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domingo, 24 de enero de 2021

Hoy hace 204 años, (24 de Enero de 1817) el Argentino Más Grande de la Historia, iniciaba en persona el glorioso Cruce de los Andes

 por Eduardo Javier Mundani Osuna

Era el momento de la verdad. Meses y meses de planeamiento detallado. Horas y horas de trabajo sacrificado. Todo estaba puesto sobre la mesa. No había marcha atrás. En la tarde del 24 de enero de 1817, luego de cerciorarse que toda la maquinaria de guerra ya se hubiera adentrado en la Cordillera de los Andes, lo hace él, el artífice de aquella Epopeya. San Martín dice en carta a Tomás Godoy Cruz, fechada ese día 24: “Mi amigo muy querido: el 18 empezó a salir el ejército y hoy concluye el todo de verificarlo. Para el 6 estaremos en el valle del Aconcagua Dios mediante y para el 15 ya Chile es de vida o muerte. Esta tarde salgo a alcanzar las primeras divisiones del Ejército.Todo ha salido bien y hasta ahora no ha ocurrido novedad de consideración. Dios nos de acierto mi amigo para salir bien de tamaña empresa”. Por la mañana de ese mismo día habían partido desde El Plumerillo 100 artilleros, al mando del teniente coronel Pedro Regalado de la Plaza, y el capitán Fray Luis Beltrán, conduciendo el resto de la artillería y los elementos que integraban la maestranza, y desde Mendoza, el general Soler, jefe del Estado Mayor del Ejército. Se concretaba así el inicio de la máxima expedición libertadora que el continente sudamericano había visto, y vería jamás. Hoy hace 204 años, el Argentino Más Grande de la Historia, iniciaba en persona el glorioso Cruce. El Inmortal Cóndor de los Andes desplegaba sus alas, en busca de la Libertad Americana.

domingo, 17 de enero de 2021

HACE 204 AÑOS SE INICIABA EL CRUCE DE LOS ANDES...

Por Eduardo Javier Mundani Osuna

 "Lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino atravesar estos inmensos montes." José de San Martín.

Unos días antes, el 10 de enero, una de las columnas secundarias, la de Cabot, había partido de El Plumerillo para iniciar el cruce.
Pero el día 17 de enero, es cuando las columnas principales, comandadas por el propio San Martín, por el paso de "Los Patos", y la columna comandada por Las Heras, por el paso de "Uspallata", comienzan a internarse en la Cordillera de los Andes.

El Cruce en cifras:
5424 hombres (3 generales, 28 jefes, 208 oficiales, 2105 Granaderos y Soldados de Infantería)
22 cañones transportados (2 obuses de 6 pulgadas, 7 cañones de batalla de 4 pulgadas, 9 cañones de montaña, 2 cañones de hierro y 2 cañones de 10 onzas)
28 km promedio de avance por día
800 km de frente de teatro de operaciones
3000 msnm(altitud) fue la altura media
40 °C de diferencia térmicas entre el día (30 °C) y la noche (-10 °C).

La precaria salud del General San Martín hizo que muchos de los tramos lo hiciera en camilla. Sin embargo, el Cóndor de los Andes sabía de la magnificencia de su empresa, y eso lo llevó a enfrentar todas las adversidades, aún a costa de su propia salud:

"Estoy bien convencido del honor y patriotismo que adorna a todo oficial del ejército de los Andes; y como compañero me tomo la libertad de recordarles que de la íntima unión de nuestros sentimientos pende la libertad de la América del Sur. A todos es conocido el estado deplorable de mi salud, pero siempre estaré dispuesto a ayudar con mis cortas luces y mi persona en cualquier situación en que me halle, a mi patria y a mis compañeros". José de San Martín.

Recordemos y honremos a aquellos valientes, que guiados por la mano del Argentino Más Grande, iniciaron hoy hace 204 la Epopeya mas importante de la Historia Americana, EL CRUCE DE LOS ANDES.

Cruce de los Andes (San Martín y O'Higgins) - Óleo de Martín Boneo (1865)



martes, 13 de octubre de 2020

El 13 de Octubre de 1972, en el Glaciar de las Lágrimas, Mendoza, Argentina, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que llevaba al equipo juvenil de Rugby, Old Christians rumbo a Chile, se estrelló causando la muerte de la mayoría de sus ocupantes.(EH)

Los sobrevivientes fueron protagonistas de una de las mas gloriosas proezas de supervivencia durante 72 días, dando origen al "Milagro de los Andes". Cuando el Fairchild Hiller FH-227D con 40 pasajeros y 5 tripulantes partió del aeropuerto argentino del Plumerillo para cruzar hacia Santiago de Chile, enfrentó una dura tormenta que alteró la velocidad crucero, esto indujo al error de los pilotos sobre su posición iniciando el descenso antes de lo previsto. Estando casi 1.000 mts por debajo de lo necesario, al salir de una densa nube, vieron delante del avión la pared del "Cerro Seler". No lo pudieron evitar, lo chocaron perdiendo parte de la cola, en dos sucesivos golpes perdieron ambas alas, una de ellas arrancó una sección trasera con 6 asientos y sus pasajeros amarrados a ellos. El cuerpo principal del avión, apenas un cilindro, cayó mansamente sobre el Glaciar de las lágrimas a 3.500 mts de altura deslizándose hasta golpear un montículo de nieve destrozando la cabina. El piloto atrapado y agonizando les dijo a los sobrevivientes, lo mismo que a la torre de Santiago, "pasamos Curicó", pero eso era erroneo, esto complicó las tareas de rescate y la expedición final. Entre el accidente y la primera noche murieron 17 personas, el día 9 muere otra pasajera, ese mismo día por una radio portátil escuchan que se abandonó su búsqueda. Desolados, muertos de frío y hambrientos, el día 17, luego de largas deliberaciones resuelven que su única salida era comer los cadáveres que los rodeaban. Esa misma noche una avalancha hace desaparecer los cuerpos existentes pero mata a 8 nuevas personas, de las que se alimentaron durante casi 2 meses. Luego de la muerte de un tercer amigo el día 60, Roberto Canessa y Nando Parrado, los mas fuertes y determinados del grupo, emprenden un viaje imposible a través de las altas cumbres hacia el oeste, donde suponían estaban los verdes valles Chilenos. El error del piloto les hizo tomar el peor camino, hacia el este por un camino mucho mas simple hubieran llegado en 2 días a la civilización. Pero tomaron hacia el oeste, luego de extenuantes 55 Km recorridos en 8 días llegan a un Río en la zona de Los Mitenes, pero no pueden cruzarlo y deciden acampar. La mañana del 21 de Diciembre ven en la otra orilla a un arriero que los observa, escriben una improvisada carta donde le dicen quienes eran, la atan a una piedra y la arrojan a la otra orilla. El día siguiente, el arriero Sergio Catalán regresó con un grupo de carabineros que los rescató y enviaron dos misiones a buscar a los restantes 14 sobrevivientes en la montaña, así se comenzaba a escribir "El milagro de los andes". 

martes, 6 de octubre de 2020

Reunión de Videla con Pinochet en la IV Brigada Aérea de Mendoza por el Canal de Beagle


El 19 de enero de 1978 se reunió con Augusto Pinochet en la IV Brigada Aérea en un encuentro que se repitió en Puerto Montt, Chile, el 20 de febrero de ese año. Por entonces ambos dictadores negociaban algún tipo de entendimiento en el conflicto por el canal del Beagle mientras simultáneamente sus representantes diplomáticos negociaban alianzas o neutralidades en Bolivia y Perú, ante lo que suponían un conflicto bélico 'seguro'. Un laudo arbitral británico de mayo de 1977 había adjudicado a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox y la junta militar argentina lo declaró “insanable-mente nulo”. El primer encuentro de Videla y Pinochet se llevó a cabo en la Base Aérea de El Plumerillo y -según afirma el dictador argentino en el libro “Disposición Final” de Ceferino Reato- Pinochet ofreció dividir y entregar a Argentina la parte este de las islas Evout y Barnevelt ubicadas al sur de Picton, Nueva y Lennox, a fin de garantizarle a Argentina que Chile no accedería al Atlántico. En esa oportunidad, Videla regaló una cigarrera de plata con un estuche de terciopelo rojo y recibió de Pinochet un plato de porcelana con el escudo del país trasandino. Ambos permanecieron siete horas reunidos, mientras en Mendoza ya eran habituales los ejercicios de oscurecimiento y las ventanas de los edificios públicos permanecían tapadas para dificultar impactos ante eventuales bombardeos nocturnos. Un tramo de la propia ruta a San Juan fue por entonces ensanchado a lo largo de varios kilómetros con la finalidad de emplearse en despegues o aterrizajes de aviones de combate. Un mes después, en el encuentro de Puerto Montt Pinochet se desdijo: “Olvídese lo de la división de las dos islas. La junta militar (chilena) no me lo acepta”. Según Videla, fue Pinochet el que pidió la reunión en Mendoza. Y lo consideró “un mentiroso, ya que la junta chilena era él”. El fracaso de las conversaciones de Mendoza y Puerto Montt provocó una escalada de aprestos bélicos en la Patagonia, aunque la cercanía del inicio en nuestro país del Mundial de Fútbol 78 (en junio) trasladó todas las posibles acciones hacia el segundo semestre de ese año.  Según Videla, tanto el Ejército como la Armada argentinos llegaron a tomar -y luego revirtieron- la decisión de atacar el sur de Chile el 23 de diciembre de 1978. En esa fecha, las Fuerzas Armadas ordenaron el traslado de tropas, el movimiento del portaaviones 25 de Mayo, cambios de disposición de las pistas aéreas y el envío a la zona de armas, municiones…   y féretros, según resumió el propio Videla en su última entrevista en la cárcel.

domingo, 1 de marzo de 2020

El 1 de Marzo de 1914, en El Plumerillo, Mendoza, moría un hombre que fue un ejemplo de constancia y valor, destacado deportista, científico e ingeniero, fue el pionero de la aviación Argentina, ese día, con solo 38 años moría Jorge Newbery. (Efemérides Históricas)

Nació el 29 de Mayo de 1875 en la Ciudad de Buenos Aires, su padre, el norteamericano Ralph Newbery quería que conociera su país y lo envió solo con apenas 8 años de edad. Terminado el secundario en la escuela escocesa San Andrés de Olivos, regresó a los EEUU para estudiar ingeniería en la Universidad de Cornell. Se especializó en ingeniería eléctrica en el Drexel Institute de Filadelfia donde fue discípulo del mismísimo Thomas Alba Edison. De regreso a la Argentina fue puesto a cargo de la "Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata", puesto que mantuvo hasta su muerte para impedir su privatización. En 1897 ingresa en la Armada Argentina como ingeniero electricista y profesor de natación en la Escuela Naval. Apasionado por el deporte, fue boxeador profesional, campeón sudamericano de esgrima en florete y ostentó el record mundial de velocidad de remos largos. Como científico se destacan sus trabajos sobre las lámparas incandescentes, el grafito y el petróleo. Influenciado por el aviador brasilero Santos Dumont, junto a Aarón Anchorena construyó el primer globo aerostático argentino, "El Pampero", con él realizó el primer cruce aéreo al Uruguay, esta proeza derivó que en 1908 Newbery y Anchorena fundaran el "Aero Club Argentino". En 1909 su hermano Eduardo Newbery se perdió con el Pampero y su cuerpo nunca fue encontrado. Para olvidar la tragedia, Jorge construyó dos nuevos globos, "El Patriota" y "El Huracán", con este último batió el récord sudamericano de duración y distancia al recorrer 550 kilómetros en 13 horas, uniendo Argentina, Uruguay y Brasil. Un club recientemente fundado le solicitó permiso para bautizarlo con el nombre de su globo, Newbery accedió, así nació el "Club Atlético Huracán". En honor a su hermano fabricó el globo mas grande de sud América, "El Eduardo Newbery" de 2.200 metros cúbicos, que años después de su muerte, Bradley y Zuloaga lo utilizaron para un glorioso cruce de la cordillera. A partir de 1912 se dedicó exclusivamente a la aviación, se puso a disposición del ministerio de guerra, gracias a ello, el Presidente Roque Sáenz Peña creó la primera Fuerza Aérea de América Latina. El "Aero Club Argentino" organizó una colecta para la compra de los primeros 4 aviones que fueron utilizados por Jorge Newbery y Enrique Mosconi. El 10 de febrero de 1914, a bordo de un monoplano Morane-Saulnier, Newbery superó el récord mundial de altura alcanzando 6.225 metros. El 1 de Marzo de 1914, previo a un cruce de los andes, haciendo una demostración en Los Tamarindos, actual Plumerillos, sufrió un accidente que le provocó la muerte, truncando una vida llena de proezas.

domingo, 12 de enero de 2020

Cuando en Mendoza se encerraba a los enfermos para evitar contagios (Luciana Sabina)

Autoridades los buscaban y aislaban. Permanecían en leprosarios y lazaretos los que padecían cólera o infecciones.
Durante siglos la humanidad se organizó para aislar a quienes padecían enfermedades contagiosas. Entre los antecedentes más antiguos hallamos el capítulo 13 del Levítico bíblico: “… el sacerdote –leemos entre sus artículos- mirará la llaga en la piel de la carne: si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más hundida que la tez de la carne, llaga de lepra es (…) entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días (…) al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga a su parecer se hubiere estancado, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días”.  Siguiendo este espíritu, durante la Edad Media, surgieron los leprosarios o lazaretos. Es decir, hospitales muy rudimentarios cuya finalidad primera fue la de aislar a los enfermos de lepra. Como San Lázaro sufrió de dicho mal tomaron su nombre, incluso, los primeros se construyeron alrededor de las iglesias dedicadas a él. Con el tiempo víctimas de otros padecimientos, como la temible peste negra o el cólera, también fueron confinados en los lazaretos. Debemos hacer hincapié en que el fin primordial de estos espacios no fue asistir al enfermo, sino aislarlo del resto de la población. Por ese motivo funcionaron como verdaderas cárceles, custodiados por policías o militares.  Muchos fueron cercados con alambres de púas o muros a los que se denominó “cordón sanitario”, siendo este el origen del término. Aunque hoy suene extraño en Mendoza, durante gran parte del siglo XIX, se crearon numerosos lazaretos. Sabemos por ejemplo que hacia 1884 la viruela hizo estragos en nuestra provincia. Consecuentemente, desde el municipio de la Capital, se prohibió “transitar por las calles a los viriolosos cuyo estado ofrezca peligro de contagio.
Los contraventores serán conducidos al Lazareto”. Esta amenaza -en forma de decreto- bastó para que muchos se mantuviesen en sus hogares, pero aun así las autoridades egresaban a los mismos y los detenían en casos sospechosos. 
Es importante señalar que los lazaretos también sirvieron como espacios de “cuarentenas preventivas”. Así, en épocas de epidemia, cualquiera que quisiera ingresar a las ciudades debía pasar por allí:
“En breve quedará instalado un lazareto a inmediaciones del Borbollón -señaló Los Andes en diciembre de 1886-, destinado a los inmigrantes que arriben a esta ciudad.  
También será establecido otro con el mismo objeto, en la casa que fue del finado Ataulfo Hoyos, en el departamento de Las Herras, barrio del Plumerillo.     
En dichos puntos serán aislados todos los inmigrantes que arriben en lo sucesivo a la ciudad”.  Llamativamente la Ciudad de Mendoza estableció casi todos sus lazaretos en dependencias de Las Heras, demostrando un enorme poderío sobre aquél departamento. Mientras que Luján de Cuyo intento instaurar uno en Chacras de Coria, a mediados de los 90’s del siglo XIX, pero no tuvo éxito.  En épocas de enfermedad estas instituciones se duplicaban, algunas tomaban formas de improvisados campamentos. A medida que la paranoia aumentaba los médicos eran desbordados y trataban de dar tranquilidad a la población. Con este fin un reconocido galeno informó a Los Andes: 
“Hasta ayer a las doce –refiere al 13 de diciembre de 1886- se encontraban en el Lazareto un número de ocho personas, de las cuales dos son soldados, dos son mujeres viejas, de las cuales una fue llevada en estado de ebriedad, y con una herida en la cabeza; dos mujeres jóvenes, un hombre mayor de edad y un loco. 
Las dos mujeres viejas (…) han dejado de existir. Una ha muerto de fiebre tifus y la otra, la ebria, a consecuencia de sus orgías [por entonces sinónimo de borracheras] pero sin síntoma alguno de colerín. 
De las dos mujeres jóvenes, una ha muerto de verdadera fiebre tifoidea. La otra que asisto con toda prolijidad tengo la convicción de sanarla y darla de alta dentro de dos o tres días. 
El viejo que también dejó de existir murió delirando como un anciano, sin vómitos ni diarrea. 
El loco que he dado de alta hoy vino al Lazareto por su propia voluntad, el viernes de la semana pasada, diciendo que venía a hacerse medicinar temeroso de ser atacado por el cólera.
(…) en resumen, no ha ocurrido caso alguno que pueda mencionarse como sospechoso”. 
A lo largo del siglo XX, a medida que la medicina avanzó, los lazaretos fueron desapareciendo y hoy son sólo un mal recuerdo para la humanidad. 
Cuando había epidemia de alguna enfermedad, las personas que querían ingresar a la ciudad debían permanecer en lazaretos durante cuarenta días.
Por Luciana Sabina - Especial para Los Andes
https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=cuando-en-mendoza-se-encerraba-a-los-enfermos-para-evitar-contagios

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