En esos años eran distribuidos en el país por A.G.Pruden & CIA.S.A
Leyland tiene
una historia larga y distinguida que se inicia en 1896, cuando James Sumner y
la familia de Spurrier funda la “Lancashire Steam Motor Company” en la ciudad
de Leyland, al Noroeste de Inglaterra. El producto original de esta Compañía
“una furgoneta a vapor de 1.5 toneladas de capacidad”, fue el comienzo de lo
que sería la excelencia de la ingeniería y de la producción de los vehículos
actuales de Leyland.
Al crecimiento gradual durante los primeros 20 años de
existencia de la Compañía le siguieron aumentos importantes de producción y
capacidad durante y después de la Primera Guerra Mundial.
En 1917 dieron carta blanca a su principal ingeniero Jon
Godfrey Parry Thomas, para que creara el "coche perfecto" que pudiera
competir con Rolls-Royce. Tres años más tarde, en 1920, se presentaba un
automóvil de 8 cilindros y 6976cc, que fue mostrado en la demostración del
motor de Olympia, y que se ofrecía al precio de 2500 libras. Tenía 4,8 metros
de longitud y pesaba 1422 kilos. La prensa lo bautizó como "el león de
Olympia".
Se
construyeron aproximádamente 18 coches entre 1920 y 1922 y otro coche fue
construido con repuestos en 1927.
En
1922, Thomas, con un modelo de dos plazas, cruzó Brooklands a una velocidad
media de 104 mph.
J. Godfrey Parry Thomas dimitió de su cargo como principal
ingeniero de motores de Leyland para desarrollar actividades empresariales
própias. La despedida de Thomas fue amistosa y le proveyeron de varios chasis y
una buena cantidad de repuestos.
Instalado en un garage/bungalow dentro los
límites territoriales de Brooklands, Thomas empezó a desarrollar un coche de
carreras y en 1923 alcanzó 8 primeros puestos, 4 segundos y 1 tercero en
competiciónes.
En 1924 el coche se había convertido en nº 1
y estaba equipado con una divertida y aerodinámica carrocería Leyland-Thomas.
Durante ese mismo año, Thomas utilizó ese coche para batir el record de
velocidad de Brooklands muchas veces, fijándolo finalmente en 128mph para
mejorarlo solamente otra vez en 1925 a 129mph.
En 1927, mientras intentaba batir el record
del Mundo de velocidad en tierra en manos por aquel entonces de Malcolm
Campbell, Thomas tuvo un accidente mortal al volcar su vólido.
Por el momento, y hasta que no hubiera pasado
la depresión económica de los años 30, Leyland decidió que era más provechoso
mantener la línea de camiones que la de coches deportivos.
Durante el transcurso de la Segunda Guerra
Mundial e inmediatamente después, la Compañía, llamada entonces “Leyland Motor
Ltd,” siguió abasteciendo a clientes civiles y militares, con los tanques
“Centurión” y con una gama cada vez más extensa de vehículos.
Durante los siguientes 20 años la Compañía
continuó expandiéndose y ampliando su producción, dominando en gran medida el
mercado de autobuses en todo el Mundo, que la llevó a ser el quinto más grande
productor de vehículos del Mundo.
La historia de este alto volumen de
producción empezó en 1951 en que asumió el control de la fábrica de motores de
Albion en Scotstoun, Glasgow.
Cuatro años más tarde, en 1955, la fábrica de
camiones “Scammell” pasó a formar parte del Grupo Leyland, seguida en 1961 por
la Standart-Triumph, y en 1967 por Rover (Rover, Land Rover y Alvis).
Durante los años 50 y especialmente en los
años 60, el abaratamiento de las importaciones extranjeras provocó que muchas
compañías de automóviles pequeñas fueran condenadas a la quiebra. Para
minimizar este impacto económico, se constituyó en 1966 la “Leyland Motor
Corporation” para la adquisición y absorción de esas compañías.
Durante 1967 y bajo la dirección y auspicio
del Gobierno Británico, se fraguó la fusión de la “Leyland Motor Corporation” y
la “British Motor Corporation” que también poseía otras marcas y fabricantes, para
constituir una sola Compañía que dominó con eficacia la industria
automovilística británica. Ese nuevo grupo se denominaría en 1968 “British
Leyland Motor Corporation”, pero esto es ya otra historia.