miércoles, 24 de mayo de 2017

Departamento de Tunuyán, Vadeando el Río Tunuyán. (año 1922) Mendoza


Tomando agua 'del chorrito' en el bebedero de la plaza. Buenos Aires, 1930.


Revestimiento zanjón Cacique Guaymallén. Mendoza (s/f)


Whiskería Marabú, (año 1977) Ciudad de Mendoza


Efemérides. 24 de mayo de 1810 El Cabildo forma provisionalmente una Junta de Gobierno presidida por el ex Virrey Cisneros. Tras las protestas, Cornelio Saavedra y Juan José Castelli lo intiman a renunciar. Balthasar Hidalgo de Cisneros, óleo del Museo Histórico Nacional.


Gabino Ezeiza, payador y precursor de las primeras letras de tango. (1858-1916)


Este es el aspecto que presentaba la Ciudad de San Juan en la madrugada del 16 de Enero de 1944, al día siguiente de la gran catástrofe.


Efemérides. 24 de mayo de 1863, apareció por primera vez El Mosquito, que se describe como un periódico semanal independiente, satírico, burlesco y de caricaturas

 En las más de 1500 ediciones, hasta su último número en 1893, el periódico satirizó la conducta de la clase política local. La publicación ofrece un punto de vista único sobre la formación del Estado-Nación moderno en la Argentina. El periódico, que se publicaba los domingos, constaba de cuatro carillas, y las dos centrales estaban dedicadas exclusivamente a litografías que caricaturizaban sucesos y personajes 

Inmigrantes Senegaleses llegados para trabajar en un ingenio en Tucumán, abril 1899.


martes, 23 de mayo de 2017

Bodegas y Viñedos Giol, S.A. (año 1945) Mendoza


José Betinotti, "el payador", año 1910.


Reconstrucción, toma del Canal Matriz de Real del Padre, departamento de San Rafael, obra terminada. Mendoza (s/f)


Biblioteca del Agua
DGI

El año en que quisieron demoler el Obelisco El monumento que hoy cumple 81 años estuvo a punto de ser derribado poco tiempo después de su inauguración; la polémica dividió a los porteños


En 1939 se le cayeron algunas lajas y el Concejo Deliberante ordenó su demolición. Foto: Archivo 

El 23 de mayo de 1936 se inauguró el Obelisco en el amplio espacio generado por el ensanche de la avenida Corrientes y la creación de la Avenida 9 de Julio. Tres años más tarde, el martes 13 de junio de 1939, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires decidió "la inmediata demolición hasta el nivel del suelo". ¿El motivo? La peligrosa caída de algunas lajas que cubrían su superficie. A partir de la resolución, corrían diez días para que se ejecutase. La noticia provocó gran debate en la opinión pública.
Por un lado estaban los defensores de la obra del arquitecto Alberto Prebisch, que esgrimían motivos prácticos, como el dinero que costaría su demolición y los escombros que se generarían. También se alegaban argumentos de otro tipo: acudían a visitarlo muchos turistas, del resto de la Argentina y de los países vecinos. Asimismo, se había transformado en un símbolo geográfico inconfundible de la ciudad: algunos negocios, en sus anuncios, aclaraban que estaban "frente al Obelisco" o "a metros del Obelisco". En la otra vereda se encontraban quienes lo consideraban un adefesio y un peligro para los transeúntes.
Pero, además, existía un trasfondo político: el intendente Mariano de Vedia y Mitre, a quien le cupo la responsabilidad de ordenar la construcción del monumento e inaugurarlo, no había tenido buena relación con el cuerpo colegiado de la ciudad, cuyos miembros decidieron, aquel martes 13, por 23 votos contra 3 (Molina Carranza, Rouco Oliva y Elena), eliminar al "intruso", como lo llamaban.
El asunto llegó al Congreso de la Nación. El diputado por Santa Fe Pío Pandolfo salió en defensa del ícono ciudadano. Dijo que no se trataba de una obra pública, donde el Concejo tendría decisión, sino de un monumento y, como todos los monumentos, "no puede estar sujeto a los vaivenes de la pasión". Según Pandolfo, era el Estado Nacional quien debía determinar el futuro del Obelisco.
Desde el ministerio de Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires también se solidarizaron con el emblema porteño. El doctor Nereo Giménez Melo alegó que "la erección del Obelisco se llevó a cabo como un monumento recordatorio (así lo establecen las inscripciones que contiene) y un homenaje del pueblo de la Nación entera y como tal sólo pudo realizarse con la aprobación del P.E. Nacional". Como solamente el Congreso podía decretar este tipo de homenajes y no la Municipalidad, el destino del obelisco estaba en manos de la Nación.
Los diez días de plazo entre la ordenanza y su ejecución fueron efervescentes. El diario La Razón, partidario de que no se lo derribara, sostenía que "esa obra ha sido consagrada por la voluntad popular, levantada con 'intención patriótica' e inaugurada por un presidente de la Nación (Agustín P. Justo). Por su parte, el diario socialista La Libertad afirmaba que la construcción había sido ilegal y por la voluntad de Vedia y Mitre. Planteaba, en otras palabras, que había sido un capricho exclusivo del intendente.
Ya en la cuenta regresiva, el Poder Ejecutivo de la Nación reafirmó su autoridad sobre el Obelisco y el intendente Arturo Goyeneche vetó la ordenanza del martes 13 de junio. El monumento se salvó. En 2011, fue incorporado al "Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma" y hoy sigue cumpliendo años en 9 de Julio y Corrientes.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2025389-el-ano-en-que-quisieron-demoler-el-obelisco

Carlos Galigniana Segura, el que cortaba las cintas Gobernó entre 1904 y 1907. Su legado fue importante: dejó desde el monumento del Cristo Redentor hasta la penitenciaría.

Hoy las obras de remodelación de la Plaza San Martín son más que un hecho. Por eso, su rica historia nos traslada a más de cien años atrás y a la figura de un gobernador llamado Carlos Galigniana Segura, quien tuvo la brillante idea de remozar esta plaza y cambiar el viejo nombre de Juan Cobos por el del Libertador José de San Martín.
Obras de arriba
Carlos Galigniana Segura  ocupó la gobernación de la provicia desde el 6 de marzo de 1904 hasta el 6 de marzo de 1907. Siete días después de su jura, tuvo el honor de participar en la inauguración de la estatua del Cristo Redentor, el 13 de marzo de 1904. Pero otro evento le dio a Galigniana Segura un mayor prestigio: meses después, inauguró el monumento al General José de San Martín en la plaza que lleva su nombre.
Entusiasmado por San Martín
La actual plaza San Martín se denominaba Cobos en honor al primer español que obtuvo la carta de ciudadanía argentina y quien fue el que introdujo el álamo en Mendoza. 
En 1902, el sacerdote e historiador de la vida de San Martín José Pacífico Otero, quien llegó a Mendoza para ese entonces, sugirió que se erigiera un monumento en una de las plaza de la ciudad. Tras varias gestiones de la asociación denominada “Ateneo pro monumento a San Martín”, se obtuvo importantes fondos para llevar a cabo aquel cometido pero por algunas desinteligencias la institución quedó dividida.
Se optó, pues, por seguir los consejos de Otero y ubicarla en la plaza denominada Cobos en donde existía un reloj que fue destruido.
En abril de ese año, el gobierno de Galigniana Segura inició las obras y se lo comisionó al ingeniero Jacinto Anzorena para la construcción del basamento y remodelación de la plaza. Desde la Nación, se enviaron los primeros faroles eléctricos hasta que llegó en tren la pieza fundida, réplica de la que hizo el escultor Luis José Daumas para Buenos Aires, por el artista Garzía.
La obras continuaron su curso y el proyecto debía finalizar para el 25 de mayo, pero por varios inconvenientes relacionado a la logística, la inauguración se postergó para el 5 de junio.  Fue así que se formó una comisión pro-fiesta de la Plaza de San Martín para organizar los actos. La inauguración contó con la presencia de autoridades de Chile, nacionales y provinciales.  
Otra de las obras que concretó Galigniana Segura fue el Hospital Provincial. Superada la discusión sobre el emplazamiento de la cárcel, además reanudó los trabajos y la penitenciaría quedó inaugurada el 24 de febrero de 1907.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/carlos-galigniana-segura-el-que-cortaba-las-cintas

Efemérides. 23 de mayo de 1936: Se inaugura en Buenos Aires el Obelisco, obra del ingeniero Alberto Prebisch, bajo la intendencia de Mariano Vedia y Mitre.





AGN

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