En 1957, en plena guerra fría, el agente soviético Reino Hayhanen decide desertar de la KGB y entregarse al FBI. Una de las condiciones para no ser detenido y juzgado era dar toda la información que tuviera sobre otros agentes. Hayhanen puso en riesgo la vida de decenas de agentes de la URSS infiltrados en territorio de los EEUU. Uno de los nombres era el de Vílyam Guénrijovich Fisher, quién operaba en new York con el nombre de Rudolf Abel. El 21 de junio de 1957 el FBI allanó en departamento de Rudolf mientras era arrestado en su atelier, se hacía pasar por pintor. Fue abandonado y desconocido por la KGB, no de malos, era la práctica habitual negar su relación para proteger su vida y sus secretos. Sin dinero para contratar un abogado le fue designado uno de oficio, sin saberlo, el sorteo en el juzgado le salvó la vida. Su causa cayó en manos de James Britt Donovan, un abogado metódico y reglamentarista. Los medios incitaban a la opinión pública a exigir la pena de muerte para Abel, a días del fallecimiento del senador Joseph McCarthy, ser tildado de comunista era una sentencia en los EEUU. Donovan vio como las acusaciones contra su cliente se replicaban él, sin embargo encaró la defensa de su cliente con profesionalismo y determinación. Apoyándose en las leyes demostró que Abel había cumplido con su deber defendiendo los intereses de su nación, que no era un delincuente y no se podía relacionar su actividad con la muerte directa o concreta de ningún estadounidense. Abel fue condenado a 30 años de prisión, de milagro esquivó la silla eléctrica, en realidad no de milagro, fue por la pericia de Donovan. En 1960 el piloto espía estadounidense Gary Powers es derribado por la URSS mientras sobrevolaba su espacio aéreo. Juzgado de manera express le esperaban 10 largos años en una fría cárcel soviética. La esposa de Abel le hace llegar a Donovan una carta desde la Deutsche Demokratische Republik. En ella le expresa la voluntad de las autoridades soviéticas de hacer un trato para intercambiar prisioneros. Donovan acerca la carta a la CIA, que acepta hacer el intento pero con un manto de duda sobre las intenciones de la carta. La CIA no quería verse involucrada en un incidente internacional y dejó todo en manos de Donovan que arriesgando su vida se trasladó a Alemania Oriental. La Stasi no estaba informada de las actividades del abogado estadounidense por lo que debía ir con pie de plomo, finalmente las intenciones eran ciertas y el intercambio se programó para Enero de 1962. La detención de Frederic Pryor, un estudiante estadounidense en la DDR complicó las cosas, acusado de espionaje, algo falso, Donovan lo quiso incluir en la negociación. La negativa soviética retrasó el intercambio hasta febrero cuando finalmente la KGB aceptó los términos de la CIA. El 10 de febrero se hizo el intercambio sobre el puente Glienicke, hecho imposible de realizar sin el aval de Kennedy y Kruschev. Si bien no se pudo determinar si Powers había develado secretos sobre el U2 que piloteaba se le criticó que no hubiera activado la autodestrucción del avión y que no se haya suicidado con la inyección de cianuro que llevaba consigo. En cambio Vílyam Guénrijovich Fisher fue recibido como un héroe en la URSS, el no haber develado ningún nombre ni actividad de otros agentes fue prueba suficiente de su patriotismo, hecho ponderado también por Donovan.
