Existe una vieja leyenda urbana, en el Cementerio de la Recoleta, la que dice que una joven muchacha, llamada Rufina Cambaceres, víctima de un ataque de catalepsia, fue sepultada viva. Un par de días después, viendo desplazado el ataúd, lo abrieron para comprobar que estaba arañado desde el interior, confirmando que la joven había tenido un final espantoso. La historia tiene un montón de variantes, que no voy a comentar. Sólo diré que hace varios años, tuve oportunidad de hablar con un integrante de la familia Cambaceres, y me dijo que la historia del enterramiento prematuro de Rufina era una mentira. Lo que sí había sucedido, es que la muchacha falleció realmente, pero a los pocos días, su ataud fue víctima de ladrones de tumbas y por eso estaba desacomodado. Eran tiempos en los que los muertos eran enterrados con sus joyas. La primera foto es del frente del Mausoleo de Rufina Cambaceres, en donde se ve a la muchacha tratando de abrir la puerta. Esto también abonó la idea errónea de la catalepsia. La segunda foto es del cofre de mármol blanco, estilo Art Nouveau que contiene el ataúd de la joven. Y la tercer foto es de la madre de Rufina. Las dos primeras son de mi autoria.
Fuente: Eduardo Javier Mundani Osuna (Narrador Visual)
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