domingo, 5 de septiembre de 2021

'Un Rey Sueco con perfume francés'

 


(Pequeñas Piezas de la Historia, por Gabriel Horacio Blasco Duantono)

Panqueque, chaquetero, camaleón o veleta son adjetivos o modismos que le van de perillas al Rey de Suecia Carlos XIV. Resulta que el buen Carlos XIV de Suecia no se llamaba Absjörn, Jörgen, Göran, Halsten, Ingmar o Magnus, se llamaba Jean Baptiste Bernadotte, mas francés que la Rue de la Rivoli. Bernadotte abrazó la carrera militar cuando Europa era una ensalada. Nadie se animaba a elaborar un mapa porque las fronteras cambiaban de la noche a la mañana. Uno de los grandes responsables de ese revoltoso presente europeo era un tal Napoleón Bonaparte. Dentro del caótico ejército francés que abría mas frentes de los que podía abastecer, Bernadotte era su general de división mas confiable y efectivo. Cuando sus tropas vencen a Dinamarca tomó gran cantidad de prisioneros de origen sueco. Como era su costumbre los trató con caballerosidad, sin saberlo, esta actitud marcaría su futuro. En Suecia estaban nerviosos por Napoleón pero estaban seguros que Rusia se las tenía jurada. Cuando una nación esta al borde de un ataque de pánico no suele tomar medidas racionales. Para colmo tenían al Rey Carlos XIII para el cachetazo y no había dejado descendencia. Para olvidarse de una de sus preocupaciones decidieron realizar una de las lamidas de medias mas grandes de la historia y le pidieron a Napoleón que les mande un nuevo Rey. El Emperador francés tardó en darse cuenta que no era una broma, pero cuando vio que iba en serio decidió mandar a su mejor hombre, el buen Jean Baptiste Bernadotte. Los suecos estaban chochos, un Rey militar y honorable. Napoleón temía que su general se ofendiese por pedirle que se olvide de sus principios. Pero se los olvidó enseguida, Bernadotte era antimonárquico y católico, pero lo de Rey protestante le pareció un muy sabroso chupetín. Eso sí, tuvo que disimular un viejo tatuaje que decía "mort aux rois" (muerte a los reyes). Bernadotte llegó a su flamante castillo con su esposa Désirée Clary y su hijo Joseph François Oscar, una familia no muy sueca que digamos. A decir verdad, una vez que se acallaron los chascarrillos por la extraña situación, el ahora Carlos XIV hizo un muy buen reinado. Contrariamente a lo que se sospechaba y Napoleón había planeado, Bernadotte no puso en riesgo la vida de ningún sueco para satisfacer los caprichos franceses. Napoleón se cabreó pero para esa época tenía problemas mas urgentes que ir hasta Suecia a dar un par de chirlos. Un aplauso para Bernadotte que desobedeció a Napoleón y reinó 26 años sin hablar una palabra de sueco.

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