lunes, 22 de febrero de 2016

La construcción del puente Forth Road Bridge. Escocia 1961.

Policiales. Evadidos a través de un túnel de la Penitenciaría de la provincia de Mendoza, ubicada en la calle Boulogne Sur Mer. Sus apellidos. Benavides, Ochoa, Silva y Yañez. (año 1933)


El hombre que quiso vencer al Aconcagua En febrero de 1883 se realizó la primera expedición científica al coloso de América. Comandada por el geólogo alemán Paul Güssfeldt, logró vencer obstáculos y ampliar el conocimiento sobre la montaña más alta del continente.

Paul Güssfeldt nació en Berlín el 14 de octubre de 1840. Estudió ciencias naturales y matemáticas en Heidelberg. Apasionado por el montañismo, realizó varias ascensiones en los Alpes y, a fines del verano de 1872, subió por primera vez la ladera de Porta da Roseg.
Llegó a América del Sur y se estableció en Chile. En el mismo año que intentó llegar a la cima del Aconcagua ejecutó el primer ascenso al volcán Maipo por su vertiente chilena. 
Regresó a su país y escribió varios libros que fueron muy importantes desde el punto científico y geológico.
Falleció en Alemania en enero de 1920.
Rompiendo las reglas
El 14 de febrero de 1883, Güssfeldt inició los preparativos para la expedición en la hacienda denominada “Vicuña” en el valle de Putaendo en Chile. Allí fueron cargadas las mulas para luego partir hacia otro puesto llamado Ramos.

En la madrugada del día siguiente, el científico alemán y seis  expedicionarios (más quince animales) iniciaron su marcha con la ilusión de vencer al cerro Aconcagua.
Entusiasmados por la gran proeza que estaban por concretar, la columna se introdujo en plena cordillera de los Andes y llegó hasta el paso denominado Cuzco. 
El 16 de febrero, el científico y sus hombres tuvieron una jornada muy dura, cruzando arroyos y laderas a casi 4000 metros. Güssfeldt fijó su campamento base a unos 16 kilómetros del “Centinela de piedra”. Los escaladores intentaron ascender pero sin resultado. Esto produjo que el entusiasmo del principio se fuera diluyendo y se convirtiera en pesimismo. Pero el alemán estaba empeñado en la ascención  y luego de varias exploraciones encontró un excelente camino para llegar a la cumbre.
El 20 de febrero, los expedicionarios abandonaron su campamento y arribando en la madrugada al pie del monte más alto del continente para iniciar la marcha a la cima.
Los hombres partieron muy temprano y caminaron por varias horas para atacar la cumbre, pero se desató un temporal de viento y nieve que hizo desistir a los expedicionarios cuando faltaban solamente 400 metros para llegar a la cúspide. Sin fuerzas, Güssfeldt y su compañero regresaron hacia el campamento. Por muy poco hubiesen pasado a la historia como los primeros vencedores del cerro más alto de América.
Retroceder nunca, rendirse jamás
Sin dejar de rendirse, el alemán y sus hombres se replegaron pero volvieron el 5 de marzo del mismo año a intentar la proeza. Ya en la base de la montaña, les agarró otro gran temporal que los dejó a mitad de camino y castigó duramente a la nueva expedición. 

La furia del viento y la nieve hizo que Paul Güssfeldt desistiera de marchar hacia la cumbre del coloso de piedra. Otra vez, aquella mole lo había vencido. 
El alemán dio por concluida aquella aventura científica y regresó a Santiago de Chile. De esta forma, había finalizado sin éxito este primer intento de ascensión al cerro Aconcagua, que fue logrado el 14 de enero de 1897 por el suizo Mathiás Zürbriggen a través de la ruta por Puente de Inca.
En memoria del pionero que enfrentó al “Centinela de piedra” hay un ventisquero cerca del cerro Cuernos que lleva su nombre.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/el-hombre-que-quiso-vencer-al-aconcagua

«Arsenal» vs «Manchester United». Londres, estadio Highbury. 1926.

Las 3000 personas que construyeron el Chase Manhattan Bank en Nueva York. Agosto de 1964.

Nikita Kruschev y Fidel Castro en Georgia (país al sur de la actual Rusia y parte de la entonces Unión Soviética). 1963.

domingo, 21 de febrero de 2016

En 1963 el acto central se trasladó definitivamente al teatro Griego Frank Romero Day, en el Parque General San Martín. La primera Reina en ser elegida en ese escenario fue Elba Espósito del departamento de San Martín, quien fue coronada por su antecesora la lujanina Wanna Pegorín. Mendoza



Fuente: Coordinación general de prensa, del gobierno de Mendoza

Mata Hari (actriz y espía) 1910.

Zhang Daqian, el gran secreto mendocino Quiso radicarse aquí y no pudo por cuestiones burocráticas; no obstante, vivió en Mendoza desde 1951 a 1954. Su obra es una de las más sobresalientes de China y uno de los mejor posicionados del siglo XX. Cotiza más que Picasso en subastas.


A veces pinturas salpicadas y en ocasiones, paisajes imaginarios donde habita la mancha. Pájaros y flores de loto también aparecen en la prolífica y extensa obra de Zhang Daqian, uno de los artistas chinos más prodigiosos e influyentes del siglo XX. Considerado por el mismísimo Picasso como “el mejor pintor de Oriente”, la tradición de su país convive con la influencia que tarde o temprano le dieron sus viajes por San Pablo, California o Mendoza.
Sí, es que entre 1951 y 1954 Zhang Daqian encontró refugio bajo este sol para continuar con su trabajo que, lejos de vincularlo con los artistas mendocinos de la época, construyeron el misterio de su paso por nuestras montañas. Este enigma es el que en el año 2008 se propuso descifrar el sueco Christer von der Burg, presidente de la fundación educativa Muban.
Así es como se contactó entonces con la curadora de arte y gestora cultural Julieta Gargiulo y delinearon juntos un camino para escribir la historia del paso de Zhang Daqian por Mendoza, que según dicen, se vio interrumpido años más tarde por cuestiones burocráticas que impidieron su radicación en la Argentina.
A pesar de que muchos de los datos recogidos son conservados para futuras conferencias -una de ellas prevista para marzo en Mendoza- y la publicación de un libro, los especialistas en el tema adelantaron aspectos poco conocidos del chino experto en estampas, caligrafías y sellos que a los 52 años descendió del transatlántico Yapeyú en rechazo al régimen comunista, y que en 2012 fue noticia al destronar a Picasso por primera vez en 14 años para posicionarse como el artista más cotizado en subasta según el sitio Artprice. 

 -¿Cómo surge esta investigación?
Christer: -Mi interés nace de la lectura sobre su vida y de la nula información sobre su estadía en la provincia. Nadie sabía cómo Zhang Daqian había llegado hasta aquí, por qué razones y qué hizo durante su residencia entre 1951 y 1954. Lo único que sabíamos era que después de esos años había partido a Brasil, donde sí existe mucha documentación al respecto. 
Julieta: -En mi caso no tenía mayores referencias sobre Zhang Daqian. Fue así que me puse a investigar sobre el tema y me pareció realmente interesante adentrarme en el arte chino, que tan poco se conoce en América del Sur y sobre todo en Argentina. Zhang fue un hombre de una gran trayectoria que llegó aquí con su capital, autoexiliado por razones políticas. Lo emocionante es que elige Mendoza y lo hace porque busca montañas, que forman parte de su paisaje interior.
-¿Con quién se vinculó; qué se sabe de sus años en Mendoza?
Christer: -Volver 60 años en el tiempo no es tarea fácil, sobre todo en la vida de una persona de la que se tienen pocas referencias. 
Julieta: -Sabemos que se vinculó con muy pocas personas. Siendo ya famoso y reconocido en el arte a nivel internacional, llegó con su familia y armó una especie de pequeña China en Godoy Cruz, que incluyó el traslado de su personal de servicio, su secretario, su esposa, su sobrino, sus hijos y su nieto. En Mendoza pintó, viajó y escribió poemas.

Las fuentes y documentos que sirvieron para reconstruir su historia forman parte de la magia de todo esto, que nos llevó tres años de intenso trabajo. En la cultura local nadie lo recuerda, precisamente porque debe haber estado muy encerrado en su mundo. Es interesante saber que en la época en que llegó y según lo investigado, no había ningún chino en Mendoza; la inmigración china comienza recién hacia 1959. 
-Y a nivel local, ¿qué sucedía en las artes plásticas por esos años en la provincia?
Julieta: -Es cuando los grandes artistas toman la posta. Ya funcionaban las carreras de artes de la Universidad Nacional de Cuyo y eran reconocidas figuras como Alonso, Bravo, De Lucía, Pardo, Azzoni, Sergi, Delhez, Scalco, Bermúdez o Quesada. Había un mundo cultural muy desarrollado en Mendoza y aparecía, con fuerza, el paisajismo y el retrato. Nuestra provincia es cuna de artistas y ha sido puerto de destacados pintores que partieron en algunos casos y en otros se quedaron.
-¿Expuso en Mendoza; reflejaron su paso por Mendoza los medios locales? ¿Qué hay del contenido de sus obras?
Julieta: -Sí, lo hizo en dos oportunidades en la Galería Giménez y los diarios de la época se refirieron a él; aunque de eso hablaremos en nuestra próxima conferencia. En cuanto a sus obras transmiten una gran paz, mucha serenidad… En sus obras habla el silencio y se trasunta una profunda espiritualidad. 
 

Christer: -Yo encuentro en sus trabajos algo monumental, se trata de un paisaje o de una flor de loto. En el caso de sus paisajes no surgen de su imitación de la naturaleza sino de algo muy profundo ligado a una sensación. Es interesantísimo como artista y no por nada logró el reconocimiento del que aún goza.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/zhang-daqian-el-gran-secreto-mendocino

REUNION EN CLUB SOCIAL MAIPÚ ALMUERZO POR LA VIRGEN DE LAS NIEVES DE LA COLECTIVIDAD VALENCIANA. AÑOS 1962


Foto Gentileza: Roberto Prieto

El último tranvía Hace 50 años dejó de transitar el característico “tranway” mendocino.

 En el verano de 1966, hace exactamente 50 años, nuestros padres y abuelos vieron por última vez circular los últimos tranvías por las calles principales de la ciudad. Unos de los últimos tranvías dejó de transitar el 28 de enero de ese año.  
El 6 de abril de 1885 llegó a la ciudad de Mendoza el primer tranvía o tranway. Este novedoso medio de transporte urbano, era impulsado por caballos y su recorrido se iniciaba en estación de ferrocarril por la avenida Las Heras, luego empalmaba con la avenida San Martín hasta llegar a la calle Colón, en donde finalizaba el recorrido. En los primeros meses -según la estadística de aquella época-viajaron más de 70.000 pasajeros. 
Hasta principios del siglo XX, la compañía de tranway mendocina estuvo activa con sus coches y caballos, pero en noviembre de 1900, la Honorable Corporación Municipal concedió a José Orfila y Cía. permiso para la colocación de conductores eléctricos en varias calles de la ciudad.
La empresa efectuó el servicio de alumbrado público con lámparas de arco voltaico y en las casas particulares con focos de filamento de carbón. Dos años después, Luz y Fuerza se hizo cargo del activo activo y pasivo de aquella firma.
El 1 de octubre de 1912, cuando la usina de Luján llegaba a los 1.600 HP, la empresa -que ya tenía 3.000 clientes- inauguró el servicio de tranvías eléctricos de Mendoza con cuatro líneas. Cuando se inició el servicio, el recorrido de la 1, por ejemplo, comenzaba en la plaza de Godoy Cruz, circulaba por calle Rivadavia, Av. San Martín, Ayacucho, Salta, Tucumán, San Martín, Rivadavia, y nuevamente la plaza.
A fines de 1926 se inauguró la línea línea 5 a Guaymallén y se amplió el tramo de Coronel Díaz al Cementerio; y a principios de 1927 se añadió otro de calle Colón a plaza Italia.
La muerte sobre rieles
Como acostumbraba hacer todas las mañanas, en la madrugada de aquel verano,  el motorman del coche de tranvía número 50 se acomodó en el asiento y partió desde la terminal ubicada en la calle San Martín.

Era la línea 1, que tenía el trayecto Godoy Cruz-Las Heras. El hombre al frente de la máquina comenzó su trabajo con una profunda tristeza. Sería la última vez que condujera ese medio de transporte.
El viejo tranvía tomó por la calle San Martín hacia el sur y comenzaron a subir algunos pasajeros.
Un anciano reflejaba su pena comentándole al ocasional acompañante los años que utilizó el servicio.
Recordaba, entre asientos vacíos, cómo durante años los coches se llenaban y muchos viajaban colgados en los estribos.
Se hizo la tarde de aquel recordado día de 1966; el último tranvía de la línea 1 tenía las horas contadas. A las 20.30, el interno 50 llegó a su terminal y puso así el broche final a aquel medio de transporte.
La tristeza invadió a los pocos operarios que allí quedaban.
Como estocada final, en julio de 1968 el Ministerio de Obras Públicas inició el levantamiento de 31 kilómetros de vías en zonas asfaltadas de la Capital. Estas obras se desarrollaron bajo la dirección del ingeniero Washington Murúa y se ocuparon uno 60 operarios, quienes levantaron por día unos 3 kilómetros de vías.
Después de esos oficios, no quedaría rastro alguno del tranvía.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/el-ultimo-tranvia

Traducción del manuscrito en ruso: El método más nuevo para curar el alcoholísmo: dosis equinas de aceite de castor. 1916.

Sigmund Freud y Carl Jung después de salir del sauna. 1907.

Fiesta con champaña. Década de 1960.

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