Nació el 13 de setiembre de 1918. Sus padres fueron José María Vázquez y Paulina González. Tenían un campo de explotación maderera en Ñacuñán (Santa Rosa) pero cuando Abelardo era niño se mudaron a Granada (España) por 10 años. En esa ciudad conoció a escritores de la talla de Federico García Lorca, de cuyo círculo literario formó parte. Cuando estalló la guerra civil, la familia Vázquez retornó a Argentina. Años después Abelardo publicó su primer libro: Advenimiento en 1942. Abelardo estaba comprometido con la difusión de obras de autores locales; por eso trabajó por los poetas sin nombre ni dinero: en 1943 creó el Grupo Pámpano, que fue revista gráfica y luego oral y después sello editorial. El proyecto duró poco más de un año y en 1944 viajó a Chile para encontrarse con Pablo Neruda. De allí surgió el poema Bebo con Pablo y amo con Chile. En 1951 viajó a Buenos Aires, donde vivió 4 años. Se casó y fue padre de una hija, Marité, y un hijo, Abelardo Roberto. Este último siguió sus pasos en la poesía pero sólo publicó un libro. Falleció a los 39 años, en 1992. Abelardo falleció el 20 de mayo de 1986, a causa de una enfermedad hepática.
El poeta de la Vendimia
Abelardo Vázquez fue llamado el poeta de la Vendimia y así Mendoza lo inscribió en la historia oficial. Suele obviarse que sus puestas artísticas de las fiestas vendimiales renovaron un género que poco ha devuelto en inspiración y creatividad. Vázquez alcanzó sus mayores logros durante la década del 60. Suya es la idea de utilizar los cerros alrededor del teatro griego e incorporarlos al espectáculo, lo que realizó en la inauguración del teatro al aire libre pensado por el arquitecto Daniel Ramos Correas. Sus primeros pasos en la vendimia fue en 1958 cuando coadaptó el texto de Alejandro del Río “Todo lo que trae el vino” para el Acto central. Fue director por primera vez en 1960 en la fiesta denominada “En Mendoza hay una parra” en el autódromo General San Martín. En 1963 dirigió la primera fiesta que se realizó en el teatro griego Frank Romero Day con “La viña junto al camino”. Hizo historia al integrar el escenario con los cerros e iluminarlos. Escribió los libretos para otros actos y dirigió 10, en los que fue integrando recursos escénicos como el agua, la pirotecnia y las proyecciones. Entre las mas recordadas está su fiesta en 1971 llamada “Vendimia de cristal”. Su última Vendimia fue en 1980 “Vendimia infinita”. Sus unánimemente recordadas diez fiestas se sucedieron durante los años ´60 y ´70; en ellas no sólo renovó la lírica de las viejas glosas, sino que introdujo el concepto de espectáculo integral combinando la teatralización y la canción con efectos de luz y sonido e incorporando lo cerros que rodean al teatro griego Frank Romero Day como escenarios secundarios.
Foto fuente: Libro de oro de la Vendimia (1986)
Fuente textos: Libro de oro de la Vendimia / Vendimia para ver
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