Una de las más memorables crónicas y entrevistas
que fueron publicadas por Los Andes es
la de Walt Disney en setiembre de 1941.
El mentor de un hito del cine que no tiene
comparación, tuvo una relación intensa y afectiva con nuestra provincia. Su llegada a Mendoza fue el 25 de setiembre del 41 y se instaló aquí por
varios días.
La visita fue parte de una gira por Sudamérica que
emprendió Disney, su esposa Lillian Bounds, y 16
colaboradores, entre los que se incluía a la única dibujante
femenina -Mary Blair- que tenía por entonces su compañía.
El propósito de la travesía era una misión
diplomática encomendada por el gobierno de Estados Unidos como parte de la
llamada “Política de buena vecindad”, que tenía por objeto fortalecer lazos
entre nuestro país y el del norte y frenar la influencia de los nazis y sus
aliados, en aquellas instancias de la Segunda Guerra. El viaje comprendía a
Brasil, Argentina, Chile y Perú.
La llegada de Disney tuvo una repercusión
extraordinaria entre los mendocinos. Y nuestro diario dio cuenta de este evento
inusual -el viernes 26 de setiembre- con una crónica y entrevista titulada:
“Walt Disney, que llegara ayer en avión a ésta, ha recogido nutrido material en
Argentina y creará otros personajes”.
La entrevista se realizó en inglés, ya que Disney
no hablaba el español. Y cuenta, textualmente, lo siguiente:
“Hemos entrevistado al extraordinario dibujante.
Cordial, ameno, de simpatía comunicativa, evacuó nuestras preguntas con buscada
llaneza, rehuyendo trascendentalismos. Desde luego, se imponía el interrogarle
acerca de las impresiones que se lleva de nuestra Nación. Al respecto nos
contestó:
-Evidentemente, mi impresión es óptima. Es un gran
país. Lo creo a tal punto que algunos artistas argentinos, que me han insinuado
la posibilidad de trabajar conmigo en Estados Unidos, les he manifestado, sin
eufemismos, que entiendo que en esta república hay elementos de riqueza
suficientes como pa- ra obtener un porvenir mejor. El de ellos, por lo menos, y
lo creo sinceramente de este modo, se encuentra aquí...
-¿Ha sido fructífera su labor en Buenos
Aires?
-En Buenos Aires me he divertido demasiado. Esto es
lo que puedo decir. Mi propósito era el de trabajar intensamente, pero la
diversión me ha dejado poco tiempo. No obstante, he hecho acopio de materiales.
Debo llevarlos hasta Estados Unidos y allí concentrarme para buscar su
aplicación en los dibujos animados. Algunos de mis colaboradores han ido a
Salta con el fin de buscar, asimismo, elementos de orden folklórico, ya en el
terreno de la música, ya en el de la danza o en el simplemente costumbrista.
Durante mi estada en la metrópoli argentina he visitado algunos “ranchos” y he
salido muy satisfecho. Puedo adelantar que algunos de mis próximos personajes
aparecerán tirando boleadoras...
-¿Algunos de sus personajes conocidos?
-No. Tengo la intención de crear uno especialmente
para films de esa índole. Posiblemente me inspire en el quirquincho... Por otra
parte, también me han interesado sobremanera algunas cosas pintorescas del
Brasil, fundamentalmente de extracción popular. No es difícil que recurra al
loro, ave típica de la zona, para que baile un samba... Ya veremos...
-Tenemos entendido que ha contratado al destacado
dibujante argentino Florencio Molina Campos...
-En efecto, aun cuando todavía no haya firmado
ningún compromiso, me he puesto en contacto con él. Creo que Molina Campos
aprehende certeramente el lado cómico de las cosas y consigue la faz risueña
del detalle. Su labor es conocida en Norteamérica, en donde algunas revistas
han publicado sus creaciones. Creo, asimismo, que su producción resulta
interesante porque posee el tipo del gaucho antiguo, cuya filiación es hoy
difícil de encontrar.
Su próxima labor
Salpicada de ocurrencias en que Disney destila un
ingenio sutil, de repercusión directa, prosigue la entrevista. En ella abre
brechas el notable dibujante para añadir conceptos y decir de vez en cuando una
ocurrencia, no por buscar comicidad sino espontáneamente.
Su rostro y sus ademanes se serenan y tornan cierta
gravedad al interrogarle acerca del concepto que tiene del porvenir del dibujo
animado. Su contestación es sobria y sencilla, pero en él se enciende un lógico
entusiasmo. Indudablemente, Disney “siente” su arte.
Contesta en los siguientes términos:
“Una de mis actividades estriba en que tengo a todas
y cada una de mis películas como experimentos. Evidentemente, creo que la
perfectibilidad es inalcanzable, pero entiendo, del mismo modo, que en cada
oportunidad se puede avanzar más. Personalmente, opino que el dibujo animado
tiene un porvenir al cual aun no pueden ponérsele límites. Hay un hecho
evidente: las más notables expresiones literarias han perseguido constantemente
el ideal de la fantasía. Se ha llegado a mucho pero, creo, no a la dimensión
alcanzada por el arte que cultivo. Además, el dibujo animado puede llegar a
zonas que le son vedadas a otras ramas de la cinematografía; las posibilidades
de la fotografía son limitadas. Para demostrárselo gráficamente, quiero decirle
que en “Fantasía” llegamos a la reconstrucción de animales prehistóricos
imprimiéndoles los movimientos que les eran característicos, por lo menos desde
el punto de vista de los especializados en paleontología. Así también, durante
los últimos diez años el dibujo animado ha tomado tal vuelo, ciertamente
insospechado, que esa misma circunstancia afirma la convicción de que su
porvenir escapa a lo que podamos imaginarnos. Desde luego que su perennidad y
su progreso se verán supeditados a la capacidad de los hombres que lo cultiven.
El dibujo animado debe desarrollarse, mantenerse y progresar a la altura de los
tiempos. Por lo demás, su misma función tiende a no restarle vuelos: no debe
servir solamente para solaz, para un momento de diversión; puede lograrse con
él finalidades educativas de gran alcance".
Donald hablará castellano...
Disney creyó, sin duda, que ya había dado mucho
pábulo a la seriedad. Por ello, aprovecha una pregunta para tornar a la
sonrisa. Una de las personas asistentes le pregunta si algunos de sus
personajes hablarán castellano en sus próximas películas. Sonriendo,
responde:
-El pato Donald quiere hablar castellano. Pero les
advierto una cosa: no lo entenderán más de lo que lo entienden ahora, con sus
gruñidos. Su lenguaje no puede ser más universal...”.
Al finalizar la entrevista, ese mismo día Walt, su
esposa y sus colaboradores se alojaron en el Plaza Hotel. Con una agenda muy
apretada -armada por Juan Carlos Alurralde-, visitaron al gobernador Adolfo
Vicchi y luego partieron a visitar algunas bodegas de Maipú y Luján. También
estuvieron en la Facultad de Artes de la UNCuyo y otras instituciones.
El sábado 27 el genial dibujante realizó una
presentación en los cines Avenida y Buenos Aires, en donde concurrieron más de
dos mil alumnos de escuelas primarias.
Paseó por la avenida San Martín, desde la calle Lavalle
hasta Sarmiento, para luego ir al Cerro de la Gloria y el Zoo. Todas estas
visitas fueron filmadas en colores por Disney.
Aquí se marca un hito, ya que es la primera vez en
la historia que la ciudad de Mendoza fue registrada con esa nueva tecnología en
aquel tiempo. Por la noche, los visitantes norteamericanos fueron invitados a
participar en un baile en su honor en el Club Unión.
Walt, Lillian y el grupo, viajaron hacia Tupungato
y visitaron la estancia “Los Árboles” de
Fabián Correas y la finca de Juan Carlos Alurralde. Disney se vistió de gaucho
y por supuesto se comió un buen asado acompañado por excelente vino mendocino.
Además, el creador de Mickey, participó de una
jineteada montando un potro y demostrando una destreza que dejó a todos
boquiabiertos.
El lunes 29 partieron desde el aeropuerto ‘Los
Tamarindos’ hacia Santiago de Chile. “El público los despidió con grandes aplausos”.
Fuente: http://losandes.com.ar/article/view?slug=walt-disney-le-dio-color-a-mendoza