Desde hace muchos años, la tradición oral dice que el Puente de Picheuta fue el escenario principal de la gesta libertadora. Según se decía, por allí habían pasado San Martín, Las Heras y todas las tropas rumbo a Chile, que estaba en manos de los realistas.
Lo cierto es que San Martín y una parte del Ejército de los Andes, fueron por otra ruta, por el camino del norte hacia el Paso de las Yaretas por el río de los Patos; y Las Heras, con otra división fue por la ruta de la Cumbre o también llamada de Uspallata. El puente que actualmente es monumento histórico desde 1952, no existía por los tiempos del libertador.
Se hace camino al andar
Durante los tiempos prehispánicos, el sitio de Picheuta fue lugar de tránsito de los incas, que con habilidad e inteligencia habían proyectado y construido una vía de comunicación que se conectaba con todo su imperio. Luego, con la llegada de los conquistadores españoles, el "Camino del Inca o Inga" -como se lo denominó- fue aprovechado como conexión entre Mendoza y Santiago, Chile.
Varias fueron las personalidades que en el siglo XVII recorrieron la "ruta". Algunos describieron el páramo de Picheuta sin referirse al puente; uno de ellos fue el abate Molina. Era en realidad todo un riesgo atravesar la cordillera. Varios de los viajeros se confesaban antes de partir, frente a la posibilidad de morir en el trayecto.
A principios de 1700, el camino cobró gran importancia económica por recibir el tránsito de gran cantidad de "muleteros", como se llamaba al transporte comercial. Por la fluidez de esta caravanas de mulas que viajaban desde Santiago de Chile hasta Mendoza y desde aquí hacia Buenos Aires, las autoridades de aquella época realizaron mejoras y ensanches en el camino.
Uno de los tantos problemas de esta vía de comunicación eran los derrumbes que ocasionalmente bloqueaban el paso. Durante su gobierno en Chile, Ambrosio Higgins decidió construir casas de postas en varios lugares del "Camino de la Cumbre", luego de la amarga experiencia de un temporal de nieve durante un viaje a Buenos Aires. A esas obras se las conoció como "Casuchas del Rey" y servían para salvaguardar a los viajeros y correos de las inclemencias del tiempo. Así no se interrumpían las comunicaciones en invierno.
En 1790 se realizó una de las más importantes "recomposturas" del camino, por el mandatario de la Capitanía chilena, Jáuregui.
Claro que los sucesos de mayo de 1810 modificaron la forma de gobierno y sus jurisdicciones, originándose una lucha armada entre realistas y patriotas.
Picheuta lugar de guardia
En octubre de 1814, el gobernador intendente de Cuyo, José de San Martín, preocupado por una invasión realista hacia Mendoza, ordenó la construcción, en la margen norte del río Picheuta, de una pequeña choza de piedra y dos parapetos.
También quiso que se montara una guardia de avanzada para avisar de cualquier desplazamiento de tropas enemigas que pudieran dirigirse hacia la capital cuyana. Esta guardia se habilitaba en la época estival.
Pasaron casi tres años, y el 24 de enero de 1817 a las 4 de la mañana, la guardia patriota de Picheuta fue atacada por un destacamento realista al mando del mayor
Miguel Marqueli algunos soldados patriotas lograron escapar hacia Uspallata, donde estaban acampadas las tropas de Las Heras que habían marchado el día 18 desde el campo de instrucción.
Cinco días después de aquellos enfrentamientos, la primera división de vanguardia comandada por el coronel Las Heras acampó en las inmediaciones de la guardia, muy cerca del río Picheuta. Luego partió hacia su próximo campamento en Polvaredas.
En las posteriores jornadas, la segunda división de artillería, a cargo de Luis Beltrán, continuó su marcha por el mismo camino.
Construido en 1865
Un viajero británico que llegó a nuestra provincia en 1819 realizó una excelente descripción del camino de la Cumbre.
Se llamaba John Miers y comentó: "En Picheuta existía un puente que estaba formado por tres lazos o cuerdas de cuero, atados en uno de los extremos, y en el centro por una cantidad de estacas de madera colocadas una junto a otras; los cabos estaban sólidamente amarrados a unas estacas cortas encajadas en la margen perpendicular del río, formando así una especie de plataforma curva y medía unos 4,30 metros de largo y 1,50 metros de ancho aproximado".
Miers también señaló que éste era el único puente por donde cruzaban las tropas de mulas el río Picheuta.
A fines de 1820, el gobernador de Mendoza,Tomás Godoy Cruz, formuló un proyecto para componer el camino hacia Santiago de Chile y la construcción de dos puentes de madera, uno en Picheuta y otro en Punta de Vacas, pero las obras no se ejecutaron.
En 1865, el gobierno de la provincia realizó una nueva reconstrucción del camino y la restauración de las casuchas de la cordillera. En ellas "se proyectó un puente en Picheuta".
Las obras comenzaron en el mes de marzo del mismo año. Posiblemente, sea éste el puente que actualmente podemos ver en aquel lugar.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/el-paso-que-nunca-existio
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