Paul Güssfeldt nació en Berlín el 14 de octubre de 1840. Estudió ciencias naturales y matemáticas en Heidelberg. Apasionado por el montañismo, realizó varias ascensiones en los Alpes y, a fines del verano de 1872, subió por primera vez la ladera de Porta da Roseg.
Llegó a América del Sur y se estableció en Chile. En el mismo año que intentó llegar a la cima del Aconcagua ejecutó el primer ascenso al volcán Maipo por su vertiente chilena.
Regresó a su país y escribió varios libros que fueron muy importantes desde el punto científico y geológico.
Falleció en Alemania en enero de 1920.
Rompiendo las reglas
El 14 de febrero de 1883, Güssfeldt inició los preparativos para la expedición en la hacienda denominada “Vicuña” en el valle de Putaendo en Chile. Allí fueron cargadas las mulas para luego partir hacia otro puesto llamado Ramos.
En la madrugada del día siguiente, el científico alemán y seis expedicionarios (más quince animales) iniciaron su marcha con la ilusión de vencer al cerro Aconcagua.
Entusiasmados por la gran proeza que estaban por concretar, la columna se introdujo en plena cordillera de los Andes y llegó hasta el paso denominado Cuzco.
El 16 de febrero, el científico y sus hombres tuvieron una jornada muy dura, cruzando arroyos y laderas a casi 4000 metros. Güssfeldt fijó su campamento base a unos 16 kilómetros del “Centinela de piedra”. Los escaladores intentaron ascender pero sin resultado. Esto produjo que el entusiasmo del principio se fuera diluyendo y se convirtiera en pesimismo. Pero el alemán estaba empeñado en la ascención y luego de varias exploraciones encontró un excelente camino para llegar a la cumbre.
El 20 de febrero, los expedicionarios abandonaron su campamento y arribando en la madrugada al pie del monte más alto del continente para iniciar la marcha a la cima.
Los hombres partieron muy temprano y caminaron por varias horas para atacar la cumbre, pero se desató un temporal de viento y nieve que hizo desistir a los expedicionarios cuando faltaban solamente 400 metros para llegar a la cúspide. Sin fuerzas, Güssfeldt y su compañero regresaron hacia el campamento. Por muy poco hubiesen pasado a la historia como los primeros vencedores del cerro más alto de América.
Retroceder nunca, rendirse jamás
Sin dejar de rendirse, el alemán y sus hombres se replegaron pero volvieron el 5 de marzo del mismo año a intentar la proeza. Ya en la base de la montaña, les agarró otro gran temporal que los dejó a mitad de camino y castigó duramente a la nueva expedición.
La furia del viento y la nieve hizo que Paul Güssfeldt desistiera de marchar hacia la cumbre del coloso de piedra. Otra vez, aquella mole lo había vencido.
El alemán dio por concluida aquella aventura científica y regresó a Santiago de Chile. De esta forma, había finalizado sin éxito este primer intento de ascensión al cerro Aconcagua, que fue logrado el 14 de enero de 1897 por el suizo Mathiás Zürbriggen a través de la ruta por Puente de Inca.
En memoria del pionero que enfrentó al “Centinela de piedra” hay un ventisquero cerca del cerro Cuernos que lleva su nombre.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/el-hombre-que-quiso-vencer-al-aconcagua
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