Esta malograda ocupación de antaño suele ser citada por los economistas como ejemplo clásico de cómo el progreso tecnológico puede acabar con todo un sector. En la década de 1890, la industria del látigo para carruajes prosperaba con miles de empresas que fabricaban este accesorio esencial para montar a caballo, pero a principios del siglo XX prácticamente había desaparecido, ya que el automóvil sustituyó al caballo y al carruaje.
©NVO via Wikimedia Commons
No hay comentarios.:
Publicar un comentario