miércoles, 27 de julio de 2022

El 27 de Julio de 1994, en Johannesburgo, Sudáfrica, se quitaba la vida el atormentado joven fotógrafo Kevin Carter, quien saltara a la fama por tomar la foto de un niño asediado por un gigantesco buitre.


Kevin creció sin privaciones en una convulsionada Sudáfrica lo que le llevó a tener ideas progresistas y un afán por conocer el mundo. Con escasos conocimientos en la materia a los 23 años se lanzó a fotografiar la marginalidad de las poblaciones periféricas de Johannesburgo, fotografías que vendía al "The Johannesburg Star", una serie de brillantes fotos de los asentamientos de Soweto le abrieron las puertas de los diarios del mundo para los que reflejaba los conflictos en todo el planeta. Diez años después, en 1993, en las afueras de Sudán, tomó una fotografía que cambiaría su vida, la de un niño desnutrido en cuclillas mientras a sus espaldas un buitre esperaba su muerte, la fotografía fue publicada en "The New York Times", el impacto no fue el esperado, la indignación mundial con Carter se transformo en desprecio, la foto fue tomada como una alegoría, "El niño es el hambre, el buitre el capitalismo y la indiferencia de Carter, es la indiferencia de la sociedad", pese a recibir el Pulitzer, Carter quedó devastado. De inmediato explicó lo que realmente pasó, la foto fue tomada en un campo de refugiados de la ONU en Sudán, el niño llamado Kong Nyong, que tiene en su muñeca derecha tiene el brazalete identificatorio, esperaba turno para comer en un salón de UNICEF cuando se alejó para defecar, por ello la posición, y el buitre no era el único, estaba lleno ya que esperan en los alrededores del comedor por el maíz que caía de las bolsas. Asimismo Carter aseveraba que el niño no murió, pero nadie le creyó, cuando estaba sumido en una tremenda depresión, sin dinero ni trabajo, su intimo amigo y quien mas lo defendió luego de la acusación, el fotógrafo Ken Oosterbroek, fue asesinado mientras cubría un enfrentamiento en Tokosa. Doblegado en su espíritu, el 27 de Julio de 1994 se dirigió al río de Braamfontein Spruit, donde jugaba de niño y se suicidó sumergiéndose en el río aspirando monóxido de carbono mediante una manguera pegada con cinta al tubo de escape de su camioneta. En 2011 un grupo de investigadores viajó a Sudán a dar con la verdad, encontraron al padre de Kong Nyong, quien ahora colaboraba con la ONU y les confirmó que la historia de Carter era cierta, el niño no había muerto de hambre en aquella ocasión, sino de fiebre a los 19 años de edad, ya era tarde para ambos.

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