Hace muchos
años un porteño adquirió unos campos en las proximidades del departamento de
General Alvear, para dedicarlos a la crianza de ganado montando así una
estancia en esos lugares bastantes
distintos a los de su zona de origen.
Procuró
herramientas y maquinarias necesarias y
ante el gran problema de la falta de agua trató de solucionarlo incorporando un
carro de bomberos del año 1831, que posiblemente halló de ocasión adoptando sus
bombas para la extracción del vital elemento, desde una laguna.
El señor
Victor de Luis en el año 1966, en sus recorridas a la búsqueda de elementos para su negocio de
compra y venta de hierros y chatarra, se interesó por la maquinaria
La máquina
es una pieza antiquísima de la época de la colonia, cuatro ruedas de madera con
llantas de hierro; en la parte posterior lleva la caldera que hace accionar el
motor a vapor que da presión al agua. El
conductor lleva a su derecha la palanca de freno a mano y en el pescante una
campanilla similar a los de los tranvías.
En aquella
época para combatir el fuego había que empezar haciendo fuego y esperar
pacientemente que el equipo levantara la presión adecuada. Tal vez la
preocupación permanente de los foguistas fue tener siempre los fósforos a mano cuidando de que nunca estuvieran mojados.
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