Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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martes, 22 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
Prohibido bañarse desnudo.“Reglamento de baños para el Puerto de Mar del Plata”:
Fue la Meca del vacaciones del siglo XX. Pero como todo gran emprendimiento, tuvo sus primeros paso. La ciudad de Mar del Plata se fundó en 1874. Su popularidad y el intenso tráfico de turistas en sus playas hizo necesario dictar normas de conducta. Por encargo del presidente Miguel Juárez Celman, en enero de 1888 se estableció el “Reglamento de baños para el Puerto de Mar del Plata”:
Artículo 1º-Es prohibido bañarse desnudo.
Artículo 2º-El traje de baño admitido por este reglamento es todo aquel que cubra el cuerpo desde el cuello hasta la rodilla.
Artículo 3º-En las tres playas conocidas por del Puerto, de la Iglesia y de la Gruta no podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras a no ser que tuvieran familia y lo hicieran acompañando a ella.
Artículo 4º-Es prohibido a los hombres solos aproximarse durante el baño a las señoras que estuvieren en él, debiendo mantenerse por lo menos a una distancia de 30 metros.
Artículo 5º-Se prohíbe en las horas del baño el uso de anteojos de teatro u otro instrumento de larga vista, así como situarse en la orilla cuando se bañen señoras.
Artículo 6º-Es prohibido bañar animales en las playas destinadas para el baño de familias.
Artículo 7º-Es igualmente prohibido el uso de palabras o acciones deshonestas o contrarias al decoro.
El próximo artículo trata de las penas: multas de dos a cinco pesos o arresto de 24 a 48 horas. Reincidentes: 5 a 10 pesos o arresto de 48 a 96 horas. Una nueva falta le provocaría al infractor la expulsión de la playa durante un mes.
Hubo multas, detenciones y expulsiones. Pero tal vez el caso más comentado fue el del hombre que en el verano de 1901 se disfrazó de mujer y se metió al agua en la Bristol, en la zona de damas.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/costumbres/prohibido-banarse-desnudo/
domingo, 20 de marzo de 2016
El científico que predijo el sismo de 1861 El ingeniero francés Augusto Bravard “escuchó” a la Cordillera; sin embargo, sus advertencias no fueron oídas.
Era la noche del miércoles 20 de marzo de 1861. Comenzaba el equinoccio de otoño. Se podía apreciar en el cielo una luna en cuarto creciente. Ni una brisa alteraba la apacible frescura.
A pesar de esa aparente tranquilidad, se agitaba en algunos ciudadanos la preocupación por una versión que había circulado tiempo atrás. Se decía que un naturista francés, quien se hallaba en la ciudad, había vaticinado que, en muy poco tiempo, se produciría un gran terremoto en Mendoza.
Muchos se rieron de él y las autoridades no le creyeron.
Al cumplirse las 20.36 horas de aquel miércoles, cuando la mayoría de la población se disponía a cenar, se escuchó un sonido parecido al de un trueno. La tierra se movió con tal magnitud que muchas personas cayeron al suelo. En un abrir y cerrar de ojos, la ciudad quedó en escombros dejando sepultadas a más de seis mil personas.
Los que sobrevivieron a la tragedia y conocían el vaticinio, se dieron cuenta de que aquel científico galo llamado Augusto Bravard había dicho la verdad.
El brujo de la piedras
Augusto Bravard nació en Auvergne (Francia) en 1800. Se graduó como ingeniero y luego se dedicó a la geología, minería y antropología. Fue un gran investigador en su país y recolectó una importante colección de fósiles y piedras que vendió al Museo de Historia Natural de Londres.
En 1852, se produjo en Argentina la llamada “Organización Nacional” quien además de establecer una constitución, entre otros objetivos, promovió en Europa la contratación de importantes científicos.
Augusto Bravard no dudó en embarcarse para América del Sur. Meses después, el francés llegó al puerto de Buenos Aires e inmediatamente fue contratado por el gobierno para desarrollar trabajos geológicos. En poco tiempo fue nombrado director del Museo Nacional de Paraná y el gobierno de la Confederación le nombró Inspector General de Minas.
También, realizó cientos de estudios geológicos y paleontológicos que dieron como resultado interesantes publicaciones científicas. A principios de 1861, Bravard fue convocado por el gobernador de la provincia Laureano Nazar quien le propuso revisar aspectos de la geología precordillerana como asimismo hacer un informe sobre la actividad sísmica que se había incrementado en esos años en toda la región.
Los últimos días de Mendoza
El sabio francés llegó a la provincia y se reunió con las autoridades que lo recibieron con todos los honores. Luego de aquella reunión, se hospedó en plena ciudad. En una habitación de hotel instaló su gabinete.
Bravard exploró varios lugares de norte de Mendoza y comprobó el hundimiento del terreno percibiendo extraños “ruidos subterráneos”. Su experiencia hizo que comenzara a elaborar una teoría fatalista: Mendoza estaba a punto de sufrir un extraordinario sismo. Para afirmar su hipótesis, observó y estudió las “corrientes eléctricas” en la cordillera y las variaciones barométricas.
El “ambiente especial” le hizo pensar que se produciría un gran terremoto. Inmediatamente realizó un informe dirigido al gobierno en donde pronosticó que en muy poco tiempo sucedería una catástrofe. También propuso utilizar técnicas para que la población pudiera actuar frente al inminente sismo y sugirió que el lugar donde hallar una protección más eficaz, eran los marcos de madera de las casas.
La noche del 20 de marzo de ese año, Augusto Bravard fue víctima de aquella tragedia. El científico quedó atrapado en su habitación, bajo el techo derrumbado. Murió sentado en la cama junto a una taza de té. Su cuerpo quedó por varios días en esa posición. El Cónsul francés en Buenos Aires envió a su amigo Balloffet para recuperar el cadáver.
Si se hubiese tomado en cuenta la advertencia del naturista, tal vez la tragedia hubiese sido menor.
http://www.losandes.com.ar/article/el-cientifico-que-predijo-el-sismo-de-1861
Cuando el Houdini del siglo XIX visitó Mendoza El Conde de Castiglione era una celebridad de la época. Maestro del ilusionismo, estuvo a la altura de gigantes como Fu Manchú, Fantasio o Houdini. Reunió a miles de mendocinos.
En la Mendoza de fines del siglo XIX, llegaron una gran cantidad de artistas ,prestidigitadores, payasos y trapecistas pero nunca había llegado un ilusionista del gran fama como el conde de Castiglione.
Su estada, causó furor entre la gente quien lo esperaba con gran expectativa. El conde realizó dos funciones repletas en el teatro Municipal de la ciudad. Y los espectadores que concurrieron a sus presentaciones quedaron más que satisfechos de aquellos encuentros mágicos.
Radiografía de un conde
Se llamaba Enrique Patricio, conde de Castiglione. Se sabe muy poco sobre sus datos biográficos, pero desde muy joven se dedicó a la magia y al ilusionismo.
Viajó por todo el mundo y visitó por primera vez la Argentina en 1875. En ese año, realizó un duelo de magia con otro famoso ilusionista llamado Nicolay.
La prensa porteña publicitó este acontecimiento con bombos y platillos. A principios de 1885 estuvo de gira en España con su compañía y un tiempo después llegó a Buenos Aires, para seguir hacia el interior de nuestro país y luego hacia Chile.
Conde Patrizio está considerado como uno de los magos e ilusionistas más importantes de todos los tiempos, como Fu Manchú, el mago Nicolay, Fassmann el 'Hombre Radar', Príncipe Misterix, Fantasio, el Gran Faluggi y, por supuesto el más grande de todos los grandes, Harry Houdini.
Magia blanca
En la calurosa noche de 1887, cientos de personas se agolpaban en la entrada del teatro Municipal para ver al mago e ilusionista.
La expectativa era muy grande entre el público que estaba haciendo fila a las puertas del teatro.
Los más rezagados se bajaban de los coches y súbitamente trataban de ocupar un lugar en la cola. Se podía apreciar a varios personajes de la sociedad mendocina que charlaban haciendo el comentario de la presentación.
Las puertas del establecimiento se abrieron y los parroquianos comenzaron a acceder al interior y se sentaron en los palcos y demás lugares.
En el escenario se podía ver algunos auxiliares del conde quienes acomodaban diferentes elementos para el espectáculo del mago. Detrás del escenario había un telón totalmente negro.
Faltaban pocos minutos para iniciar la función y se podía sentir las voces en toda la sala, hasta que se anunció la presentación de ilusionista.
De repente hizo su aparición el gran mago, vestido de frac negro con camisa blanca y moño del mismo tono, lo acompañaba una chistera muy brillante y un bastón.
Comenzó haciendo grandes trucos con los naipes de póquer. Luego le pidió a un espectador que subiera al escenario y lo ayudara. Anunció que adivinaría con su poder mental cuáles cartas tenía el ayudante. Inmediatamente comenzó a adivinar cada una de ellas. El público aplaudió con ganas.
Posteriormente, ejecutó otros pases de magia con cajas en las que aparecían conejos. Todos quedaron sorprendidos. Hacía desaparecer y aparecer todo tipo de objetos. Los ojos de los mendocinos no podían creer lo que estaban viendo. Lo mejor estaba por venir: con un magnetismo increíble pudo hipnotizar a un espectador; esto sacudió a lo que se encontraban en la sala.
Cuando la función terminó, la mayoría del público salió en estado de conmoción.
Un cronista escribió: "El conde de Castiglione es un verdadero diablo, un brujo consumado".
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/cuando-el-houdini-del-siglo-xix-visito-mendoza
Mono Gatica versus Martín Karadagian, estadio de Boca Juniors, 10 de agosto de 1957.
Archivo General de la Nación
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