Hace 100 años, cuando todavía la Patagonia era inhóspita y agreste, nacía un ícono premonitorio de lo que décadas después sería el principal motor de todo un pueblo: el turismo.
En 1917 el pionero italiano Primo Capraro, junto a su mujer Doña Rosa Maier, construyeron a orillas del río Correntoso y el lago Nahuel Huapi una pequeña hostería de madera conocida como "La pensión de Doña Rosa", que junto a un pequeño almacén de ramos generales constituían el punto de paso obligado de los viajeros y pobladores que cruzaban a Chile. En aquel entonces el transporte desde y hacia Bariloche era sólo por agua, dado que el camino permanecía cerrado durante varios meses.
La Pensión de Doña Rosa contaba con tres habitaciones y un baño, cerca del aserradero y el almacén de ramos generales que tenía su esposo, Primo Capraro. Historia que Yayo de Mendieta recopila con todos los detalles en su libro "Apuntes del Correntoso".
Quienes debían recorrer el complicado camino a Chile hace cien años, conocían este lugar, ideal para descansar. El negocio iba cada vez mejor y Capraro decidió que era tiempo de crecer: en 1922 nació el hotel Correntoso allí donde lo vemos hoy, construido con ciprés, cinco habitaciones, dos baños y un comedor para 30 personas. Ya en 1924 llegó el primer grupo de turistas específicamente al paraje Correntoso... que no era fácil ya que quienes viajaban desde Buenos Aires tenían que realizar siete trasbordos entre ferrocarril, barco y auto. Para 1927, el hotel contaba con un piano de cola y dos años más tarde, Capraro ya estaba encargando nuevas mejoras que le permitieron manejar un hotel de 20 habitaciones. Incluso, ofrecía excursiones por el lago, caminatas y cabalgatas. La gastronomía no era un tema menor: después de tanto viaje, los huéspedes se quedaban de 20 a 30 días. La comida debía ser variada y tentadora.
Pero en 1932, angustiado por la situación económica mundial y una gran deuda, Primo Capraro se suicidó. Su hijo Francisco y su esposa Emma Aguad tomaron las riendas del hotel. En 1936 se reemplazó la vieja construcción de madera por una de material. A partir de allí y hasta la década del 70 el hotel tuvo su mayor esplendor y crecimiento. Presidentes y grandes personalidades se contaron entre sus huéspedes.
El hotel siguió creciendo y convocando. La pesca de truchas era un gran atractivo. Las fotos en blanco y negro cuentan historias. Está Arturo Illia junto a Emma y su hija Silvia Capraro. Sandro grabó aquí la película "Siempre te amaré". Y en el libro de visitas quedó asentado el paso de Isabel Sarli y Armando Bo.
La fama de las impresionantes truchas que podían pescarse en el río Correntoso -el más corto del mundo- atrajo a turistas de todos lados. En sus aguas grandes pescadores marcaron récord con captura de ejemplares de hasta 10 kilos.
Hoy el lugar sigue siendo la "meca" de pescadores de todo el mundo y año atrás año se realiza allí la tradicional apertura de la temporada deportiva.
A fines de los 70 el hotel se vendió y pasaron varios propietarios, hasta el cierre definitivo a principios de los 90. Su "refundación" fue en el 2003 de la mano de Alejandro Laurence, actual propietario. Laurence adquirió la propiedad, la remodeló y refaccionó casi por completo, pero respetando el estilo y la estética original. Hoy el hotel ocupa un lugar importante en el abanico de la hotelería de alta gama de la Patagonia Norte.
Superaron la erupción del volcán Puyehue de 2011 y siguieron creciendo. Hoy el hotel tiene 49 habitaciones con vista panorámica, restaurante gourmet, wine bar y otro espacio gastronómico, Puerto Correntoso, más informal, con especialidades al horno de barro y ubicado junto al muelle que originalmente sirvió de desembarco para el almacén de ramos generales de principios de siglo.
Tiene un spa y Spirit & Adventures, la oficina desde donde se organizan las actividades al aire libre. Abrieron recientemente Margen Sur by Correntoso, tres casas sobre la playa del lago y la desembocadura del río, ideales para familias o grupos de amigos.
Fuente: https://www.mdzol.com/nota/801574-historia-de-hoteles-hotel-correntoso/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario