domingo, 18 de febrero de 2024

Ruinas de la Iglesia de San Agustín. (c.1880) Ciudad de Mendoza


Excepcional documento sobre la antigua ciudad de Mendoza. El registro documental realizado en verano nos presenta una vista de tipo panorámica de las ruinas del templo donde posa para la cámara un pequeño grupo de personas, quizás una familia. En primer plano observamos cuatro mujeres -dos de ellas acompañadas por un perro de gran porte- y un hombre con saco y sombrero blanco. Sus vestimentas nos hablan sobre su pertenencia a la alta sociedad de la época. En segundo plano y recostados en las pilas de escombros se aprecian otras dos personas. Para eternizar este paseo se recurrió a un hábil fotógrafo quien, para obtener una mejor perspectiva del asunto, ubicó su cámara y trípode a lo alto, en un ángulo del testero (pared opuesta a la principal) del templo arruinado, aún en pie. A la izquierda de la imagen asoma el coche que los acercó a la zona fundacional, el área más afectada por el terremoto. Sin duda, aquellos elegantes viajeros estaban realizando una excursión fotográfica, quizás para enviar a sus parientes más lejanos, o para conservar en el tiempo, a modo de mensaje para las generaciones futuras. El fatídico terremoto sucedió la noche del 20 de marzo de 1861 y cuenta la historia que la mayor parte de la ciudad quedó hecha escombros, o muy afectada, pereciendo algo menos de 4500 personas. Para muchos de los sobrevivientes, aquello había sido un castigo de la Providencia… Sin embargo, poco antes un científico había predecido el suceso; nos referimos al geólogo francés Auguste Bravard, quien murió en el sismo víctima del derrumbe de la casa hotel donde se hospedaba. Daniel Schávelzon en su estudio sobre el suceso cuenta que hoy se sabe que “Bravard estaba anotando empíricamente un fenómeno natural que resulta conexo con el terremoto: las variaciones barométricas contínuas que según algunos indicaban cambios en el nivel del suelo con respecto al mar (...)”. La iglesia de San Agustín había sido levantada entre 1796 y 1807, donde fueron sepultados los restos del héroe de las invasiones inglesas, brigadier general Pascual Ruiz Huidobro, y donde tuvo su asiento el batallón 11 del Ejército de los Andes. Por su esbelto campanario, los mendocinos la bautizaron “Tupungatito”, y fue muy citada por los viajeros. ( Daniel Schávelzon, Historia de un terremoto: Mendoza, 1861, De los cuatro vientos editorial, Buenos Aires, 2007) 


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