domingo, 1 de septiembre de 2024

Amansando en la Estancia Chapadmalal, Mar del Plata. @ArchivoVisualArgentino


Yunta de caballos Hackney, en general, alazanes, tostados, zainos y otros pelos. Uno parece cara blanca, pampa. Las colas cortas las usaban y las usan así: algunos les sacaban de potrillo algunas de las vértebras del marlo para que la cola sea más corta y se pare así tipo plumero. Los tiros y las guarniciones parecen impecables. Es un arte el “atarlos” así. Basta ver el freno que tienen con las riendas que suben, pasan por la gargantilla de la cabezada, pasan por la silleta y recién van a la mano del cochero: una palanca bárbara y no sólo con la boca, sino que tienen hociquera y todo tira y arrolla. A veces se usaba así con caballos delicados de boca. Riendas largas, torcidas y de buen cuerpo, para poder agarrarlas bien si hacen fuerza y que no lastime la mano del cochero. A mano del cochero está el freno por cualquier cosa, que es esa palanca larga que va hasta las ruedas, llegando hasta las de atrás. Todas las masas de las ruedas son en “baño de aceite”, seguramente importadas. Se ve elásticos en el tren delantero, que es un gran avance en la comodidad del andar. La estancia Chapadmalal fue de la familia Martínez de Hoz. Miguel Alfredo eligió llamarla Chapadmalal. -Chapad es “barro”, y malal “corral”. MMDEH Trajo gallinas y ovejas de Inglaterra, caballos de tiro y crió caballos de polo. Después, en 1913, la estancia se hizo conocida por su haras y sus caballos pura sangre fueron famosos en todo el mundo. Gracias Diego Fariña por tu mirada #Chapadmalal #EstanciaChapadmalal #Hackney #MartinezdeHoz #ArchivovisualArgentino

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