domingo, 4 de agosto de 2024

El 5 de agosto de 1783, una Real Cédula Aclaratoria modificó la Real Ordenanza de Intendentes sancionada el año anterior, suprimiendo la Intendencia de Mendoza.


La Real Cédula Aclaratoria de 1783, que suprimió la Intendencia de Mendoza y subordinó las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis a la Gobernación Intendencia de Córdoba del Tucumán, tuvo varios impactos significativos,  Mendoza perdió su estatus de intendencia independiente, lo que significó una reducción en su autonomía administrativa y política. Las decisiones importantes ahora se tomaban en Córdoba, lo que podía generar demoras y dificultades en la gestión local. La subordinación a Córdoba implicó una reorganización territorial y administrativa que afectó la manera en que se gestionaban los recursos y se implementaban las políticas en Mendoza. La dependencia de una administración más lejana pudo haber afectado negativamente el comercio y la economía local, ya que las decisiones económicas y comerciales ahora estaban centralizadas en Córdoba. Esta modificación pudo haber generado un sentimiento de descontento y regionalismo entre los habitantes de Mendoza, San Juan y San Luis, quienes podían sentir que sus necesidades y preocupaciones no eran adecuadamente atendidas por una administración distante. Estos cambios reflejan cómo las decisiones administrativas y políticas pueden tener un impacto profundo en la vida diaria de las personas, afectando desde la economía hasta la identidad cultural y la participación política.  Los líderes locales y ciudadanos presentaron quejas formales y peticiones a las autoridades superiores, solicitando la restitución de la autonomía de Mendoza. Estas acciones reflejaban el descontento generalizado y el deseo de recuperar el control local. Hubo una movilización social significativa, con reuniones y asambleas donde se discutían las implicaciones de la subordinación a Córdoba. Estas reuniones ayudaron a consolidar un sentimiento de identidad regional y a organizar la resistencia. En algunos casos, las autoridades locales y los ciudadanos optaron por la desobediencia civil, ignorando o retrasando la implementación de las órdenes provenientes de Córdoba. Esta forma de resistencia pasiva buscaba mantener cierto grado de autonomía en la práctica. Los mendocinos apoyaron a líderes regionales que abogaban por la autonomía y la defensa de los intereses locales. Estos líderes jugaron un papel crucial en canalizar el descontento y organizar la resistencia. La resistencia también se manifestó en la preservación y promoción de la cultura y las tradiciones locales, como una forma de reafirmar la identidad mendocina frente a la centralización administrativa. Estas formas de resistencia reflejan el fuerte sentido de identidad y autonomía que caracterizaba a los mendocinos, y su determinación para defender sus intereses y su forma de vida ante decisiones externas.






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