El hombre siempre a tratado de iniciar cada año nuevo de su vida de la mejor manera posible. Y cuando no lo ha logrado, se esmeró por lo menos aparentemente en algunos casos, en desearle a sus semejantes. La fotografía que ilustra esta imagen es un buen ejemplo. El motivo, los personajes, las palabras todo era sencillo de una simplicidad que se acercaba a lo ingenuo, en la misma medida que se alejaba de todas las intelectualizaciones con que ahora se quiere desear felicidad y ocultar la falta de sinceridad en los sentimientos. La composición fotográfica es simpática, y lo que resulta fundamental, es que logra transmitir un sentimiento de cordialidad inequívoca.
Gentileza Diario Los Andes.
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