Antes de que se generalizaran el aire acondicionado y la refrigeración, el corte de hielo era un gran negocio en Norteamérica y Europa. Los cortadores recogían toneladas de hielo durante el invierno, que almacenaban en neveras llenas de heno y luego distribuían en pueblos y ciudades durante el calor del verano. En su apogeo, a finales del siglo XIX, el comercio del hielo llegó a emplear a 90.000 personas solo en Estados Unidos.
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