viernes, 13 de noviembre de 2020

El 13 de noviembre de 1985 se grabó como la peor catástrofe volcánica del siglo XX en Colombia. A las 9:09 p.m., el volcán Nevado del Ruiz (ubicado en la Cordillera Central) hizo una erupción explosiva que desató una tragedia humana monumental al sepultar la ciudad de Armero.


La erupción, aunque relativamente pequeña (expulsó 35 millones de toneladas de material, incluyendo dióxido de azufre), tuvo un efecto devastador por su interacción con el hielo. Los flujos piroclásticos generados por la erupción fundieron cerca del 10% del glaciar del volcán. Este derretimiento masivo generó cuatro lahares (flujos de lodo, rocas y escombros) que descendieron por las laderas a velocidades promedio de 40 a 60 km/h. Un muro de lodo de hasta 30 metros de altura impactó la ciudad de Armero (a 60 km del cráter Arenas) poco después de las 11:30 p.m., destruyéndola en un 90% en escasas horas. La tragedia de Armero fue, en gran medida, una catástrofe de prevención fallida. Científicos y geólogos habían notado un aumento en la actividad sísmica desde finales de 1984 y registraron fuertes explosiones freáticas en septiembre de 1985, justo dos meses antes. La vigilancia instrumental del volcán solo se inició el 16 de julio de 1985.  Aunque las autoridades elaboraron un protocolo de evacuación que fue publicado en periódicos, la mayoría de los residentes de Armero, acostumbrados a la inactividad del volcán, desconocían su existencia o restaron importancia a las alertas. El lahar arrasó con tres cuartas partes de la población de Armero. El número de víctimas fatales superó las 23.000 personas (el 35% de ellas menores de edad), convirtiéndola en la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, solo superada por la de Mont Pelée en 1897. Otras 2.000 personas perecieron en la ciudad de Chinchiná. La falta de acceso inmediato (la ayuda tardó unas 12 horas debido a la destrucción de vías) magnificó el drama de los heridos. La imagen de la joven Omayra Sánchez, atrapada en el lodo y los escombros durante tres días hasta su muerte, se convirtió en el símbolo global del horror y la desolación de Armero. La lección de Armero condujo a la creación de la Oficina Nacional para la Atención de Desastres en Colombia. Sin embargo, el riesgo persiste: se estima que hoy en día, cientos de miles de personas (algunas fuentes hablan de 500.000) viven en zonas de la nación que aún son propensas a este tipo de avalanchas volcánicas.  #TragediaArmero #NevadoDelRuiz #Lahares #CatástrofeColombia #mendozantigua 

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