atentar contra la vida del General San Martín, a mediados de 1816, en Mendoza. A fines de ese año, Cramer partió hacia Cuyo y ocupó la jefatura del mismo.
El 22 de enero de 1817, el jefe francés partió con cuatro compañías de su batallón N° 8; realizó la travesía de los Andes por el camino de Los Patos y cruzó por el paso de las Llaretas. El 12 de febrero, él y sus tropas combatieron en la batalla de Chacabuco. Por diferencias con el General San Martín renunció y partió hacia Buenos Aires. Tiempo después, viajó a Tucumán como ayudante de campo del general Manuel Belgrano.
En 1822, ya radicado en la metrópolis del Río de la Plata, participó de la expedición que fundó la ciudad de Tandil. Fue agrimensor y se unió como militar a las tropas del general alemán Federico Rauch para combatir a los nativos que asolaban en la zona pampeana.
Cramer murió en la batalla de Chascomús en 1839, en un levantamiento revolucionario contra Rosas.
El topógrafo y el conquistador de Valdivia
Alberto Bacler d'Albe nació en 1789 en Saboya (Italia). Se incorporó al ejército francés y se convirtió en director del servicio topográfico de Napoleón y comandante del cuerpo de ingenieros geógrafos.
Después de 1815, Bacler emigró a los Estados Unidos y, en 1817, se incorporó al ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata con el grado de sargento mayor de ingenieros.
Participó en la campaña de Chile al mando del General José de San Martín. Tuvo una descollante actuación en el sitio y asalto de Talcahuano e integró la división al mando del general Las Heras.
Durante la campaña, fue el responsable directo de la mayor parte de los trabajos topográficos realizados en apoyo de las operaciones militares. También participó de la batalla de Maipú, en abril de 1818, destacándose en aquella jornada.
En 1820 partió con la Expedición Libertadora del Perú y tres años después regresó a Chile donde fue contratado para la confección de un mapa geográfico.
Se cree que falleció en Valparaíso en 1823, aunque otros lo dan por muerto en Francia.
Además de Bacler d'Albe, otro colaborador en la campaña fue Jorge Beauchef. Él, oriundo de Velay (Francia), ingresó con apenas 18 años en el "Grande Armeé" y actuó en las campañas de España. Resultó prisionero y logró fugarse a Malta. Regresó a Francia y luchó en la batalla de Waterloo.
Después de estos acontecimientos, partió a Estados Unidos y luego se dirigió a Buenos Aires. Allí, se incorporó en 1817 al Ejército Unido en Chile, con el grado de capitán. En diciembre de ese año estuvo en el ataque a la fortaleza de Talcahuano.
Su mayor gloria la consiguió cuando conquistó con las armas patriotas la ciudad de Valdivia. En 1823, partió como coronel en una expedición para ayudar a las tropas libertadoras en Perú. El coronel Beauchef falleció en Santiago de Chile, en 1840.
Morir por la patria
Se llamaba Carlos Luis Federico Brandsen y es considerado uno de los más valientes militares que tuvo nuestro ejército. Nació en París en 1785 y, como militar, participó en varias campañas napoleónicas en el entonces reino de Italia perteneciente a Francia. En 1814 intervino en la campaña de los Cien Días- también conocida como Campaña de Waterloo-, bajo el mando de Napoleón.
En 1817 pidió la baja en el ejército francés y con el grado de capitán se embarcó hacia Buenos Aires.
A fines de ese año, se le reconoció su grado, se lo destinó a Chile y se incorporó al segundo escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo. Entre 1818 y 1819 participó en la campaña del Bío Bío y posteriormente partió desde el puerto de Valparaíso en Expedición Libertadora al Perú, donde se distinguió en varias acciones y batallas. Después de luchar con Bolívar y de tener grandes diferencias, partió hacia Chile y luego a Buenos Aires en 1825.
Al estallar la guerra contra el Imperio del Brasil en 1825, Brandsen fue designado teniente coronel del regimiento 1 de caballería. El 20 de febrero de 1827, al mando de su regimiento de caballería, se enfrentó a la infantería brasileña en la batalla de Ituzaingó. En el campo de combate murió heroicamente.
Los hermanos Bruix
Los hermanos galos Alexis y Eustaquio Bruix nacieron a fines del siglo XVIII en París y, luego de participar en grandes batallas con la Guardia Imperial del ejército de Napoleón, llegaron a Buenos Aires. En septiembre de 1817, fueron incorporados al ejército de las Provincias Unidas como oficiales del Regimiento de Granaderos a Caballo y partieron rumbo a Chile.
Allí, ambos se encontraron en el desastre de Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818 y en la victoriosa batalla de Maipú, el 5 de abril. Un año después, los Bruix partieron a la segunda campaña del sur de Chile y pelearon en la acción del río Bío Bío, donde Eustaquio murió en combate por una bala de cañón.
En 1820, Alexis partió con la Expedición Libertadora del Perú y junto al General San Martín entró a la ciudad de Lima. Días después, el oficial francés tomó con sus tropas la fortaleza del Callao. Junto con los Granaderos a Caballo de Lavalle, Bruix fue protagonista de varias batallas a las ordenes de Bolívar. Falleció en 1826 en el Callao (Perú), en un accidente. Tenía 34 años.
La prueba de Dios: ¿acaso no sos mujer? Entre las ordalías y las "orgías santas", durante siglos se trató de demostrar la alianza de las mujeres con el Maligno. Violencia y sadismo inusitados fueron la constante de verdaderos espectáculos cuyo objetivo final era la muerte de las siempre misteriosas e insondables mujeres.
Para la religión cristiana, Eva y todas sus descendientes llevan el estigma de la perdición, de socias del mal y novias de Satán. Su fama de cocineras de pócimas mágicas, de excitantes tejedoras del deseo y de amantes lujuriosas, capaces de llevar a los hombres hasta el mismo infierno del placer las condujo, de una u otra manera a lo largo de la historia, a la muerte.
De ahí que, durante la Alta y la Baja Edad Media y el Renacimiento, el mundo cristiano creía que el demonio tomaba las almas de las insondables mujeres en una alianza diabólica. Las que, supuestamente, aceptaban ser las secretarias de Mefisto adquirían de inmediato la categoría de brujas a cargo de poner en práctica sus ritos, engaños y maleficios.
Pero como los fanáticos cristianos y luego protestantes eran hombres y no tan tontos, en su lógica -no teológica- acusaban de brujas a bellas y seductoras jóvenes mujeres quienes debían ser -¡cómo no!- el blanco principal del Maligno. Afirmaban que la brujería tenía su origen en el insaciable apetito sexual de las mujeres por lo que debían recurrir a los demonios para satisfacerlo en tentadoras orgías de las cuales los hombres estaban estrictamente excluidos.
¿Cómo detectaban a si una mujer era bruja? Basándose en un balbuceante discurso jurídico, se sirvieron de todo tipo de torturas y vejaciones de camino a la hoguera, a la horca, al ahogamiento, bah, a la muerte.
Uno de los métodos infalibles de los que se servían los rijosos eclesiásticos y leguleyos para el diagnóstico de una bruja era la ordalía. Estas comenzaban con la acusación de un supuesto hechizado hacia una mujer que habría ejercido o no- sus maleficios sobre él. La acusada debía probar su inocencia, cosa bastante difícil ante este tipo de delito tan subjetivo; si no lograba deshacerse del cargo, el parcial tribunal ordenaba que fuera sometida a una ordalía. Es decir, una prueba de inocencia dictada directamente por Dios. Y empezaba el espectáculo.
Entre las ordalías más conocidas destaca una verdaderamente ridícula: la del duelo judicial o juicio de Dios, en la que cada parte elegía a un paladín o combatiente profesional en términos contemporáneos, un patovica o un matón a sueldo- para librar un combate que a través de la violencia debía hacer triunfar su buen derecho.
La más ingenua de las pruebas era la de las candelas: se cortaban dos velas iguales, se colocaban en el altar y el acusador y en acusada encendían la suya al mismo tiempo: perdía, es decir, era culpable, aquel cuya vela se consumiera antes.
Otro juicio divino y naïf era el de los alimentos: la acusada debía comer ante el altar una cierta cantidad de pan y queso mientras los jueces esperaban que, si la mujer era culpable, el mismísimo Dios enviara a una patota de ángeles que le apretaran el cuello de modo que no pudiera tragar aquello que comía.
Pero las verdaderas ordalías eran de una violencia y un sadismo inusitados. Entre las más dolorosas se encuentra la ordalía del hierro candente: la acusada debía tomar con una de sus manos una barra de hierro al rojo vivo (en muchos casos, el hierro era sustituido por plomo fundido) y caminar con ella siete lentos pasos; luego la mano se vendaba y al tercer día el vendaje era retirado. Si no había signos de quemadura, la bruja era inocente; si la mano estaba herida, la mujer era declarada culpable.
La prueba de las aguas amargas era digna de un catálogo de horrores y se aplicaba habitualmente a las acusadas de adulterio. Los hombres probos lijaban el altar de la iglesia donde se realizaba el juicio, mezclaban con agua las raspaduras de piedra y madera con vidrio, sebo de vela y otras lindezas y le hacían beber a la mujer el brebaje: si la acusada sentía algún tipo de malestar, como la asfixia, por ejemplo, era culpable; si se sentía bien, era inocente.
El agua en la cultura cristiana es altamente simbólica, de ahí que este elemento fuera uno de los preferidos por los sacerdotes aprendices de verdugos. En la ordalía del agua caliente la acusada debía recoger unas piedras del fondo de una olla llena de agua hirviendo (a veces, para darle más emoción al espectáculo, se usaba aceite hirviendo); si gritaba de dolor era una bruja hecha y derecha, pero si lo soportaba apretando los dientes y llorando- se la consideraba inocente.
Una de las pruebas más usadas era la ordalía del agua fría. En ella se arrojaba a la mujer al agua de un pozo, a un río o al mar atada de pies y manos a veces, para que Dios estuviera más seguro, se la lanzaba, a lo Houdini, encerrada en una bolsa de tela-. Si la acusada flotaba era culpable puesto que el agua, símbolo de la pureza, la rechazaba por bruja; si se hundía y se ahogaba, claro- era inocente puesto que el agua la aceptaba. En ambos casos, la mujer moría.
Minuciosas torturas y vejaciones, secretas orgías santas en los sótanos y celdas de los monasterios, el collar áspero de la soga de la horca, el fuego final de la hoguera o la pesada piedra del agua en los pulmones. Todo soportaron aquellas mujeres por haber cometido un solo delito, precisamente, el de ser mujeres.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/362754
sábado, 3 de diciembre de 2016
Efemérides. 4 de Diciembre de 1895: Se aprueba un proyecto presentado por el Concejal Justo López de Gomara, por el cual se declara al distrito de Villa Nueva como villa cabecera del departamento de Guaymallén. Foto: Avenida Libertad, distrito de Villa Nueva, departamento de Guaymallen (c.1920) Mendoza
Efemérides. 3 de Diciembre de 1833. Día del Médico.
En esta fecha nació en Camagüey, Cuba, el Dr. Carlos Finlay, de nombre completo Carlos Juan Finlay Barrés, médico y científico dedicado a la investigación, y que en el año 1881 descubriría las causas para que se de la transmisión de una de las enfermedades más temidas por ese entonces, la fiebre amarilla.
Esta era transmitida por la picadura de un mosquito, el aedes aegypti, o simplemente mosquito de la fiebre amarilla y su descubrimiento llevó a la prevención y al tratamiento de la enfermedad, con su gran trabajo presentado ante la "Academia de Ciencias de la Habana", "El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla", el cual demoraría unos años en ser tenido en cuenta por la comunidad médica.
Sería luego en agosto del año 1956 que la Argentina se adhiere de ahí en adelante a la celebración de este día en su homenaje, donde a nivel mundial ya se celebraba el día del médico, todo por impulso del Colegio Médico de la provincia de Córdoba, donde luego sería avalado por la Confederación Médica Argentina y finalmente el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu termina decretando que así sea.
Saludamos desde aquí con un fuerte abrazo a todas las mujeres y hombres de este oficio tan especial, del que no cabe duda ni hace falta investigar para darnos cuenta que los moviliza 100% la pasión y que llegan a dejar de lado su propia vida por dar atención al prójimo, más allá de cualquier juramento, por el solo hecho de que su entrega los convierte en héroes anónimos cotidianos y sus acciones les devuelve el inmenso hecho de salvar vidas, desde aquí nuestro eterno saludo a todos los médicos en su día!!
viernes, 2 de diciembre de 2016
jueves, 1 de diciembre de 2016
Efemérides. 02 de Diciembre de 1816: El General José de San Martín redacta desde la provincia de Mendoza un oficio dirigido al Presidente de Chile, Francisco Marcó del Pont, remitiéndole un ejemplar del Acta de Declaración de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Fue enviado en esta misión especial el sargento mayor José Antonio Álvarez de Condarco, quien debía a su regreso levantar un croquis para el cruce de la cordillera de Los Andes.
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