jueves, 5 de septiembre de 2024

Regreso a la dársena norte del Puerto de Buenos Aires de la expedición de rescate hacia la Antártida de la corbeta ARA “Uruguay” (2 de diciembre de 1903)


La expedición de rescate de la corbeta ARA “Uruguay” es una de las hazañas más destacadas de la historia antártica argentina. En 1901, la corbeta, comandada por el Teniente de Navío Julián Irízar, fue enviada a rescatar a la expedición sueca liderada por el geólogo Otto Nordenskjöld y El Alférez Sobral . La expedición sueca había quedado atrapada en el hielo antártico, y la situación era crítica. La corbeta “Uruguay” zarpó el 8 de octubre de 1903 y, tras una ardua travesía, logró rescatar a los exploradores  Este rescate no solo salvó vidas, sino que también demostró la capacidad de Argentina para realizar operaciones de búsqueda y rescate en condiciones extremas.  EL RESCATE: Tanto en Argentina como en el resto del mundo crecía la preocupación por el destino de los expedicionarios y el Gobierno nacional decidió intentar el rescate. Para ello, la Armada Argentina eligió a la ya veterana corbeta ARA “Uruguay”. El imprevisto suceso la sacaría de su modesta situación para proyectarla a la primera plana de los periódicos del mundo. Acondicionada convenientemente y puesta al mando del Teniente de Navío Julián Irizar – hombre de mar, capaz y valiente–, la nave siguió los pasos del “Antartic” con rumbo Sur y zarpó el 8 de octubre de 1903. Cargaba en su casco de madera la esperanza de vida de los jóvenes suecos y de Sobral. Tras un paso por Ushuaia, dejó atrás los primeros témpanos en una derrota compleja y cautelosa que le permitió llegar el 8 de noviembre de 1903 a Snow Hill, donde se encontraban los expedicionarios y algunos tripulantes del “Antartic”. Sobral pudo reconocer a lo lejos a la “Uruguay”, que fuera la nave sede de la Escuela Naval Militar durante su instrucción. Luego la corbeta se dirigió a la Isla Paulet donde rescataron a los náufragos del “Antartic”. El regreso fue difícil. La corbeta ARA “Uruguay” debió soportar un tremendo temporal y sus palos se quebraron, debiendo ser cortados a hacha en medio de terribles rolidos. Pero la “Uruguay” era un buque muy marinero y estaba bien tripulada. Irizar demostró sus condiciones de marino avezado y su gran preparación técnica; y logró llevar su herida nave hasta Santa Cruz, desde donde el telégrafo llevó el feliz mensaje a Buenos Aires… y de allí, al mundo. EL REGRESO:  La recepción en Buenos Aires fue memorable. Centenares de personas se agolparon en el puerto, el mismo que desolado había despedido al “Antartic”. Gritando vivas a la Armada, a Irizar, a los suecos y al Alférez Sobral. La corbeta entró a la dársena el 2 de diciembre de 1903 con visibles signos de su lucha con el mar, rodeada de embarcaciones empavesadas. El desfile de honor no pudo realizarse por la enorme multitud que llevó en andas y vitoreó a los héroes de la corbeta ARA “Uruguay”, celebrando su triunfo. Triunfo del pueblo argentino en general y de la Armada Argentina en particular, que significó el reconocimiento de la Nación Argentina en el mundo.

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