En julio de 1820, los Generales Carlos Maria de Alvear y el chileno José Miguel Carrera, habían unido sus fuerzas, con intenciones de derrocar a los gobiernos argentino y chileno, e imponerse como jefes de estado.

Habían ocupado la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, instalando allí su cuartel general. Anoticiado de esto, el Gobernador Interino de Buenos Aires, Manuel Dorrego, al frente de un ejército de 2.000 hombres, decide salirles al encuentro. Para el primero de Agosto de ese año, el ejército porteño, sitia la ciudad de San Nicolás. En la madrugada del día 2, Dorrego inicia el ataque. Alvear y Carrera habían fortificado la ciudad, colocando barricadas y cañones en puntos estratégicos, confiando en el triunfo. Pero luego de tres cargas sucesivas, la defensa se desarticula y la victoria es de Dorrego y los porteños. Alvear y Carrera, alcanzan a escapar, huyendo cobardemente de la ciudad. Uno terminaría exiliado y el otro fusilado. Y aquí sucede un hecho del que poco y nada se habla. Lo más seguro es que nunca hayas escuchado de él. Una vez ocupada la ciudad por el Ejército de Dorrego, éste se dedica al saqueo y pillaje de la población. San Nicolás es saqueada por el Ejército de Buenos Aires. Y lo que es peor, fue con la anuencia del Coronel Manuel Críspulo Bernabé do Rego. Cuando se le preguntó a Dorrego que porque había permitido que sus soldados saquearan una ciudad abierta y desprotegida, su respuesta lacónica fue: "... Porque no tenía con qué pagarles...". Es decir que le pagó con los bienes robados a los habitantes de una ciudad indefensa, como lo era la de San Nicolás de los Arroyos. Aquellos años de Anarquía fueron terribles. En donde hubo muchos más malos que buenos, en donde cada cual, tuvo sus muertos escondidos adentro del placard. Por eso no creas todo lo que te cuentan sobre tal o cual personaje, porque sólo te contarán la parte de la historia que les conviene. Tal el caso del "Loco" Dorrego.

Fuente: Eduardo Javier Mundani Osuna