El Gauchito Lencinas un populista, aún hoy resuenan los "viva Lencinas" en la Mendoza profunda, pagó el precio de los precursores. En tiempos difíciles con heroica varolinidad se opuso al régimen oligárquico de Mendoza, costandolé al principio disgustos a él y a su familia, por ser radicales pata al suelo, solidarios a lo gaucho. Después cárcel y por último el infame asesinato. Se culpó de esto a Irigoyen porque el supuesto asesino era un seguidor del personalismo... hecho confuso.
Secreto a voces de la connivencia de la policía con la oligarquía local que tapó toda evidencia que los involucrara (la oligarquía, sumada con algunas internas del radicalismo) que veían que Lencinas no sólo era una referencia provincial, sino también una figura con proyección nacional.
Otro hubiera sido el destino de nuestra provincia, que a partir de ese dolor nunca más erigió ídolos ni deportivos, ni políticos...síndrome de Procusto.
Todo ídolo que surge aquí se lo mata (no literalmente) pero jamás logrará un reconocimiento digno de sus hazañas...
Cosas mendocinas... Mendo-cinismos.
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