lunes, 28 de abril de 2025

Fernando Fader en Loza Corral, norte de la provincia de Córdoba, Argentina (1916/35)


Con el correr de los años se fue acelerando el deterioro de su salud. La correspondencia con Müller habla de largas temporadas en cama, de fiebres y recaídas, lo cual, sumado al mal tiempo, determinó años de muy poca producción. Durante 1924 pintó apenas cuatro obras; en 1925 fueron seis. Una leve mejoría le permitió reunir nueve telas para las muestras de 1926 y 1927. En su visita de 1924 Pagano lo encontró muy desmejorado: "Fader está como encogido en un sillón de mimbre. (...); habla lentamente, en voz baja, (...); está curtido por la intemperie: el sol canicular, las nevadas y los constan tes vientos dejaron sus huellas en el rostro y en las manos. La piel, (); adquirió el tono bronceado y seco que le imprimieron los rigores de la montaña. Las manos, esas tan hábiles y sabias en traducirles movimientos de su espíritu, apenas si guardan la natural distinción. Se advierte que ahora manejan por igual el pincel la espátula, y los aparejos de labranza Aunque parecía un hombre mayor, tan solo tenía 43 años. En 1928 decía: "no me siento muy fuerte como para emprender demasiado ya no se atrevía con obras grandes; prefería los formatos pequeños. Tampoco resistía los rigores del invierno; de aquí en más únicamente pintaría en verano

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