domingo, 22 de marzo de 2015

Así debían caminar las mujeres según las buenas costumbres

Tanto los caballeros como las damas sabían que debían practicar estas disposiciones para ser reconocidos socialmente. Muchas se perdieron, otras se modificaron y otras... podrían recuperarse.


En la Argentina, a comienzos del siglo XX, una buena parte de la sociedad seguía a rajatabla usos y costumbres “refinados” o “de buena educación”, que se redactaron en Tratados de Urbanidad y que eran aprendidos y aplicados rígidamente. ¿Algo a nuestro favor? Las damas y las personas mayores eran siempre el centro de las atenciones y gozaban del mayor de los respetos.
Tanto los caballeros como las damas, sabían que debían practicar estas disposiciones para ser reconocidos socialmente. Muchas de estas costumbres se perdieron, otras, dados los cambios de la sociedad actual, se modificaron radicalmente y otras, en mi humilde opinión, podrían recuperarse. Pasemos a los ejemplos.
En primer lugar nos dedicaremos a reglamentar la conducta de las féminas en la vía pública. Primera llamada de atención: era de muy mal gusto que las mujeres caminaran sacando las caderas o balanceándolas (Imaginemos cómo lo tomarían hoy las modelos que desfilan.) 
Otra actitud totalmente reprobable era que las mujeres caminaran con las manos en los bolsillos, porque “les daba aire de demasiada desenvoltura”. ¿Un detalle a cuidar respecto a la coquetería?: el taconeo al caminar, porque de esa forma se llamaba la atención de todos, y esto tampoco era aceptado por las buenas costumbres.
Ahora les toca el turno a los caballeros. Ellos también estaban sujetos a reglas estrictas. Aquí van algunas. Por ningún motivo debían caminar con las manos en los bolsillos del saco o del pantalón, aunque sí podían guardarlas en los bolsillos del sobretodo, en esa prenda sí estaba permitido.
Otra prohibición que había que tener muy en cuenta: ningún hombre y bajo ninguna excepción, podía detener en la calle a una dama, si no tenía una gran diferencia de edad con ella (las buenas costumbres ordenaban que él siempre debía ser mayor que ella).
Y aquí va un avance de lo que vendrá: para poder hablar con las féminas, existían lugares, horarios, atuendos y momentos establecidos, pero de esto les contaré más adelante.
Aquí va la última regla, vetusta y en desuso, destinada a la juventud: los señoritos tenían la importante tarea de llevar del brazo a las damas de cierta edad en cualquier lugar y sin protestar.
Pasaremos brevemente a explicar qué debían tener en cuenta las parejas que transitaban por la vereda, y aclaramos esto porque caminar por la calle era una acción que a nadie se le disculpaba y era hasta repudiable.
Si una pareja caminaba por la vereda, debían hacerlo por un costado, nunca por el centro, para no impedir el paso de las personas, cosa muy loable pensando en el bienestar y prisa de los demás, pero no muy recomendable en nuestra realidad de inseguridad y violencia.
Los novios o matrimonios no podían desplazarse dándose el brazo, ya que esa acción quedaba reservada solo cuando iban a los salones de baile. Sobre las fiestas y bailes de la alta sociedad argentina hay también mucho para contar… 
¿Una ley incuestionable en 1900 y que consideraríamos una locura en 2014? Estaba absolutamente prohibido por las buenas maneras, detenerse en la vereda para entablar una conversación. En cambio para nosotros hoy, es una conducta que deberíamos aplaudir y estimular, ya que las redes sociales, los celulares e Internet hacen que nuestras relaciones con los demás sean cada vez más virtuales y más distantes.
Pero como no todo tiempo pasado fue peor, antes de terminar hay dos reglas de antaño que deberían ser reflotadas hoy. Los caballeros de principios de siglo caminaban siempre del lado de la calle, ofreciendo el lado de la pared a las damas con el fin de protegerlas y resguardarlas y finalmente, una obviedad, un gesto que a ningún caballero escapaba y que era una regla de oro para la época: los hombres cedían el paso a las damas en todas las circunstancias en que se cruzaran.
Entonces, no todo tiempo pasado fue peor, pero nuestro presente puede y merece ser mejorado. ¿A ustedes qué les parece?

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