Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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viernes, 3 de julio de 2015
Inviernos eran los de antes Nevadas asombrosas, fríos intensos, sensación térmica muy baja... ¿Cuál fue la época más helada que vivimos en Mendoza? El termómetro nos lleva a principios de siglo pasado.
Muchos recordarán aquellos inviernos pasados donde el frío se hacía notar con temperaturas bajo cero y copiosas nevadas que dejaban paralizada a la ciudad.
Pero si tuviéramos que buscar un día y un año en el que se manifestó un invierno furioso marcaríamos el 21 de junio de 1918, cuando una ola polar azotó el territorio del país produciendo nevadas en zonas impensables como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos. En nuestra provincia la nevada fue asombrosa.
La Mendoza congelada
En la tarde del viernes 21, el cielo mendocino se nubló por completo y la temperatura bajó rápidamente. El frío se hizo más y más intenso. Algunos desprevenidos salieron a comprar leña a los almacenes para utilizarla en sus estufas; otros usaban el bracero para calentarse.
Las calles de la ciudad quedaron desiertas y una lluvia comenzó, transformándose en copos de nieve.
Por la mañana, la ciudad estaba completamente blanca, calles y veredas se encontraban con varios centímetros de nieve. Muchos niños y adultos salieron abrigados de sus casas para jugar en las calles y en las plazas, haciendo bolas de nieve, produciéndose verdaderas batallas campales.
Otros, los más tranquilos, hacían grandes muñecos y los adornaban con sombreros y bufandas. El termómetro marcaba tres grados bajo cero.
Los más pudientes marcharon con sus automóviles hacia el parque en donde el paisaje parecía como “un bosque europeo”, según decían algunos.
Los más osados llegaron hasta el Cerro de la Gloria para observar el bello paisaje.
Al llegar la noche, el frío se hizo más intenso; muy pocos se atrevían a caminar por las calles y la mayoría de los espectáculos públicos fueron suspendidos.
En la cordillera se desató un fuerte temporal que interrumpió el servicio del tren trasandino al descarrilar uno de los convoyes.
El día 23 el cielo amaneció despejado pero la temperatura marcó, en la ciudad, casi ocho grados bajo cero.
Sin leña y con mucho frío
El intenso frío provocó que la mayoría de almacenes se quedaran sin leña. Y los pocos comerciantes que tenían especulaban cobrando una fortuna.
La leña ya escaseaba en gran parte parte del país y el gobierno nacional había tomado algunas medidas para rebatir la crisis.
A pesar de esto, muchas familias humildes tuvieron que soportar el frío, sin tener en sus estufas combustible para calentarse.
Hasta Buenos Aires llegó la nieve
El frente polar que pasó por nuestra provincia también se extendió a todo el país. Ciudades como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires fueron afectadas por el fenómeno.
El sábado 22 de junio de aquel año, el cielo amaneció cubierto. Aproximadamente a las 3 de la tarde, la llovizna comenzó a espesarse, las gotas de lluvia se fueron convirtiendo en tramas de hielo muy fino. Lentamente aparecieron los primeros copos de nieve.
Nadie podía creerlo. ¡Nieve en Buenos Aires! Por la noche nevó intensamente; de a poco, un manto blanco fue cubriendo la ciudad. La precipitación fue tan intensa que la nieve acumulada en el suelo sólo se derritió dos días después.
“Una nieve auténtica, una nieve europea” -así afirmaba el diario La Nación de aquella época-. “En la calzada, en los canteros de las plazas, en las aceras del Este y del Norte, por efecto del Pampero fue creciendo la capa de fina lana hasta varios centímetros de espesor.
El cuadro no dejó de tener nada de lo que, en pintura, fotografías, crónicas y libros, habíamos aprendido que hace la nieve. La plaza del Congreso era una verdadera plaza europea, con su césped y macetas completamente nevados”, señalaba el cronista en las páginas del diario.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/inviernos-eran-los-de-antes
El abrazo de San Martín y O’Higgins
O’Higgins murió en 1842. San Martín, en 1850. Sin embargo, Pedro Subercaseaux Errázuriz, nacido en 1880, sentía que los había conocido personalmente. Fue lo que aseguró en 1908 cuando pintaba este cuadro denominado El abrazo de Maipú. El mismo recrea la tarde del 5 de abril de 1818, en el instante en que O’Higgins, con un cabrestillo en su brazo derecho por la herida sufrida en Cancha Rayada, acudió al campo de batalla para saludar a San Martín, una vez que la victoria estaba definida.
¿Qué ocurrió aquella tarde? El libertador chileno abrazó al argentino mientras le decía: “¡Glorias al salvador de Chile!”. San Martín le respondió: “General: Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presentó herido en el campo de batalla”. Esa fue la escena que coronó la jornada de la liberación definitiva de la nación trasandina.
Por gestión del embajador chileno en la Argentina, El abrazo de Maipú fue expuesto en la sede del Jockey Club porteño, en noviembre de 1908. de inmediato lo adquirió el gobierno argentino, junto con La batalla de Chacabuco y La batalla de Maipú (un óleo que había realizado en 1904). Para completar la venta, Subercasseaux viajó a Buenos Aires y, durante su estadía,Adolfo P. Carranza, el director del Museo Nacional (el mismo que gestionó en 1897 el regreso del sable corvo de San Martín) lo contrató para que realizara otras pinturas, aprovechando la generosa ola evocativa del Centenario.
Con fondos disponibles para celebrar la fecha emblemática de la historia argentina, le encargó tres cuadros: el Cabildo Abierto del 22 de Mayo, la Reunión en casa de Mariquita Sánchez de Thompson cuando se cantó por primera vez el Himno Nacional y también un retrato deMariano Moreno. Se sabe que por el del Cabildo Abierto se pagaron quince mil pesos, un monto similar por el de la casa de Mariquita y tres mil pesos por el de Moreno.
Todos esos cuadros, incluidos La batalla de Maipú, La batalla de Chacabuco y El abrazo de Maipú, forman parte del patrimonio del Museo Histórica Nacional, ubicado en Parque Lezama.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/artes/el-abrazo-de-san-martin-y-ohiggins/
jueves, 2 de julio de 2015
miércoles, 1 de julio de 2015
Spiridon Belokas. el primer tramposo de la historia del running
El maratón es, para muchos, la prueba más difícil de completar. Además, es de la de mayor prestigio. Por eso, no es de extrañar que más de uno haya hecho sus particulares trampas a la hora de competir, buscando la gloria.
Y no siempre en forma de dopaje, como ahora es habitual; el maratón, como tal, se corre desde hace más de 100 años, y por ello las trampas que se usaban en los comienzos eran mucho más arcaicas. Pero sólo uno, Spiridon Belokas, tiene el dudoso honor de ser el primer tramposo de la historia del atlestismo.
Fue en los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, los primeros de la era moderna. Sólo él y 17 más se atrevieron a competir en la durísima prueba de maratón, ya entonces la de mayor prestigio en el atletismo.
Entonces, el simple hecho de terminar un maratón ya era toda una odisea. Los deportistas no estaban tan preparados como ahora, lo que dio lugar a muchas alternativas e incidencias. Quienes dominaron la prueba desde el comienzo terminaron desfalleciendo a mitad de carrera, incapaces de regular sus fuerzas. Entonces, los locales, los griegos, se situaron en cabeza, más conscientes de en qué consistía la prueba.
Spiridon Louis dominaría ya hasta el final. Él fue quien entró primero en el Estadio Panathinaiko, siendo aclamado por la multitud allí congregada, convirtiéndose, de paso, en el primer héroe olímpico. La segunda plaza fue para Charilaos Vasilakos, y la tercera para Spiridon Belokas, completando un podio griego. Un hito histórico.
Sin embargo, nada más terminar la prueba el cuarto clasificado entonces, el húngaro Gyula Kellner, denunció que había hecho trampas. Normal, teniendo en cuenta que sólo unos kilómetros antes había visto cómo un carro que le adelantaba por el camino transportaba a Spiridon Belokas, quien se bajaría del mismo pocos metros antes de llegar al estadio.
Varios testigos afirmaron haber visto la escena, y descalificaron al atleta heleno. El propio Rey Jorge I de Grecia, indignado, regaló a Kellner su reloj de oro como desagravio. De este modo, Spiridon Belokas terminaría perdiendo su medalla, pero ganándose la distinción de ser el primer tramposo en la historia del atletismo.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/589783-belokas-el-primer-tramposo-de-la-historia-del-running/
Fiesta del Árbol en el pabellón Mendoza, 4 de julio de 1912.
Documento Fílmico Tambor 309 4 16mm.
Colección Max Glucksmann.
Archivo General de la Nación
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