sábado, 1 de enero de 2022

'Chupate esa mandarina'

 Pequeñas Piezas de la Historia, por Gabriel Horacio Blasco Dantuono


La monarquía española siempre tuvo complejo de inferioridad. Con respecto a otras monarquías obviamente. No era de perseguidos, era de realistas, tuvieron incontables interrupciones por invasiones de todo tipo y hasta por ese flagelo llamado democracia. También, salvo contadas excepciones, generalmente reinas, tuvieron monarcas eran medio pánfilos. Y como si esto fuera poco tuvieron a Eulalia de Borbón. No es que fuera incompetente, inculta o impresentable, todo lo contrario, pero era un estómago resfriado. Y un poco levantisca. Y un poco casquivana. O sea, una piedra en el zapato. Tenía un nombre mas largo que la lista de líos que le trajo a la familia. María Eulalia Francisca de Asís Margarita Roberta Isabel Francisca de Paula (todavía no terminó) Cristina María de la Piedad. Eulalia para los íntimos. Hija menor de la reina Isabel II y del rey consorte don Francisco de Asís de Borbón, aunque nunca estuvieron seguros. Luego que en 1868 le dieran el olivo a la familia real, se asilaron en Francia donde Isabel abdicó en favor de su hijo Alfonso XII. Pero tras la caída de la Primera República Española en 1874 Alfonso XII regresó a su patria como un Rey, pero se olvidaron a Eulalia en Francia durante 2 años. Esta pre adolescente se estaba volviendo un problema, resultó ser que esta inadaptada real pensaba, y sin ayuda. Para colmo la casaron con un inútil, un tal Antonio de Orleans, hecho que la puso de guantes con su familia. Se pronunció a favor del divorcio y en contra de los matrimonios arreglados. Su tío, el Rey, se murió joven y con él, el último capaz de mantener sus desplantes. Para cuando su sobrino Alfonso XIII se hizo cargo del trono, Eulalia ya andaba escribiendo historias de su infancia. Como estaba al tanto de la homosexualidad de su padre y el amor de su madre por la alcoba ajena, resultaba inquietante que publicara cartas familiares. Sin funciones oficiales asignadas viajaba cuando le daba la gana, así fue que se codeó con Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia y Carlos I de Portugal. Con este último no solo se codeaban. A principios del siglo XX se dio lo que la familia real mas temía, con un pseudónimo (No comía vidrio) publica el libro Au fil de la vie (A lo largo de la vida). En él enarbolaba derechos de la mujer, pregonaba las bondades del divorcio y ventilaba secretos de la alcoba real. El libro fue prohibido en España pero obviamente Eulalia no se cayó hasta su muerte, para preocupación de la corona, vivió hasta los 94 años.

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