La locomotora 8488 con una fuerte pitada estremecía a la concurrencia que despedía el convoy, sin entender por qué debía terminar ese esencial servicio público.
Lo que siguió fue el cierre de ramales, cientos de estaciones y pueblos que se transformaban en fantasmas y miles de obreros quedaban virtualmente en la calle.
Este triste hecho fue parte de las políticas del gobierno de Carlos Saúl Menen.
2 comentarios:
Triste realidad llevada adelante por quien en su campaña política usaba la muletilla de " Síganme , que no los voy a defraudar " , la misma persona que aún sigue gozando de privilegios y prebendas proteccionistas de sus pares , de tan dudosa y parecida moral a la de el .
Cuánta mostalgia nos produce a los Palmirenses esta imágen!!!
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