Es grato al sentimiento argentino el registrar, como lo ha hecho en esta ocasión, la hermosa hazaña llevada a cabo por el teniente Dagoberto Godoy, del ejército chileno, al cruzar, en un rasgo de noble audacia, la Cordillera de los Andes. La aviación chilena conquista su mejor gajo de laurel y el ejército del país hermano ostenta en su larga foja de brillantes éxitos, otro quizá aun más grande que los guerreros, el brindado por uno de sus oficiales, el teniente Godoy. A las 5:30 de la mañana del 12 de diciembre de 1918, Godoy sube a su Bristol Le Rhone N.º 4988 de 110 HP y despega desde la base aérea El Bosque, al sur de Santiago. Luego de sobrevolar por dos horas la cordillera de los Andes a una altitud de 6300 metros, aterriza en Lagunitas, cerca de Mendoza, Argentina: es el primer vuelo de un aeroplano por sobre la Cordillera de Los Andes. El vuelo realizado marca para la aviación una nueva e importantísima etapa, ya que se demuestra la posibilidad de que los elementos contrarios al cruce de la Cordillera, pueden ser dominados en aparatos dotados de motores de suficiente potencia. La proeza del teniente Godoy ha causado en Chile un entusiasmo indescriptible.
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