Los alrededores de todo local frecuentado por ciclistas eran teatros de variadas escenas en que las bicicletas eran las principales protagonistas; y los empleados municipales y policías encargados de la verificación de las patentes
Los inspectores revisando las patentes
huyendo de los controles
Emboscados los funcionarios esperaban la aparición de un pedalista en el horizonte e inmediatamente de apercibirlo trataban de cortarle la retirada. Recurrían a estratagemas que a veces no les resultaban, viéndose filas de prófugos que se escapaban a la persecución ya distanciando las cabalgaduras de sus perseguidores, ya haciéndose los que no ven ni oyen las señales de detenerse.
realizando los controles
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