Hubo un tiempo en que los papas eran amos y señores, que convirtieron a Europa o parte de ella en un feudo. Administraban impuestos, perdones y castigos imponiendo el terror y lo más importante, tenían la boletería de la vida después de la muerte. Pero cuando los estados se hicieron fuertes política y militarmente a la iglesia le costaba más imponer sus condiciones. Su último reducto era Roma, pero además de católica era italiana y en 1870 el rey Víctor Manuel II se mandó a hacer un título de propiedad de los estados pontificios y anda a cantarle a San Pedro. Roma se quedó con la Santa Sede y los papas y los reyes dejaron de hablarse. No solo eso, durante años el capricho eclesiástico se pareció más a un auto acuartelamiento, no salían ni para espiar, mucho menos para bendecir políticos. Desde que Pio IX, más conocido como Pio Nono bajó las persianas vaticanas debería haber dejado de llamarse "Pontífice" (hacedor de puentes). De puro calenton le retiró a Roma y al mundo entero la bendición "urbi et orbi", que se jodan. Pero los berrinches terminan y en 1922 en la silla vaticana se sentó Achille Damiano Ambrogio Ratti, el papa número 259 que eligió llamarse Pio XI, el negociador. Al buen Pio XI le caía simpático el Presidente del Consejo de Ministros del Reino de Italia, un tal Benito Mussolini. Il Duce quería congraciarse con la población católica así que comenzaron las negociaciones. El resultado de esas amigables reuniones fue el "Pacto de Letran". El punto que más le interesaba a Pio XI fue aceptado por Mussolini, concederle al vaticano el rango de estado independiente. Pio XI estaba chocho con il Duce pero ni bien le dieron los títulos de propiedad mandó a cambiar la cerradura. Por interés baila el mono decía mi abuela y le podríamos haber perdonado al bien Pio XI que se congraciara con un gobierno fascista, pero siguió mostrando la hilacha. Siguió con buenas tintas con Benito, bendijo las tropas fascistas italianas, pactó con Hitler y se hizo amigo íntimo de Franco, lo que se dice, una pinturita.
Fuente: Pequeñas Piezas de la Historia
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