En las primeras horas del 28 de Septiembre de 1994, en aguas finesas del mar Báltico se hundía el Ferry-Crucero MS Estonia causando la muerte a más de 800 personas.

El Ferry fue fabricado por los astilleros Meyer Werft de Alemania para la finlandesa Viking Line, poseía capacidad para 2000 pasajeros, 1200 de los cuales tenían acceso a camarotes y una bodega para 460 vehículos medianos. Sus casi 16 mil toneladas, 155 mts de eslora y 24 mts de manga eran impulsados 4 motores diesel MAN (Maschinenfabrik Augsburg Nürnberg) realizando su primer viaje el 26 de Abril de 1980. Luego de estar 7 años en servicio con el nombre "Viking Sally", dificultades financieras hicieron que fuera vendido a la Silja Line cambiando su nombre a "Silja Star", en solo un año fue nuevamente vendido, esta vez a la EffJohn Lines que lo rebautizó "Wasa King". En 1993 con una sospechada operación financiera el barco fue comprado por la Nordström & Thulin asociada con la Estline Marine Co Ltd, ambas lo registraron como propio y bautizaron como "Estonia" que ilegalmente tenía dos banderas, la de Suecia y de Chipre. En 1994, aún sin resolver su ilegal situación cubría la ruta entre Tallín y Estocolmo. La noche del 27 de Septiembre de 1994 partió de Tullin con destino a Estocolmo con 989 pasajeros a bordo, en las primeras horas del 28 de Septiembre mientras navegaba por las aguas del mar Báltico enfrentó una tormenta con olas de más de 5 mts de altura y vientos de 70 km/h. Pese a ser un moderno barco no poseía circuito de cámaras para ver la situación en las bodegas y cubiertas, por ello es que no fue detectada una falla en la cerradura de la visera de proa, que se rompió ante la presión del oleaje, esto también hizo colapsar la rampa de vehículos comenzando a entrar gran cantidad de agua. Las olas que entraron en la bodega hicieron que los autos se agolparon contra un costado del barco, esto hizo que se escorara hasta 30°, una inclinación potencialmente catastrófica. Pese a las alarmas, debido a la inclinación, la mayoría de las personas que se encontraban dentro de la embarcación no pudieron trasladarse hasta una zona donde acceder a las balsas salvavidas, los pocos que pudieron saltar al mar en balsas eran los ocasionales pasajeros que se encontraban en la cubierta. Para cuando llegó en su ayuda el MS Mariella, el Estonia se había ido al fondo del mar con 852 personas a bordo transformándola en la 25° tragedia marítima de la historia. El informe oficial de la tragedia determinó que si el capitán hubiera visto el colapso de la rampa de proa podría haber hecho que el barco avanzara en reversa hasta llegar a un puerto seguro.