Efemérides. El 25 de Enero de 1997, en un paraje desolado de General Madariaga, con complicidad política y policial era cobardemente asesinado el reportero gráfico José Luis Cabezas.

Luego de casi 6 años de gobierno, el presidente Carlos Saúl Menem enfrentaba denuncias de corrupción en complicidad con oscuros empresarios. El 25 de Agosto de 1995, el entonces ministro de economía Domingo Cavallo, en una interpelación en el congreso denunció abiertamente que el empresario Alfredo Yabrán era el jefe de una red mafiosa enquistada en el poder. Rápidamente los medios salieron en busca de Yabrán que resultó ser un fantasma, no había fotos de él en ninguna redacción, en una nota radial se jactó que ni la SIDE tenía una foto suya. Los medios se lanzaron en una cacería en busca de una foto del empresario que dijo "Sacarme una foto es pegarme un tiro en la frente". Luego de meses de investigaciones el fotógrafo José Luis Cabezas accedió a datos que situaban a Yabrán veraneando en Pinamar, con una pobre descripción se lanzó en su búsqueda. Luego de ubicarlo y varios intentos fallidos se le presentó una única oportunidad, Yabrán caminaba por la playa, José Luis pretendiendo sacarle una foto a su esposa e hija, apuntó el objetivo y logró una clara foto frontal del empresario. La revista Noticias pagó un buen dinero por la foto, que salió en tapa develando el misterio mejor guardado del empresario, su cara. Cabezas comenzó a recibir amenazas telefónicas diariamente durante un año, a fines de 1996 regresó a Pinamar en busca de mas imágenes. Lo que José Luis no sabía era que una oscura trama política y policial lo esperaba para cobrarse venganza. El 25 de Enero de 1997 fue secuestrado en su auto, llevado a un poco transitado camino rural, y estando esposado con sus manos en la espalda fue asesinado con dos tiros en la cabeza, su cuerpo fue quemado parcialmente dentro de su auto. La prensa lo tomó como un hecho corporativo y cerró filas detrás del esclarecimiento, en un principio la investigación judicial pareció estancarse, pero la presión mediática ayudó a encontrar resultados. Cuando la investigación apuntaba al entorno de Yabrán y su indagatoria era inminente, el empresario se suicidó con un escopetazo en la boca. Su custodio Gregorio Ríos, los policías Gustavo Prellezo, Alberto Gómez, Sergio Camaratta y Aníbal Luna, junto con Miguel Retana, José Luis Auge, Sergio Gustavo González y Horacio Anselmo Braga, fueron llevados a juicio en el año 2000. La mayoría recibió la pena de prisión perpetua, pero por conmutaciones, cambios de carátula o cuestiones humanitarias, 10 años después ninguno estaba detenido, o quedaron libres o en prisión domiciliaria.