La primera visita duró sólo 31 horas, entre los días 11 y 12 de junio de 1982, y coincidió con las postrimerías del conflicto bélico con Gran Bretaña por las Malvinas.
El viaje a la Argentina, en realidad, fue determinado y urgido por la lucha armada en el Atlántico Sur, y preparado, casi improvisado, bajo el dramático apremio del enfrentamiento cruento.Juan Pablo II tenía 62 años y sólo se ausentó de la Capital Federal para celebrar la Eucaristía en el santuario de Luján; esa ceremonia y la misa del día siguiente en Palermo convocaron a multitudes nunca vistas hasta entonces en el país.Su segundo viaje atendió plenamente a las consignas pastorales que informaron sus numerosos peregrinajes por el mundo –la permanencia en el país se extendió del 6 al 12 de abril de 1987– e incluyó visitas a Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná y Rosario.
Esta vez, el "peregrino de los momentos difíciles", como se llamaba a sí mismo, halló un país que había cambiado de humor, recuperado su democracia y caminaba hacia su consolidación.
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