jueves, 19 de enero de 2023

Industria del gusano de seda. Tejedora devanando un capullo. Año 1906. Buenos Aires, República Argentina.


A pesar de que lleva 250 años en nuestro país, después de que el jesuita Ramón María de Termeyer la iniciara como industria, la producción de seda natural de origen animal tuvo vaivenes. Dos impulsores: Tomás Godoy Cruz, gobernador de Mendoza y Domingo Faustino Sarmiento en San Juan, trajeron huevos desde Chile en 1821, pero tres décadas después el gobierno le restó apoyo. En el siglo siguiente, por la necesidad de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, compraba seda en América para fabricar paracaídas. Por eso, se crea en 1942 un Registro Nacional de Fiscalización de huevos y la Dirección de Enseñanza Agrícola. La Universidad de Tucumán funda el primer laboratorio de Sericicultura. Pero las fibras sintéticas (nylon y rayón) más baratas en su producción, obligó al cierre -por falta de seda- del Centro de la Seda, en Jesús María y Colonia Caroya (Córdoba). El gobierno de Juan Domingo Perón los repartía en las escuelas y algunos de esos chicos que daban los huevos a sus padres los siguen criando hoy.

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...