Cuando Perón asumió la presidencia en 1946, destinó al doctor Oscar Ivanissevich como representante argentino en Estados Unidos. Aclaremos que eran tiempos de gran ebullición en las relaciones internacionales en todo el planeta: el fin de la Guerra Mundial obligaba a una reorganización de las piezas. Washington y Moscú eran los ejes del conflicto. Los dos querían acumular aliados. La política exterior de esos meses fue muy activa y vertiginosa.
El 29 de octubre, el flamante embajador fue recibido por el presidente Harry S. Truman. El argentino –prestigioso cirujano, elegante en toda ocasión–, llevó presentes para el mandatario estadounidense: un ejemplar de“Capitán de los Andes”, de Margaret Harrison; un folleto titulado: “Teoría y doctrinas del general Perón” y la reproducción de un retrato al óleo del general San Martín. Nos referimos a uno de los cuadros más conocidos del prócer. Se trata del San Martín abanderado, obra anónima que se realizó en Bruselas, en 1829. Se cree que pudo haber sido pintada por la maestra de dibujo de Merceditas San Martín. El Libertador lo contaba entre sus preferidos.Hoy, el cuadro original se conserva en el Museo Histórico
Nacional, en Parque Lezama.
Ivanissevich se ocupó de aclarar antes los periodistas que semanas antes le había prometido a Truman el óleo del Libertador y que esta era una demostración de confiabilidad: “Cumplimos nuestras promesas”, subrayó. La noticia se reprodujo en los diarios locales.
¿Adónde fue a parar el cuadro regalado? Un par de semanas después, el presidente de los Estados Unidos lo ubicó en su despacho, en el célebre Salón Oval de la Casa Blanca, según vemos en las imágenes, a la izquierda de la chimenea, encima de la figura ecuestre de Andrew Jackson, séptimo presidente del país del norte y figura destacada en los billetes de veinte dólares. El prócer argentino reemplazó un retrato del presidente Franco Delano Roosevelt.Encima de la chimenea se colocó un cuadro de George Washington y del lado derecho se ubicó a Simón Bolívar.
Los obsequios sanmartinianos continuaron. En 1948, Truman recibió una réplica del Monumento a San Martín que también pasó al Salón Oval, pero del otro lado, junto al televisor del mandatario.
No hemos logrado establecer cuándo se retiró el cuadro del despacho del presidente. Truman lo tuvo durante su mandato y se sabe que Eisenhower lo mantuvo al menos un tiempo. El último registro oficial que hemos encontrado del cuadro en el Salón Oval corresponde a septiembre de 1957.
La Biblioteca y Museo Truman, que se encuentra en Missouri, contiene una réplica del despacho presidencial. Allí se encuentran el cuadro y el bronce del Libertador.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/artes/san-martin-en-la-casa-blanca/
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